Su lucha por la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas la llevó al exilio en Canadá en 2009. Busca mejorar la relación con Bolivia

La feminidad de Elizabeth García Carrillo como indígena de la raíz de la tierra Arhuaca, de la Sierra Nevada de Santa Marta, es nuestra embajadora en Bolivia; su lucha por la reivindicación y por la no invisibilización social de los derechos de los pueblos indígena, la llevó al exilio en Canadá en el 2009.

Elizabeth es la nueva embajadora de Colombia en Bolivia, que, escarbando más allá, y que, aunque su nombramiento no lo concibe propio de ella, sino que lo siente como un colectivo, que hace parte de su lucha histórica por el valor público del territorio de mantenerlo presente, con un mismo lenguaje con las relaciones colectivas culturalmente, en eso ha consistido su lucha por el no desconocimiento del territorio campesino ancestral.

García Carrillo, viene con una experiencia en cooperación internacional, su formación como master en Derecho Internacional Humanitario, le permitirá asumir desafíos de hondo calado, con el cual será un parlante para contribuir a acercar a los pueblos de América en esta coyuntura de transición.

Por las circunstancias políticas, y ante las diferentes transiciones que atraviesa América, con una crisis institucional y de deslegitimación de la gobernanza que ha venido rodando de tiempo atrás, y que ante la llegada de una nueva ola de gobiernos en América Latina como el chileno, Colombia, Brasil, Honduras, y México entre otros, con un halo de reformas, es necesario como referente histórico, plantear una plataforma para relanzar cambios, dada las diferentes posiciones en tiempo atrás, por el manejo doméstico de la política internacional de algunos gobiernos, el crecimiento del conflicto social, la presencia del narcotráfico y otras causas-efectos que han incidido ante el manejo de la política exterior.

López Michelsen como ministro de Relaciones Exteriores de la administración Lleras Restrepo, formuló estrategias camino a priorizar las relaciones con los países semejantes, posición diferente a la desplegada por el Presidente Iván Duque, que no contribuyó en abrir una ventana de oportunidad para Venezuela.

Priorizar objetivos para una integración regional como la concebida en la administración de Carlos Lleras Restrepo fundamentado en el acuerdo del Pacto Andino, y que posteriormente en 1983 por “iniciativa de México el gobierno de Belisario Betancur se vinculó al llamado grupo de Contadora que jugó un papel relevante en el proceso de paz de Centroamérica”.

El gobierno de Gustavo Petro reabre una ventana de dialogo con Venezuela, después de varios años de obstáculos, ante un ambiente polarizado, que involucra seguir pensando en otras salidas para alcanzar ese sueño de Bolívar, la unidad entera de los pueblos.

Colombia y Bolivia, como países hermanos, con la llegada de la nueva embajadora Elizabeth García, causa expectativas no solo para tener una dimensión de los posibles niveles de conflictos, sino para darle fuerza a el relacionamiento económico y cultural, que mirando más allá de la frontera valga los comentarios para que se siga repensando como darle más fuerza a las relaciones entre estos países…

Que en el tiempo de Juan Manuel Santos y Evo Morales, suscribieran la Declaración de celebración de los 100 años del Primer Tratado de Amistad que ha estado “basado en el respeto mutuo”, para que la nueva embajadora ante el alto valor que merece la gestión de la política internacional tiene el momento oportuno para continuar reafirmando el respeto a las normas del Derecho Internacional, a los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas sobre la autonomía de los pueblos partes, impulsando la cooperación internacional, “complementaria, justa y respetuosa de la soberanía y la dignidad de los Estados, que coadyuve a la solución de problemas internacionales económicos, sociales, culturales, humanitarios y ambientales”.

Sea el momento para que, desde el escenario de la embajada en Bolivia, se empiece a mostrar unos rasgos basados en la confianza, ante tanta polarización, estigmatización y desprestigio que se le ha venido haciendo al nuevo gobierno colombiano que convertiría a Colombia en la “nueva Venezuela”, cuando el foco es no relacionar quien está a la orilla de la izquierda y de la derecha.

La esencia de un pensamiento sobre la profundidad de las relaciones internacionales que supone concebir la democracia con el relacionamiento de las dinámicas internacionales, como fundamento y respeto de la convivencia, la prosperidad y para el logro de una paz legitima.

Pensar el alto valor de la democracia entre Bolivia y Colombia, empujara a legitimar la Declaración acordada entre Evo y Santos para seguir avanzando en la Integración Eléctrica Andina, para seguir profundizando en hacer efectivo los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, así como el compromiso con la integración regional a través de la CAN, Mercosur y Unasur.

La embajadora Elizabeth juega un nuevo partido, ella quiere que se hable la misma lengua entre los pueblos de Bolivia y Colombia, como el resto de pueblos de América, porque están profundamente ligados al territorio ancestral, al corazón arraigado.