Quieren hablar directamente con Gobierno y Farc de respeto al DIH y de zonas de reserva campesina, reinserción y desminado.

Las comunidades indígenas del norte del Cauca anunciaron que enviarán una delegación a La Habana, para dialogar directamente con las delegaciones del Gobierno y las Farc sobre dos temas específicos en los que se sienten involucradas: el respeto al Derecho Internacional Humanitario y las zonas de reserva campesina o territorios interétnicos.

La decisión fue anunciada durante el XIV Congreso del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) que se llevó a cabo en la población de Coconuco, donde durante cuatro días más de 20.000 indígenas reafirmaron sus posturas de gobernabilidad, autonomía y unidad.

En este sentido, sobre el tema de los territorios interétnicos y el reciente anuncio de la Mesa de Unidad Agraria (MUA), sobre la posibilidad de que los territorios baldíos sean zonas de reserva campesina, la líder del CRIC, Aida Quilcué, manifestó que ello va en contravía a los derechos territoriales de los nativos, que viven en predios con esas características, y si bien se apoya el derecho a construirlas, no se deben afectar territorios indígenas o afrodescendientes: “Es preocupante el caso del Cauca, porque varias de las zonas propuestas están en tierras habitadas por indígenas”.

Según Pablo Tatai, asesor de tierras del CRIC, en la mesa de diálogos de La Habana no hay nada nuevo sobre el tema agrario: “La guerrilla está acordando con el Gobierno la Ley 160 de 1994. No se han tocado los latifundios ni las tierras ganaderas. Y por ese motivo, las zonas de reserva campesina pueden extenderse a territorios indígenas, y eso preocupa a las comunidades del Cauca”.

Por su parte, los representantes de varias comunidades campesinas, organizadas mediante el Comité de Integración del Macizo Colombiano, solicitaron continuar el diálogo interétnico y permitir que la unidad prime por encima de intereses particulares.

El otro tema que pretende tratar la comisión indígena en La Habana es el tema humanitario. Como se sabe, por medio de varias cartas que la organización indígena le envió al Secretariado de las Farc, las acusaron de ser los responsables de los homicidios a líderes indígenas, y en particular el de Benancio Taquinás, asesinado el 18 de abril en Jambaló.

Lo que más preocupa es que la respuesta de las Farc fue tajante, al indicar que no tolerarán más judicializaciones a miembros de su organización, como lo hizo la justicia indígena al referirse sobre el asesino de Taquinás. “Necesitamos decirle a la guerrilla y al Gobierno de que así como están comprometidos con la paz, cumplan con el Derecho Internacional Humanitario y el respeto a las comunidades que es lo que ellos dicen defender”, dijo Henry Caballero, exintegrante del desmovilizado grupo guerrillero indígena Quintín Lame.

Sin embargo, aunque en el marco del conflicto este es el tema de coyuntura, otra cosa que preocupa son los territorios minados y la reinserción de los indígenas que están en las filas de las Farc. “Si hay posibilidad, se hablaría cómo va a ser la reintegración de los excombatientes indígenas a las comunidades para garantizar un proceso exitoso. Y hay que hablar del desminado. El Cauca está completamente minado, y eso va a ocasionar muchas muertes después del conflicto”, agregó Caballero.

Aida Quilcué también se refirió a la propuesta de una constituyente para refrendar los eventuales acuerdos de paz. Para ella, “hablar de esa posibilidad en medio del sistema de discriminación en el que vivimos, por los que consideran que el indio es un problema para el país y para el desarrollo, puede desembocar en un retroceso histórico de los derechos ya conquistados.

Así pues, aunque los indígenas están de acuerdo y han saludado el proceso de paz en La Habana, consideran que allá no se está negociando la paz de Colombia, porque el que debe hacerlo finalmente es el propio pueblo colombiano.

Por: Edinson Arley Bolaños / Especial para El Espectador

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