Luis Guillermo Pérez
Frente a la adversidad nos queda defender la tenacidad y esperanza de la vida. Frente al odio seguiremos sembrando amor, frente a la guerra persistiremos en la paz como única opción.
Nos duele el resultado del plebiscito producto de la campaña del miedo, de la mentira, de la intransigencia, donde el libre albedrío de la ciudadanía fue violentado por un ex presidente mesiánico, soberbio y populista al que se le ofrecieron todos los medios todo el tiempo para que engañara al pueblo sin aceptar jamás un debate, afirmar que se le había entregado el país a las FARC y que se arruinaría al país por que los guerrilleros gobernarían a Colombia más que una falacia fue un argumento profundamente anti democrático,
un pueblo además víctima de una iglesia en su mayoría indolente que no acogió siquiera el mensaje del Papa Francisco y de religiosos inescrupulosos que engañaron a su feligresía afirmando que lo pactado era ideología de género y contrario a los preceptos de Jesucristo por incorporar derechos para las mujeres y reconocer a la población LGTBI como un sector vulnerable.
Qué nos queda ? Afirmar que el resultado no expresa una voluntad de la mayoría de los colombianos contra lo pactado porque más del 63 % no quiso o no pudo votar; la mayoría precaria en las urnas no le da a Uribe Velez la legitimidad para pretender co gobernar el país ni para cambiar lo pactado. La comunidad internacional que ha avalado unánimemente este proceso debería a través del Consejo de Seguridad de la ONU con fundamento en el capítulo VII de la Carta asumir el acuerdo como vinculante en aras de asegurar la paz regional.
La movilización ciudadana a favor de la paz no puede parar y cada territorio y sector social victimizado debe exigir y hacer respetar su derecho constitucional a la paz! Una victoria pírrica arrancada sobre la base de la campaña del miedo y el engaño, no es legítima porque se ha viciado la voluntad popular, se ha constreñido el libre albedrío y así lo deberían reconocer los jueces constitucionales. Exijamos que se respete el art. 22 de nuestra Carta Política la paz como un derecho y como una obligación social.
Construir un pacto nacional un gran acuerdo de reconciliación nacional sería lo ideal y en ello debemos persistir y llamar a los promotores del No para encontrar una salida a esta encrucijada histórica, esperando que actúen con la responsabilidad que la coyuntura impone. El llamado del Gobierno y lo expresado por las FARC luego del resultado adverso del día de ayer, facilita ese camino de entendimiento. Persistamos en ello pero de no lograse por los intereses mezquinos de los que han viciado la manifestación libre de la ciudadanía, tendremos la responsabilidad de que los engañados conozcan las ventajas de la paz y la profundización de la democracia.
Entretanto el Congreso debe implementar lo pactado porque el resultado no lo inhabilita para asegurar la paz de Colombia y desde hoy debe darse el trámite legislativo previsto.
Que el Gobierno y el ELN comiencen la negociación de la agenda pactada y que la participación social allí prevista contribuya al clima de Reconciliacion y transformación que requiere Colombia.
Por las millones de victimas, por los que votaron No, por nuestros niños y niñas, por nuestros pueblos indígenas y afro descendientes, porque la paz se construye desde los territorios no seamos inferiores a la gran responsabilidad que tenemos sobre los hombros. Adelante compatriotas que la paz nada ni nadie nos la puede arrebatar. Con amor social vamos a construir la paz entre todas y todos!
Porque la paz si es contigo!