El Programa Mujer del Consejo Regional Indígena del Cauca-CRIC presenta el tercer boletín informe de violencias contra las mujeres correspondiente al periodo mayo- agosto del año 2022, a través del sistema de información Observatorio de Violencias Basadas en Género y
la información proporcionada por el Subproceso de Vigilancia y Monitoreo de Asociación Indígena del Cauca AIC-EPSI en los cuales se identificó 701 casos de desarmonías o violencias contra las mujeres indígenas pertenecientes a los 11 pueblos ubicados en el departamento del Cauca que hacen parte de las diez (10) zonas que conforman el
Consejo Regional Indígena del Cauca-CRIC.

El observatorio es una herramienta para construcción de estrategias que protejan la vida de las mujeres e insumos para la exigencia ante las instituciones propias e instancias del Estado que no ponen en el centro el cuidado de la vida de las mujeres indígenas, guardianas del territorio, defensoras de la vida y protectoras la sabiduría y el conocimiento.

La prevalencia de la violencia contra las mujeres indígenas es uno de los principales obstáculos que enfrentan las mujeres en el Cauca, puesto que se desarrollan dentro de realidades desiguales, con una coyuntura que se presenta adversa para quienes defienden la vida y los territorios. Las violencias son de manera sistemática en la vida cotidiana al interior de los territorios, tanto en ámbitos públicos como privados, y se agrava con la
reconfiguración del conflicto armado en las 10 zonas donde se encuentran
los pueblos indígenas del CRIC.

La violencia contra las mujeres indígenas se ha ensañado en una práctica que se normaliza ampliamente a través de los discursos y estereotipos culturales en todas las comunidades del departamento Cauca, por ende, es urgente atender las afectaciones que viven las mujeres indígenas tanto al interior como por fuera de los territorios, así desnaturalizar cualquier forma de violencia. Las desarmonías son perpetradas por las parejas, ex parejas, familiares, vecinos, otros en el contexto sociopolítico por el hecho de estar en el ejercicio de autoridades y por causa de los actores armados, quienes les quitan a sus hijos, hijas, sus compañeros e incluso sus propias vidas.

Las situaciones de violencias vividas por las mujeres indígenas a causa de las violencias, desarmoniza el cuerpo como primer territorio, fracciona la armonía física y espiritual, ocasionando descomposición en el tejido social, que en muchos casos puede desencadenar en la desintegración familiar y la pérdida de prácticas culturales, la exposición de menores al reclutamiento forzado entre formas de violencias.

La militarización en algunos territorios, trae consecuencias que se reflejan al interior de los hogares por la imposición de roles y formas violentas de relacionarse, lo cual es algo que impacta los cuerpos y las emociones, pero a su vez coloca en riesgo la pervivencia cultural como pueblos indígenas.

El boletín presenta información sobre las violencias sexuales, violencias intrafamiliares, rango de edades, agresores y el acceso a la justicia tanto propia como ordinaria y así comprender los impactos negativos que ocasionan las violencias que padecen las mujeres indígenas en el departamento del Cauca.

Durante los meses de mayo hasta agosto del año 2022, el Observatorio de Violencias Basadas en Género y el Subproceso de Vigilancia y Monitoreo de Asociación Indígena del Cauca, AIC-EPSI, registró 701 casos de violencias, de los cuales (310) corresponde a violencias sexuales y (391) a violencias intrafamiliares en los 11 pueblos indígenas adscritos al Consejo Regional Indígena de Cauca-CRIC.

Además, se clasificó los tipos de violencias en acceso carnal violento con (74); acoso sexual con (43); actos sexuales con (65) y otras formas de violencias sexuales con (149). También se hizo una caracterización de los agresores donde se evidenció que el 44% de los violentadores son las ex parejas sentimentales; el 22% los vecinos; el 19% grupos armados ilegales; el 8% parejas sentimentales actuales y el 6% familiares cercanos.

Se enumeró los rangos de edades para analizar donde se focaliza las violencias, quedando de la siguiente manera el 53% de las mujeres víctimas de violencias las padecen las mujeres adultas de 29 a 59 años; el 23% las jóvenes 18 a 28; el 11% las niñas 0 a 11; el 7% las adolescentes 12 a 17 y el 6% mayoras de 60 años en adelante. En cuanto al tema de acceso a la justicia, se registró 50 casos, de los cuales el 86% no denuncian, el 10% denuncia a la justicia propia y el 4% a la justicia ordinaria.

Cabe mencionar que las cifras sobre los agresores, rango de edades y acceso a la justicia son datos extraídos del sistema de información del Observatorio de Violencias Basada en Género del Programa Mujer del CRIC.

Con la presentación del boletín no solo se busca contextualizar las formas de violencia como dato estadístico, sino que se pretende analizar el impacto que generan en la vida personal de las mujeres y su entorno.

