La historia de los pueblos indígenas en Colombia está marcada por siglos de resistencia contra el despojo de tierras, la colonización, la violencia política y el olvido institucional. Desde la llegada de los colonizadores europeos hasta la actualidad, las comunidades indígenas han tenido que enfrentarse a diferentes formas de violencia, pero lo que ha permanecido constante a lo largo de los años es su lucha por la recuperación de sus tierras y la defensa de sus derechos fundamentales. Esta lucha ha sido encabezada por muchos líderes que han dado su vida por la causa indígena, quienes, en muchos casos, fueron asesinados y olvidados por la historia oficial, pero que hoy representan el alma y la resistencia de los pueblos indígenas.
En Colombia, el derecho de los pueblos indígenas a sus territorios es reconocido por la Constitución de 1991, que le otorga la autonomía territorial y el derecho a la autodeterminación. Sin embargo, el despojo de tierras continúa siendo uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan estas comunidades. La lucha por la tierra se ha convertido en una de las principales banderas de los pueblos indígenas, pues estas tierras no son solo un recurso económico, sino que tienen un valor cultural, espiritual y ancestral fundamental. Los líderes indígenas que se han levantado en defensa de sus territorios, como Benjamín Dindicue, Juan Gregorio Palechor, Rosa Elena Toconas, la cacica Gaitana, Trino Morales, Álvaro Tombe, Asención Tunuala, Manuel Quintín Lame y Cristóbal Secue, Anatolio Quira, Sandra Liliana Peña, entre otros, son figuras clave que, a través de su sacrificio y valentía, han dejado un legado invaluable para las nuevas generaciones de indígenas que siguen luchando por la justicia social.
El contexto histórico de la lucha indígena en Colombia
Antes de profundizar en las vidas y luchas de estos líderes, es necesario comprender el contexto histórico en el que se desarrollan. Colombia ha sido un país con una gran diversidad cultural y étnica, que ha sido sistemáticamente marginada por el Estado y los actores económicos y políticos que han controlado el país a lo largo de los siglos. Desde la llegada de los españoles, los pueblos indígenas fueron sometidos a un proceso de colonización violento que resultó en el despojo masivo de tierras, la imposición de una cultura ajena y la destrucción de sus formas de vida tradicionales.
A pesar de los intentos de exterminio, los pueblos indígenas resistieron en diferentes momentos de la historia. Durante la colonia y después de la independencia, las luchas por la autonomía territorial se mantuvieron, pero fue a lo largo del siglo XX cuando los pueblos indígenas comenzaron a organizarse de manera más sistemática y a exigir la devolución de sus tierras y el reconocimiento de sus derechos. Debido a que los terratenientes e invasores mediante engaños, amenazas arrebataron forzosamente sus tierras generando esclavitud, desplazamiento y muerte de sus territorios.
En la década de 1971, el movimiento indígena cobró fuerza con la creación de las organizaciones como el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y en 1980 la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), estas se convirtieron en la principal voz de los pueblos indígenas en el país. Pero sobre todo en el Cauca con el CRIC. A pesar de los avances en el reconocimiento de sus derechos, el despojo de tierras no cesó, sino que se agudizó debido a la expansión de la frontera agrícola, la construcción de proyectos hidroeléctricos, la violencia paramilitar y el narcotráfico, lo que resultó en una grave crisis de derechos humanos para las comunidades indígenas.
La lucha de los líderes indígenas
Benjamín Dindicue, un líder indígena de la comunidad nasa del Cauca, fue un defensor incansable de la recuperación de tierras para su pueblo. Durante muchos años, luchó contra el despojo que su comunidad sufría a manos de terratenientes y actores armados. Su muerte, ocurrida en 1979, fue un golpe fuerte para la comunidad indígena, pues simbolizó el costo humano de la lucha por la justicia territorial. Benjamín fue asesinado debido a su rol en la defensa de la autonomía de su pueblo y el reclamo de tierras ancestrales, siendo una de las muchas víctimas que pagaron con su vida por la defensa de los derechos indígenas.

Juan Gregorio Palechor, otro líder indígena del Cauca, quien murió en 1992 a causa de una enfermedad natural. Palechor, quien era líder de origen Yanacona, de la comunidad de Guachicono municipio de La Vega Cauca, había dedicado su vida a luchar por la recuperación de tierras y la defensa de la cultura indígena. Su trabajo fue fundamental en la organización de las comunidades indígenas en la creación de espacios de resistencia ante la violencia y el desplazamiento forzado que sufrían. Su muerte por los años de lucha, muestran cómo la lucha por la tierra se convierte en un acto de resistencia en un contexto marcado por la violencia sistemática contra los líderes sociales e indígenas del Cauca.

