Mañana domingo, 7,3 millones de bolivianos están llamados a participar en las elecciones generales para elegir a su presidente, vicepresidente, diputados y senadores para el ejercicio de mandato por cinco años.
Estos comicios tienen lugar casi un año después de los del 20 de octubre pasado en los cuales resultó reelecto Evo Morales, pero fueron anulados en el contexto de un golpe de Estado bajo el rebatido argumento de un fraude electoral.
La asonada golpista contó con el protagonismo de grupos reaccionarios de la derecha, altos mando militares y policías amotinados, además del respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA) que denunció, por medio de un informe, irregularidades en el proceso.
Dicho texto es cuestionado y refutado con numerosos argumentos por distintos análisis de personalidades y organismos como el del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, en inglés), que advirtió ayer sobre la posibilidad de la manipulación del resultado de las elecciones de este domingo por parte de la OEA.
‘La OEA jugó un papel de liderazgo en la creación de las condiciones para el derrocamiento del Gobierno democrático boliviano, luego de los comicios del año pasado en ese país’, indicó Mark Weisbrot, codirector del CEPR.
‘Dicha organización rápidamente arrojó dudas sobre los conteos preliminares que mostraban a Evo Morales con una victoria en primera vuelta, emitiendo una declaración llena de falsedades sobre las elecciones un día después de su realización, y repitió estas falacias en múltiples comunicados‘, agregó Weisbrot
De acuerdo con todas las encuentas, el binomio del Movimiento Al Socialismo, Luis Arce y David Choquehuanca, son los favoritos para ganar en este nuevo ejercicio.