Además, busca promover conciencia y generar acciones para hacerle frente a las desarmonías y erradicar las violencias contra las mujeres que va más allá de la naturalización de la misma, para garantizar el pleno disfrute de los derechos de las mujeres en los diferentes territorios del Cauca y restablecer la vida en armonía y equilibrio.

Hechos de violencia que han afectado la Integridad y la vida de las Mujeres indígenas

A continuación, se presentan los hechos de violencia que han afectado la integridad y la vida de las mujeres indígenas en los territorios del Cauca. Los datos corresponden al tercer trimestre del año 2022 comprendido entre mayo hasta agosto. Durante este tiempo, se registró 701 casos de violencias contra las mujeres, lo cual lleva a profundizar en los análisis, para así generar estrategias de prevención ante este flagelo al interior de las
comunidades.

El gráfico 1 nos presenta los hechos de violencias sexuales que padecen las mujeres indígenas en los diferentes territorios del Cauca. De las diez (10) zonas registradas en los meses de mayo hasta agosto se documentó (167) casos en la zona Norte; (42) en Tierradentro; (29) en Sat Tama Kiwe; (26) en zona Oriente; (18) en la zona Sur y (14) en zona Occidente. Esto da cuenta de la permanente exposición a las violencias que se encuentran las mujeres indígenas al interior de los territorios donde el contexto social, familiar y por el conflicto armado convierten el cuerpo de las mujeres en un epicentro de todo tipo de desarmonías que se vulneran sistemáticamente. De igual manera, se registró (9) en la zona Centro; (3) en la Costa Pacífica; (1) en Reasentamientos y (1) en Bota Caucana, aunque las cifras son menores en estos territorios, esto no significa que las violencias no ocurran; por el contrario, la razón obedece a que la información proporcionada es muy mínima.

Tipos de violencia que padecen las Mujeres indígenas

Las violencias que se han considerado más relevantes que padecen las mujeres indígenas en las diferentes zonas son las siguientes: acceso carnal violento, acoso sexual, actos sexuales y otras formas de violencias. Para ello, se utilizó como fuentes el Observatorio Violencias Basadas en Género del Programa Mujer CRIC y el Subproceso de Vigilancia y Monitoreo de la Asociación Indígena del Cauca AIC-EPSI.

El gráfico 2 señala que (28) de los casos de acceso carnal violento se presentaron en la zona Norte; (12) en Sat Tama Kiwe; (9) en Tierradentro y (9) en la zona Sur. Estas violencias se presentan al interior de los hogares donde las mujeres son sometidas en contra de su voluntad, siendo el agresor un integrante de la familia y en algunos casos se atribuye al conflicto armado como se presentará más adelante. En las zonas Centro, Oriente y Occidente se registraron (5) casos cada uno y en Reasentamientos se registró (1). Las zonas restantes como Costa Pacífica y la Bota Caucana no entregaron las fichas asignadas del registro sobre los casos de violencias.
El gráfico 3 sobre actos sexuales indica que (20) casos se presentaron en la zona Norte; (11) en Sat Tama Kiwe; (9) en zona Sur; (7) en zona Occidente; (6) en Tierradentro; (5) en zona Oriente; (3) en Costa Pacífica; (2) en zona Centro; (1) en Reasentamientos y Bota Caucana. Se puede observar las condiciones de vulnerabilidad e inferioridad a las que están expuestas las mujeres indígenas en los diferentes territorios.
El gráfico 4 sobre acoso sexual (25) casos se presentaron en la zona Norte; (12) en Tierradentro; (2) en las zonas de Sat Tama Kiwe y zona Centro y (1) en las zonas de Oriente y Occidente. Las demás zonas como Reasentamientos, Bota Caucana, Costa Pacífica no se logró recopilar datos.
En gráfico 5 sobre otras formas de violencias sexuales nos indica que (94) casos se presentaron en la zona Norte; (20) en zona Oriente; (15) en Tierradentro; (14) en zona Occidente; (4) en Sat Tama Kiwe y (2) en zona Centro. En zonas como Sur, Reasentamientos, Bota Caucana, Costa Pacífica no se entregó información. Los gráficos anteriores sobre las diferentes formas de violencia sexual dan cuenta sobre la manifestación de violencias contra las mujeres que hay dentro los territorios indígenas, donde estos actos agresivos se reproducen de manera sistemática, reduciendo a la mujer a condiciones de inferioridad para imponer una conducta sexual en contra de su voluntad, actos que buscan fundamentalmente, someter el cuerpo y la voluntad de las mujeres. Esto causa afectaciones físicas, emocionales como frustración, miedo, ansiedad y odio en las mujeres, que con el tiempo genera desarmonías a nivel individual, familiar, comunitario y en el territorio en general. Aparte de ocasionar secuelas irremediables para las mujeres indígenas, puesto que desarmonizan su cuerpo como territorio sagrado.