Rosa Elena Toconas, la masacre de Jambaló, perpetrada por las extintas FARC en 1985, arrebató del mundo terrenal a la Mayora Rosa Elena Toconas y seis comuneros más de los pueblos originarios. La lucha por la pervivencia de los pueblos indígenas, la lengua, la cultura y gobierno propio, fueron pilares del trabajo comunitario de Rosa Elena. La música la convirtió en referente de lucha y resistencia en medio de una creciente violencia contra las mujeres líderes indígenas. La violencia machista y patriarcal se suma a la violencia política que sufren las mujeres en el contexto de la lucha por la tierra, por la vida y sus derechos, lo que convierte su asesinato en un acto de represión hacia la voz femenina dentro del movimiento indígena. Rosa Elena Toconas fue una de las mujeres que, desde su liderazgo, contribuyó a visibilizar la importancia de la participación de las mujeres en los procesos de reivindicación de tierras, los derechos y la educación propia.

Por otro lado, la cacica Gaitana es una figura histórica emblemática de la resistencia indígena colombiana que vivió en Timaná en la primera mitad del siglo XVI. Dio muerte al conquistador Pedro de Añasco después de que éste matara a su hijo ante sus propios ojos e intervino en la sublevación general dirigida por Pigoanza hasta convertirse en leyenda popular y heroína. Gaitana lideró una rebelión contra los colonizadores españoles en el siglo XVI, demostrando una valentía única en un contexto de opresión. Aunque su figura pertenece a un periodo histórico diferente, su legado sigue siendo un referente para los pueblos indígenas en Colombia. Gaitana representa la lucha ancestral contra la invasión y la defensa de la autonomía territorial.

Trino Morales: Nacido en 1930, en territorio Guambiano, en una comunidad indígena del departamento del Cauca. Cumplió sus 99 años, hace unos meses, en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde habita desde hace 35 años, con su esposa Benerexa Márquez, lideresa social también desde los años 80, cuando era una joven muy bonita y recién graduada de enfermera, a la que conoció en Bogotá. Tienen cuatro hijos y cinco nietos.

Ya no tiene el vozarrón con el que invitaba a sus paisanos a unirse para reclamar sus derechos y luchar por mejores condiciones. Sin embargo, de manera muy suave, sigue repitiendo ese mensaje que se extendió por todo el país: recuperar la tierra de los resguardos para sembrar y cosechar. Con esa misma fuerza, insiste en la unidad de los pueblos indígenas y en la importancia de mantener sus lenguas con orgullo y dignidad.
Álvaro Tombé, líderes del pueblo Misak, también fueron víctimas de la violencia en la lucha por la recuperación de tierras. Tombé, junto a su esposa Ascención Tunubalá, lucharon por la restitución de tierras ancestrales y la defensa de los derechos humanos de su comunidad es un ejemplo más de cómo los pueblos indígenas han sido objeto de represión y violencia debido a su resistencia.
Manuel Quintín Lame fue uno de los líderes indígenas más importantes del siglo XX, conocido por su lucha en la recuperación de tierras en el Cauca. Durante décadas, luchó contra el despojo de las tierras de los pueblos indígenas y contra las políticas de colonización que afectaban gravemente a las comunidades indígenas. Su legado sigue vivo en las luchas actuales, pues su trabajo puso las bases para la organización política de los pueblos indígenas y su derecho a la autodeterminación. Quintín Lame es considerado uno de los grandes héroes indígenas de la historia de Colombia.

Cristóbal Secue, líder indígena de la comunidad Nasa, también se destacó en la lucha por la recuperación de tierras. Fue una víctima más de la violencia sistemática contra los líderes indígenas en el Cauca. Su muerte refleja la continua impunidad que enfrentan los crímenes contra los pueblos indígenas y la falta de protección para quienes luchan por sus derechos.
La memoria de los líderes asesinados y olvidados
La historia de estos líderes asesinados y olvidados es una de lucha, sacrificio y resistencia. A pesar de las tragedias que han marcado sus vidas, su legado sigue vivo en la memoria colectiva de los pueblos indígenas y en las generaciones que hoy continúan luchando por la recuperación de sus tierras. La violencia contra los pueblos indígenas no ha cesado, pero su resistencia continúa siendo un faro de esperanza para aquellos que luchan por la justicia social y la dignidad.
La historia de los líderes indígenas asesinados es también un recordatorio de la necesidad de reconocer y garantizar los derechos de los pueblos indígenas en Colombia. El Estado debe cumplir con sus compromisos internacionales y constitucionales para proteger a las comunidades indígenas, sus territorios y sus líderes. La justicia para las víctimas de la violencia y el reconocimiento de la importancia de la lucha indígena son pasos fundamentales hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Es necesario que la memoria de estos líderes, como Benjamín Dindicue, Juan Gregorio Palechor, Rosa Elena Toconas, la Cacica Gaitana, Trino Morales, Álvaro Tombé, Ascención Tunubalá, Manuel Quintín Lame, Cristóbal Secue, entre muchos otros, no se pierda en el olvido. La resistencia indígena no es solo una cuestión de historia, sino una lucha viva que sigue siendo relevante en el contexto actual de Colombia. La defensa de los derechos territoriales, la autodeterminación y la dignidad de los pueblos indígenas continúa siendo una prioridad, y su lucha debe ser acompañada por todos aquellos que creen en la justicia, la paz y la igualdad.
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