Desde el Bajo Putumayo las Autoridades y los comunicadores indígenas del país le exigen al estado y al gobierno colombiano, respeto y garantía plena a su autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas en relación a la Política Pública de comunicación propia

En horas de la tarde del sábado 23 concluyó el Encuentro Macro regional de comunicación propia del Suroccidente colombiano, la cual contó con plena y amplia participación de las autoridades tradicionales, comunicadores y procesos de comunicación, que acogieron la convocatoria del   Equipo Facilitador de la Política pública de comunicación e información de los pueblos indígenas del país. La defensa territorial, fortalecer la comunicación propia y la resistencia de los pueblos para contrarrestar la nueva colonización tecnológica que se cierne contra los pueblos; que las tecnologías sean puestas al servicio de la existencia de los pueblos y no para destruir y permear la cultura como pretende hacerlo el modelo hegemónico de Estado tal como lo plantearon varios de los sabedores que acompañaron el encuentro.  

El encuentro se llevó a cabo en el municipio La Hormiga, región Valle de Guamuez, Bajo Putumayo, donde muchas realidades que viven los pueblos indígenas confluyen; una es la memoria de la bonanza de producción de coca para negocios ilícitos, que de alguna forma alteró la cultura y vida de las comunidades indígenas; de otra parte los programas estatales para combatir este flagelo, que en su mayoría fueron de orden militar y que entre otros de sus programas: el de aspersión aérea (en el marco del desarrollo del Plan Colombia) arrasó lo que la bonaza de la cocaína aún no se había llevado; además el conflicto, la petroleras y la extracción de recursos, así como los megaproyectos como el IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana) y las empresas de explotación forestal y minera, se convierten en amenaza latente para los pueblos de la región; unos y otras han violado y vulnerado sus derechos fundamentales y colectivos y su autonomía, también han puesto en riesgo la integridad y vida de las comunidades especialmente de los pueblos ancestrales de la región como los Kofanes y los Siona, o la de los Inga y Camëntsa en el Alto Putumayo.

A la región Putumayo además de las diferentes etapas de colonización, como las caucherías y el exterminio de animales para comercio de pieles y la aculturación educativa -que hace 2 siglos impusieron los capuchinos- confluyen otros factores como la violencia, el tráfico de drogas y el emporio de empresas desarrollistas, petroleras privadas y la estatal Ecopetrol, cuya extracción indiscriminada de crudo está representada en el Oleoducto Transandino, un tubo de unas 60 pulgadas que le ‘chupa’, a diario, al corazón de la Madre Tierra miles de barriles de petróleo, unos y otros los actores económicos empresariales en contubernio con las instituciones del Gobierno y del Estado colombiano y a nombre del Progreso y la civilización han arrasado sueños, han destruido fértiles territorios y han alterado la cultura y el quehacer diario de los habitantes del sur del país, que en muchos casos son despojados de sus territorios y sus vínculos culturales-ancestrales con sus raíces y sus comunidades.          

Entre los principales planteamientos que los comunicadores hicieron le exigen al gobierno nacional garantizar las condiciones, medios y recursos para formular e implementar la Política y, sobre todo que respete y garantice la autonomía y la libre determinación de los pueblos en este proceso; otro propósito es que desde la comunicación propia -emanada de la cosmogonía y los saberes ancestrales indígenas- se fortalezca y revitalice la identidad y el pensamiento propio de cada pueblo; también se establece la creación e implementación de escuelas de liderazgo y pensamiento/o fortalecer las existentes para cualificar y potenciar los procesos y coadyuvar la formación técnica, de gestión y el empoderamiento de los comunicadores a los procesos; a su vez llaman a las autoridades, organizaciones y pueblos  indígenas para que se empoderen y apoyen los comunicadores y procesos de comunicación que finalmente son el instrumento para la visibilización de sus comunidades   

Entre los principales aportes se enriqueció el Plan estratégico de comunicación haciendo énfasis en la cosmovisión como fundamento de la vida y los procesos de comunicación que provienen de ella, especialmente en garantizar que los procesos de comunicación de los pueblos indígenas contribuyan al reconocimiento y valoración de los principios y leyes de origen ancestrales, fortalecer y potenciar la autonomía y las diversas prácticas culturales y los principios, mediante la revitalización de las prácticas ancestrales. También se busca que con la formulación y puesta en marcha de esta Política los procesos de comunicación se orienten sobre una agenda en defensa del territorio y el ejercicio de la autonomía coherente con los mandatos de los pueblos indígenas.

