Durante estos tres días de la Minga del Arte Indígena nos estuvo acompañando parte de los compañeros del Cabildo Mayor Inga de Santiago, del Valle del Sibundoy, y tuvimos la oportunidad de conversar con la autoridad Franklin Arley Narváez Carlosama quien nos cuenta que “a través de nuestros usos, de nuestros rituales, de nuestra medicina tradicional hemos buscado esa expresión del arte para hacer sentir y para curar el alma, la vida y el corazón”.
De esta manera, se puede observar como la música ancestral que ha sido transmitida de generación en generación lleva consigo una gran fuerza espiritual que continua trasmitiendo vida y armonía, aspectos que han sido inculcados por los mayores de cada uno de nuestros pueblos, pues como lo manifiesta el compañero Franklin “La música es el alma de la vida, es el sonido del silencio y además de eso la música también cambia la vida de los niños, jóvenes y mayores, pues al escuchar melodías que vienen desde el corazón y cuando pueden reconocer el arte desde sus ojos se puede continuar perviviendo como pueblos originarios”.
Por último el compañero nos invita a que sigamos haciendo arte desde lo más profundo de nuestro corazón para continuar resistiendo muchas años más como pueblos milenarios pues como en sus propias palabras lo expresa “Invitarlos a que apreciemos el arte, a que escuchemos música del alma y del corazón y que tengamos un buen vivir en este bonito territorio ancestral”.