Rango de edades de las Mujeres que padecen las violencias sexuales

Comprendiendo las diferentes formas de pensar en cada una de las cosmovisiones y de los ciclos vitales de la mujer indígena que maneja cada pueblo, desde el Observatorio de Violencias Basadas en Género se trató de sintetizar los ciclos de vida de la mujer en cinco (5) etapas las cuales se han dominado de la siguiente manera: niñas de 0 a 11 años; adolescentes de 12 a 17; jóvenes de 18 a 28; mujeres adultas de 29 a 59 y mayoras de 60 años en adelante. Bajo estos ciclos se identificó la siguiente información de las zonas que de manera transparente entregaron información al Observatorio de Violencias Basadas en Género.

El gráfico 6 sobre el rango de edades que se reportó al Observatorio de violencias Basadas en Género fueron 83 casos, de los cuales el 53% de las mujeres víctimas de violencias las padecen las mujeres adultas; el 23% jóvenes; el 11% niñas; el 7% adolescentes y el 6% mayoras. La cantidad de vulneraciones contra la mujer se presenta en el ciclo vital de las mujeres adultas, que, en muchos de los casos la violencia relaciona al agresor está vinculado a la familia. Así mismo, generar una desarmonía contra la mujer indígena independientemente de la edad constituye un acto violento de extrema vulneración de los derechos de la mujer debido a que la mujer indígena es parte fundamental para el desarrollo de los diferentes procesos y es sujeto de derechos, por lo tanto, para garantizar la pervivencia de los pueblos se hace necesario resignificar el valor que tienen las mujeres en los territorios. Todo acto en su contra que afecte su humanidad, es una desarmonía que daña la madre tierra y la naturaleza, quienes también son seres femeninos que se conectan estrechamente con el ser espiritual y físico de la mujer. La naturalización que las comunidades y la sociedad tiene sobre la violencia contra las mujeres implica poner en riegos los ciclos vitales de la mujer indígena.

Caracterización de los Agresores de las Violencias

Comprendiendo que ya se han relacionado los hechos violentos, es necesario identificar los tipos de agresores que violentan a las mujeres indígenas, como se presenta en el siguiente gráfico.

En la caracterización del gráfico 7 lo que más preocupa es que los agresores son las ex parejas sentimentales de las mujeres, con el 44% de los casos; el 22% a los vecinos; el 19 % está atribuido a los grupos armados en el marco del conflicto armado interno; el 8% a la pareja sentimental actual y el 6% familiares cercanos. De acuerdo con lo anterior, la violencia post-separación de una relación sentimental es una de las causas y consecuencias de las violencias hacia las mujeres, donde el agresor (ex pareja sentimental) tras la separación acude a estrategias de agresión, miedo, amenaza, chantaje para someter a la mujer, que en muchos casos terminan en feminicidios. Por otro lado, las causas de violencias por el conflicto armado interno es otra de las consecuencias que afecta a las mujeres indígenas, debido a que los actores armados hacen uso de la violencia sexual como una estrategia de guerra. Las incursiones de ejércitos legales e ilegales a los territorios indígenas son acompañadas por acoso sexual, violaciones sexuales y enamoramiento como táctica de cooptación de la población a través de sus mujeres. En la violencia ejercida por los actores armados es muy recurrente la utilización del cuerpo de las mujeres, jóvenes y niñas indígenas. Estas agresiones producen un efecto devastador, e irreparable como secuela se presentan el contagio de infecciones de transmisión sexual, traumas psicológicos, rechazo y estigmatización social por las comunidades y familias de las afectadas, entre otros. Además, las mujeres indígenas víctimas de estas agresiones sexuales por parte de los diferentes actores del conflicto armado, en su mayoría no denuncian los actos de agresión, o si declaran, no salen de la comunidad indígena. En muchos casos esto se debe por factores socio estructurales, tales como la vergüenza, aislamiento y estigmatización social generados sobre una mujer por el hecho de haber sido víctima de violencia sexual.

Hechos de violencias intrafamiliares en las diferentes Zonas del CRIC

El Observatorio de Violencias Basadas en Género y la información proporcionada por el Subproceso de Vigilancia y Monitoreo de Asociación Indígena del Cauca AIC-EPSI, así mismo, vislumbró 391 casos de violencia intrafamiliar de tipo verbal, físico, psicológico, violencia doméstica y económica.