También hubo algunos aportes respecto a los ejes temáticos de la Política que son: formas de comunicación propia; medios apropiados; plan de formación; regulación y seguimiento; representación y participación; mecanismos de apoyo, e instrumentos de financiación de la política. En este sentido los aportes se dieron sobre todo en ajustar lenguajes, conceptos y la implementación y potenciación de estrategias comunicativas de visibilización de acuerdo a la cosmovisión y la cultura de los pueblos indígenas, acordes a sus formas propias de comunicación; que la Política Pública establezca garantías jurídicas de acceso a medios y espacios de comunicación e información; hacer diagnósticos o estudios de investigación para potenciar los procesos técnicos y políticos y; fortalecimiento de redes, entre otros.           

Entre otras líneas inmediatas y esenciales de trabajo de los comunicadores y los procesos indígenas de comunicación, está la articulación e inmersión de los saberes ancestrales y de las diversas manifestaciones culturales como la medicina tradicional, el saber curativo, la lengua materna y las manifestaciones artísticas; también es esencial la construcción de mensajes claros y fuertes que a su vez sirvan como pedagogía para que las comunidades y las audiencias se empoderen de los medios y procesos de comunicación indígena, ya que un alto porcentaje de gente está alienada por los medios comerciales de comunicación.        

También se hizo énfasis en que las organizaciones y autoridades tradicionales indígenas reconozcan la comunicación como procesos de potenciación cultural y comprometerlos a impulsar los procesos y que promuevan la participación de la mujer, los niños y jóvenes e incluso a los mayores sabedores en estos procesos. El propósito último de los procesos y los comunicadores indígenas, a su vez un reto, es involucrar a la comunidad en los procesos de comunicación, no como audiencia pasiva, sino como una comunidad empoderada y critica que coadyuve a orientar y se actor tanto del proceso como los contenidos.

Entre otros aspectos más técnicos y normativos está el acceso al espectro electromagnético y a los espacios y medios tecnológicos, conformación y puesta en marcha del canal nacional de televisión indígena, ampliación de emisoras y su cobertura, inclusión de un artículo en el CONPES para asignación de recursos a la Política de comunicación propia y articulación con los escenarios de concertación como la Mesa Permanente de Concertación, entre otros, como obligaciones ineludibles del Estado y su gobierno en el marco de los usos y leyes consuetudinarias y ancestrales de los pueblos indígenas; al tiempo que se le exige al Estado salvaguardar los derechos intelectuales y el conocimiento ancestral de los pueblos; “que el Estado respete la autonomía y la libre determinación de los pueblos indígenas en relación a la Política Pública de comunicación propia”, se señala en el documento base de trabajo.  

En términos de evaluación Adolfo Conejo, miembro del equipo facilitador del CRIC, llamó la atención para que haya más compromiso en el cumplimiento de la tarea por parte de los colectivos y comunicadores involucrados en el proceso, y también anunció los avances en la construcción del documento técnico y político de la Política, que a su vez se convierte en tareas prioritarias, como el tema de normatividad y jurisprudencia desde la Ley de Origen de los pueblos y la concepción institucional de Estado; así como la complementación o consolidación de los diagnósticos y componentes para ver el estado de la comunicación en las regiones y la inclusión de los colectivos que trabajan el tema, así como sus dificultades y  fortalezas.

El último aspecto de análisis fue en la estrategia respecto al enfoque de sistema o eje transversal como derecho político, el cual desde la orientación de las Autoridades espirituales y por consenso de los participantes es en construir la propuesta sobre el marco de garantía de derecho como aspecto fundamental de vida y resistencia de los pueblos.

Pueblos participantes. Además de los pueblos oriundos Kofán y Siona, participan los procesos y comunicadores indígenas de los pueblos Inga y Camëntsa del Alto Putumayo, como los Nasa y Embera que por distintas circunstancias han llegado a la región. De otros departamentos acompañan los pueblos Quillasinga, Ingas y pasto de Nariño, así como los Nasa, Misak, Totoroez, Kokonukos, Kisgueños y Yanakonas del Cauca, entre otros; por parte de las organizaciones  acompañan el equipo facilitador de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC y el Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, así como otros comunicadores y procesos del Movimiento Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia- Gobierno Mayor, la Organización de los pueblos indígenas de la Amazonía Colombiana, OPIAC y AICO, entre otros.

Valle del Guamuez, 23 de noviembre de 2013

Ismael Paredes

Equipo facilitador PPCI

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