El VII encuentro de jóvenes del CRIC se da en un contexto de retorno de grupos armados a los territorios ancestrales de los pueblos indígenas. Los jóvenes seguimos el camino que trazaron los compañeros Edwin Dagua Ipia, Daniel Felipe Castro, Efeigenia Vasquez, Gerson Acosta (…) a quienes les arrebataron sus vidas por defender el territorio, la vida y la dignidad de nuestros pueblos y que, desde el espacio espiritual, nos siguen acompañando, dando alientos para este camino de lucha y resistencia.

Sabemos que los jóvenes históricamente hemos sido vulnerados y utilizados como instrumentos de guerra desde las diferentes corrientes ideológicas para sumar fuerzas a sus filas y ponernos a pelear los unos contra los otros, sustentando un modelo de desarrollo depredador de los espacios de vida y trayendo desarmonía a los territorios.

La violencia golpea mucho más duro a los jóvenes y las mujeres. Seguimos siendo uno de los países más violentos del mundo, constituyéndose el asesinato como la cuarta causa de muerte y presentando su pico más alto en el grupo poblacional de entre los 15 a los 29 años de edad.

Esto se ha dado en un contexto de reconfiguración del conflicto armado que ha tomado como arma principal el reclutamiento e involucramiento de las juventudes, mediante el adoctrinamiento militar de grupos armados que llegan al territorio, así como los medios masivos de comunicación que incentivan y legitiman la guerra en todas sus formas.

Los violentos, legales e ilegales, han aprovechado la vulnerabilidad de esta etapa de formación y aprendizaje, así como las pocas alternativas que la sociedad brinda. Hecho que se refleja en el desempleo juvenil, en la exclusión histórica, en la estigmatización de las y los jóvenes, por la ausencia de políticas públicas para garantizar una educación integral. Puesto que el actual modelo educativo es excluyente para las culturas, usos, costumbres y saberes de los pueblos ancestrales, que implican la permanencia en el territorio, en la comunidad y que tiene como epicentro a la tierra como ser que da vida.

Desde este espacio de sentir colectivo donde hemos tejido el pensamiento de los jóvenes pertenecientes a los pueblos originarios que sueñan, nos declaramos en resistencia permanente en todas nuestras instancias organizativas y nos reafirmamos en las constantes denuncias realizadas por las autoridades de los pueblos indígenas, las organizaciones sociales y procesos populares de Colombia, contra el asesinato sistemático de defensoras y defensores del territorio. Exigiendo plenas garantías a las instituciones del Estado colombiano para la protección de todas las personas en ejercicio de defensa de la vida y el territorio.

Los jóvenes seguimos el camino de nuestros mayores, sintiendo la raíz del territorio con todos los seres espirituales que lo habitan, participando desde la familia hacia la comunidad. Seguiremos incidiendo y haciendo parte de las autoridades ancestrales para cuidar, defender y orientar con sabiduría lo que se ha sembrado con la sangre de nuestros pueblos. Esto lo lograremos fortaleciendo los 10 puntos de la plataforma de lucha, desde la alegría, la disciplina y la creatividad, así como con los principios de unidad, tierra, cultura y autonomía.

Por lo tanto, invitamos a continuar fortaleciendo la articulación de los distintos programas y tejidos de nuestras comunidades, para dar acompañamiento y apoyo a las distintas iniciativas que arrojó el VII Encuentro Jóvenes CRIC, con el acompañamiento activo de las juventudes del CRIDEC, CRIHU, UNIPA, delegadas del pueblo Zenú y otras organizaciones e individualidades, realizado en la vereda la Mina, en el territorio ancestral de Jambaló.

También llamamos a todos los pueblos y sectores sociales del país a juntarnos para seguir fortaleciendo el buen vivir, pues somos los jóvenes quienes continuamos caminando la palabra y persiguiendo los sueños de libertad, dignidad y armonía para nuestros pueblos. Son grandes los desafíos que enfrenta nuestra generación, pero somos liberadores del corazón, del pensamiento y la madre tierra, que nos da la fuerza para asumirlos.

“A los jóvenes los invito a que estudien y luchen fuertemente sin cansarse”

Álvaro Ulcúe Chocué

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