El gráfico 8 da cuenta sobre la violencia intrafamiliar, donde (168) casos se presentaron en la zona Norte; (48) en Tierrdentro; (47) en zona Oriente; (43) en Sat Tama Kiwe; (40) en zona Sur; (21) en zona Centro; (9) en Reasentamientos; (7) en zona Occidente; (4) en Costa Pacífica y (4) en Bota Caucana. Lo anterior, da cuenta del grave problema que existe en las comunidades indígenas, pues la violencia intrafamiliar es una de las manifestaciones que existen y que afecta a todas las comunidades. La característica en este tipo de violencia es que la padecen todos los integrantes del entorno familiar, generando un riesgo y de vulnerabilidad para la desintegración familiar. También una de las causas de este tipo de violencias en las comunidades se presenta por la infidelidad, sustancias psicoactivas, escasos recursos económicos, alcoholismo y la embriaguez casi habitual en las comunidades. La ingesta excesiva de alcohol en muchas ocasiones ha terminado en hechos de violencia intrafamiliar, por ende, alterando la armonía de la familia y comunidad. La mujer indígena que generalmente se encuentra en su hogar es maltratada por su pareja quien ejerce un control sobre ella tras la ingesta de bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas.

Acceso a la Justicia

Resaltando el valor vital que representa la operatividad de la justicia en las agresiones que se han registrado en este boletín, las cuales afectan todos los ciclos vitales de vida de las mujeres indígenas, sus entornos familiares y comunitarios, el siguiente gráfico permite analizar el acceso a la justicia para los casos de violencia en los territorios indígenas del Cauca.

Como se evidencia en el gráfico 9 sobre acceso a la justicia, el 86 % de las mujeres indígenas no reportan los hechos de violencia; el 10 % denuncian a la justicia propia y solo el 4% a la justicia ordinaria . Lo anterior indica que las mujeres indígenas no denuncian los casos de violencias porque no existen las garantías dentro de algunos territorios indígenas para acceder a la justicia. Además, en muchos casos al denunciar los hechos de violencias son revictimizadas por las mismas autoridades ancestrales e institucionales, por tal motivo, prefieren guardar silencio y no denunciar. Lo que indica que el acceso a la justicia es precario e ineficaz. De esta manera, todas estas situaciones van configurando en las mujeres una falta de credibilidad sobre el sistema de justicia propia y ordinario, lo cual redunda en la negativa a denunciar. El miedo a ser revictimizadas y la falta de conocimiento de los derechos son los obstáculos más grandes para que las mujeres denuncien y accedan a la justicia. Sin embargo, cabe reconocer que también hay territorios donde las autoridades están posibilitando los espacios para el acceso a la justicia y están escuchando a las mujeres y tratando de comprometerse en la implementación de buenas prácticas que contribuyan al restablecimiento de la armonía y los derechos de las mujeres. Finalmente, el trabajo que queda por avanzar en materia de garantías y exigencias de derechos de las mujeres indígenas es muy amplio, por lo que se hace necesario continuar con procesos de diálogos al interior de las comunidades para así mejorar sus condiciones de vida y romper los círculos de violencias y desigualdad que padecen al interior de los territorios.

Recomendaciones

Desde el Observatorio de Violencias Basadas en Género del Programa Mujer del CRIC, de acuerdo al análisis realizado sobre las violencias contra las mujeres indígenas hacen las siguientes recomendaciones con el fin avanzar en las garantías de los derechos de las mujeres para la eliminación de todo tipo de violencias al interior de las comunidades.

  • El tema de acceso a la justicia es precario e ineficaz, por lo cual, se hace
    necesario hacer una exigencia para la justa aplicación de la justicia propia,
    donde los procesos de las mujeres indígenas sean una prioridad en la Jurisdicción
    Especial Indígena.
  • Coordinación entre la Jurisdicción Especial Indígena y la Jurisdicción
    Ordinaria para los casos de violencias contra las mujeres para que de esta
    manera se logre hacer justicia frente a estos casos.
  • Formación en materia de derechos para las mujeres indígenas y así
    fortalecer la promoción de sus derechos para que sean las mismas mujeres
    indígenas las que acompañen a otras; generando escenarios de visibilización y
    denuncia.
  • Generar políticas en materia de prevención de todo tipo de violencias
    desde el gobierno propio y gobierno nacional.
  • Apoyar los programas de la mujer en los diferentes territorios indígenas
    para combatir la violencia contra las mujeres, contribuyendo así a la generación
    de comunidades sin violencias.
  • Establecer espacios de diálogo dentro de la Jurisdicción Especial Indígena
    con relación a los derechos de las mujeres para desarrollar actitudes y prácticas
    que permitan eliminar las violencias en los territorios.
  • Contribuir a fortalecer la participación de las mujeres al interior de las
    comunidades, para que la justicia indígena pueda dar respuestas efectivas a la
    violencia hacia las mujeres.

Datos de contacto:

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Correo electrónico: [email protected]

Boletin informe de violencias contra las mujeres indigenas 22mb