Es el primer  Primer Foro Global Indígena de la Tierra,  que el país acoge orgullosamente,  el cual representa un evento de gran relevancia internacional destinado a fortalecer la gobernanza de los territorios indígenas y a visibilizar las luchas y propuestas de estos pueblos en un escenario global. Este encuentro se realiza en el resguardo indígena Kwet Ki’na, en Sa’th Tama Kiwe Caldono, Cauca, y congregará alrededor de 100 participantes provenientes de más de 20 países de África, Asia, Medio Oriente y América Latina, creando una plataforma invaluable para promover los derechos territoriales y la protección de las comunidades indígenas.

Posicionando así su liderazgo en estas temáticas, ofreciendo un espacio para fortalecer alianzas y obtener respaldo internacional frente a los desafíos que enfrentan. La sociedad colombiana tendrá la oportunidad de escuchar las voces de sus pueblos originarios y fortalecer su compromiso con la defensa de sus territorios, en un contexto político que requiere atención constante para evitar retrocesos en los derechos de los pueblos indígenas. La importancia de este foro radica en que, a pesar de los avances, Colombia continúa siendo uno de los países con mayor concentración de tierra en América Latina y ocupa puestos destacados en el ranking mundial de asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, evidenciando la urgencia de proteger a quienes defienden sus territorios y derechos.

Durante el evento, participaron organizaciones indígenas tanto de diferentes países como de Colombia, en particular el Consejo Regional Indígena del Cauca, que representa a 11 pueblos. Los temas centrales abordados fueron la garantía del derecho territorial, la protección de los bosques y la tierra en los territorios ancestrales, la oposición a la exploración de combustibles fósiles y la protección de la vida de defensores y defensoras de derechos.

Estos puntos reflejan la profunda relación que tienen los pueblos indígenas con sus territorios, los cuales solo protegen en un 40% de la superficie mundial, de los cuales solo una fracción cuenta con reconocimiento legal. Esta situación representa una injusticia, dado que estos territorios son fundamentales para su cultura, espiritualidad, medios de vida y existencia como pueblos distintos.

El vínculo con la tierra es un compromiso colectivo, y donde se reconocen los derechos territoriales, se promueve un uso más justo y sostenible. Sin embargo, este vínculo también los coloca en la mira de corporaciones y gobiernos que buscan explotar estos recursos, enfrentándose a presiones externas que amenazan su integridad y seguridad. La comunidad internacional, a través de organismos como la Internacional de los Trabajadores (ILC), aporta apoyo en la resistencia y en la defensa de sus derechos, resaltando que los pueblos indígenas son guardianes esenciales del planeta, beneficiando a toda la humanidad con su conocimiento y protección de los ecosistemas.

Otro tema crucial abordado en el foro es la deforestación y sus impactos en las comunidades indígenas. La pérdida de bosques no solo compromete la biodiversidad, sino que también amenaza la supervivencia cultural y económica de los pueblos, quienes dependen de estos recursos para obtener alimentos, agua y materiales de construcción. La protección de sus derechos territoriales es clave para conservar los bosques y frenar la deforestación, garantizando la continuidad de sus formas de vida tradicionales.

Asimismo, se discutió la problemática de la exploración de combustibles fósiles en territorios indígenas, especialmente en áreas protegidas, donde estas actividades contravienen los compromisos internacionales asumidos por los gobiernos, como la prohibición de explotación en reservas naturales. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas respalda el derecho de las comunidades a rechazar proyectos que afecten sus territorios, resaltando que la suspensión de estas exploraciones no solo protege el medio ambiente, sino que también contribuye a la paz y la seguridad de la región.

Por último, el foro abordó la problemática de la violencia y amenazas que enfrentan los defensores y defensoras de los territorios indígenas. La lucha por proteger sus recursos los expone a riesgos, por lo que muchas comunidades han establecido guardias indígenas y buscan apoyo legal y mediático para denunciar las agresiones y visibilizar sus causas. La protección de estos activistas es fundamental para garantizar la continuidad de la defensa territorial y la preservación cultural de los pueblos indígenas en todo el mundo.

Este encuentro internacional reafirma la importancia del respeto y la protección de los derechos territoriales indígenas como un paso necesario para la justicia social, la conservación ambiental y la paz mundial. Colombia, en su rol de anfitrión, reafirma su compromiso con estas causas y busca consolidar alianzas que fortalezcan la lucha de los pueblos originarios por sus derechos y territorios.