Pese a la ola invernal que ha dificultado el transporte por las diferentes vías colombianas, más de 1000 artistas y asistentes de diferentes regiones del país y de países vecinos llegaron a la Minga del Arte Indígena, la cual se realizó del 19 al 21 de noviembre del presente año en la ciudad de Popayán. Durante estos 3 días se llevaron a cabo diferentes muestras artísticas por parte de los 11 pueblos que hacen parte del Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC y otros pueblos invitados del territorio nacional y de América Latina.
De esta manera, los diferentes asistentes tuvieron la oportunidad de apreciar el arte alrededor de los 7 círculos de la palabra, categorías concertadas comunitariamente para visibilizar los diferentes espacios culturales que se dan en cada uno de nuestros territorios, así pues los 7 círculos de la palabra hacen referencia a la Oralidad, la Música, la Danza, la Comida Tradicional, el Tejido, las Artes Visuales y el Arte Ancestral. De este modo, el Parque Caldas durante estos tres días fue el escenario escogido para llevar a cabo este encuentro artístico que a través de las muestras realizadas en la tarima principal de este lugar y en lugares como el Banco de la República y la Casa de la Moneda se transmitieron conocimientos, saberes y experiencias que nos permitirán continuar caminando y perviviendo como pueblos milenarios.
Sin embargo, estos espacios no solo tuvieron lugar en la capital caucana, sino que también decidimos llevarlos hasta las ciudades de Bogotá y Cali, esto con el fin de que se descentralizara del suroccidente colombiano, y además se visibilizara ante los demás pueblos indígenas que están a lo largo del territorio nacional y ante los otros sectores sociales, pues como pueblos indígenas olvidados históricamente por el estado nos ha tocado recurrir a diferentes formas para hacer cumplir nuestros derechos y debido a dichas formas se nos ha estigmatizado, de ahí la importancia de nuestra Minga del Arte Indígena pues con ella queremos dar a conocer que como pueblos indígenas tenemos una comunicación propia a través de nuestra arte ancestral, la cual se ha venido formando a partir de las características de cada uno de nuestros territorios y de cada historia de lucha y resistencia que han vivido nuestros pueblos, de ahí que cada idioma propio, cada color que llevan nuestros trajes típicos, cada ritual, cada mochila, cada comida, danza, tejido, canción, escrito, mural y video, sean elementos esenciales que nacen a partir de un sentir que viene desde nuestra alma y nuestro corazón desde hace más de 500 años y que se ha transmitido de generación en generación a través de nuestros abuelos, sentir que nos ha permitido resistir ante las amenazas de exterminio que han buscado acabar con nuestra historia.
De acuerdo con lo anterior queremos hacer un breve recorrido por algunos de los 7 círculos de la palabra con el fin de intentar plasmar todo lo vivido durante estos 3 días de alegría y gozo. Comenzaremos con la música la cual constituye un arte mundial que nos ha ayudado a todos y cada uno de los seres humanos para identificar nuestros sentimientos con la letra de las canciones o de las notas musicales y así poder encontrar un escape a las batallas en nuestra mente, sin embargo como pueblos indígenas nosotros además de transmitir nuestras tristezas y dolores por medio de las canciones creadas a partir de las flautas y los tambores, también encontramos melodías al escuchar el sonido del viento, del agua, de nuestras lagunas, de nuestras cascadas, de nuestras montañas, de nuestros volcanes, cerros y demás lugares sagrados de los cuales venimos y a los cuales volvemos al terminar nuestro paso por esta vida. No obstante, al interior de nuestros territorios también han ido surgiendo diferentes iniciativas artísticas, que van desde las tradicionales chirimías, hasta las diferentes orquestas, grupos musicales e incluso grandes raperos que se han inspirado en la belleza de nuestros territorios y en la cruda realidad de guerra con la que nos ha tocado convivir en algunas zonas.
También encontramos la danza como otro circulo de la palabra, donde nuestros jóvenes representan y mantienen viva nuestra memoria histórica a través de la interpretación de nuestro folclor por medio del movimiento de sus cuerpos y de las composiciones coreográficas, cabe resaltar que estos espacio se deben fortalecer al interior de nuestros pueblos, pues la danza constituye una buena alternativa para enamorar a nuestros jóvenes de su historia y así poder generar un gran compromiso hacia su comunidad, previniendo así que algunos de ellos cojan el camino de las desarmonías de las cuales somos víctimas al pertenecer a territorios ricos en recursos naturales y que constituyen ubicaciones geográficas privilegiadas para llevar a cabo acciones ilícitas, de ahí el gran reto al que nos hemos enfrentado como comunidades al tener que hacerle frente a las desarmonías que se presentan, como los cultivos de uso ilícito, o la conformación de grupos alzados en armas que reclutan a nuestros jóvenes para perpetuar la guerra, todo esto a causa de la incapacidad del gobierno de generar oportunidades en las zonas rurales de nuestro país, además de la gran brecha de desigualdad que va aumentando en cuanto a la distribución de tierras y todos los conflictos que se derivan a partir de esto.
En cuanto a las artes visuales se debe tener en cuenta que históricamente los medios de comunicación nos han invisibilizado debido a que se nos impuso la cultura occidental, una cultura que ha creído que todo el que sea diferente al hombre blanco colonizador debe ser oprimido y que además cree que por ser descendientes de los españoles se está por encima de los otros, tal es el caso de nosotros como indígenas, del pueblo afro, de los pobres e incluso de las mujeres, quienes debemos salir a exigir nuestros derechos mientras que a los que cumplen con el molde de ser el hombre blanco y con algo de poder, los derechos le son dados sin mayor esfuerzo. De ahí que se nos haya representado en el arte visual desde una mirada lejana, estigmatizada y discriminatoria de quienes se creen mejores y que además de representarnos como quisieron, también volvieron exóticos nuestro arte ancestral e incluso se lucraron de ello. Es por esto que gracias a nuestra unión y que como pueblos salimos a las carreteras a exigirle respeto al gobierno, después de muchos días de resistencia y de enfrentamientos contra las fuerzas armadas del estado, en el 2017 surge el Decreto 1811 en que dentro de otras cosas nos permite a nosotros como indígenas obtener recursos para que fortalezcamos nuestra comunicación propia y de esta manera impulsar todos los espacios culturales que se dan dentro de nuestras comunidades.
Es así como gracias a nuestra lucha y al sacrificio de muchos de nuestros compañeros que han perdido la vida en dichos enfrentamientos, no solo contra el gobierno sino también contra grupos al margen de la ley y del narcotráfico, hemos podido materializar espacios como la Minga del Arte indígena que tuvimos la oportunidad de vivir del 19 al 21 de noviembre del presente año, espacio que nos llena de alegría y de mucha satisfacción pese a las dificultades que se pudieron presentar, pues para nosotros constituye un gran paso de todo el largo camino que nos queda por recorrer para que se nos devuelva algo de todo lo que el gobierno nos ha quitado históricamente. De ahí que invitemos a todas las comunidades indígenas no solo del Cauca, sino de toda Latinoamérica para que lleven a cabo la Minga hacia Dentro fortaleciendo primero nuestra casa y nuestros territorios para que más adelante podamos demostrarle al mundo que en Latinoamérica todas esas semillas que volvieron a la tierra cuando nos trataron de exterminar los colonos se multiplicaron y dieron cientos de frutos a través de la danza, los tejidos, la espiritualidad, nuestra comida tradicional, la música y demás artes visuales, para así recuperar todo lo que hace más de 500 años nos quitaron.