En un escenario marcado por la urgencia y la determinación, nos encontramos en el corazón mismo del Consejo Interétnico en el municipio de Santander de Quilichao el día 03 de mayo del 2024. Aquí, diversas organizaciones del Norte del Cauca se han congregado para abordar un tema que nos concierne a todos: la paz. Desde este punto de encuentro, donde participaron ACONC, PCN, FENSUAGRO, ANUC y ACIN que ofrecieron una perspectiva reveladora.

El evento se desarrolló en el auditorio de Comfacauca, siendo el primer encuentro interétnico e intercultural por la paz y el desarrollo de la región. Se trata de más que la mera cesación de hostilidades; es la búsqueda de transformaciones integrales que abarcan desde la infraestructura hasta la educación y la cultura. Las voces presentes, provenientes de diversos sectores como campesinos, afrodescendientes e indígenas, convergen con un propósito claro: analizar, proponer y construir una ruta sólida hacia la paz, una que refleje las prioridades y necesidades de nuestras comunidades.

No obstante, en medio de este anhelo colectivo, no podemos ignorar los desafíos que persisten en el camino hacia la reconciliación. Los recientes enfrentamientos entre militares y guerrillas, así como los trágicos actos de violencia que han cobrado vidas en la región, nos recuerdan la urgencia de nuestra labor. Es imperativo que el cese al fuego no sea solo un acuerdo superficial, sino un compromiso real con la preservación de la vida y la construcción de un futuro pacífico.

En este contexto, las propuestas que emergen son variadas y concretas. Desde las organizaciones en conjunto con las alcaldías de convertir el Norte en una zona de paz, hasta la necesidad de establecer diálogos regionales que promuevan la participación ciudadana, cada idea merece ser considerada con seriedad y compromiso. Es esencial que, tanto el gobierno como los grupos armados, escuchen y respondan a las demandas de la sociedad civil, reconociendo la importancia de la inclusión y la autonomía en el proceso de paz.

No podemos subestimar el poder de la educación y la pedagogía en este camino hacia la reconciliación. Es fundamental que cada individuo se involucre activamente, comprendiendo la complejidad de los acuerdos alcanzados y su impacto en nuestras vidas cotidianas. Además, debemos explorar nuevas formas de seguridad humana que trasciendan lo militar, promoviendo la participación comunitaria y el respeto por la diversidad cultural.

Sin embargo, no podemos ignorar los obstáculos que se interponen en nuestro camino. La suspensión del cese al fuego representa un desafío significativo, uno que requiere una respuesta estratégica y concertada. Es hora de que tanto el gobierno como la sociedad civil se unan en un esfuerzo conjunto para superar esta crisis y avanzar hacia un futuro de paz duradera.

En última instancia, el éxito de nuestro camino hacia la paz dependerá de nuestra capacidad para actuar con determinación y solidaridad. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en este proceso, desde los líderes comunitarios hasta los empresarios y los legisladores. Es hora de que nos comprometamos a construir un futuro más justo y pacífico para todos los habitantes del Cauca.

En resumen, este encuentro representa más que una simple reunión; es un llamado a la acción, un recordatorio de nuestra responsabilidad compartida de construir un mundo mejor para las generaciones venideras. Es hora de que nos levantemos juntos, con determinación y esperanza, hacia un futuro de paz y prosperidad.

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