Albeiro Camayo, un Nasa del territorio de Las Delicias, hijo de recuperadores de la Madre Tierra, quien dedicó su vida al caminar digno por la defensa de la vida y el territorio.

Hablar de Albeiro necesariamente implica hacer memoria, dejando caer las lágrimas que con dolor y rabia salen del corazón. Un nudo en la garganta se apodera de nosotros, Fabián Camayo (hermano de Albeiro) y yo, no hay chirrincho para brindar en su nombre, sin embargo, pedimos permiso para hacerlo.

“Albeiro, fue una persona muy entregada a la organización” empieza mencionando Fabián, quien hace parte de la guardia indígena del territorio de Las Delicias; con la cabeza un poco inclinada y un sombrero que le cubría el rosto, continúa “una de sus grandes fortalezas era organizar el tema de la comunidad, en los espacios que lo logre acompañar en vida, él se enfocó mucho en los Kiwe Thegnas (Guardia Indígena). Asumió la coordinación Local de la Guardia, cuando aún el tema de los Kiwe Thegnas no era muy fuerte. Albeiro organizó a los muchachos y estuvo en diferentes espacios acompañando como la coordinación Zonal y Regional”.

Albeiro, viene de una familia recuperadora de Tierra, cercana a la organización; Miguel Ángel Camayo, Padre de Albeiro, fue uno de los que inicio el proceso de recuperación del territorio de Las Delicias. Albeiro, desde muy niño acompañaba las luchas en este proceso de recuperación, junto a sus padres y hermanos. La lucha por la defensa de la vida y el territorio la llevaba en la sangre.

“Desde la familia nos han inculcado ese amor al proceso, a la organización, ese amor por la Tierra y el territorio” menciona con orgullo Fabián y continúa diciendo “a raíz de eso él empieza a trabajar en la organización desde muy joven, así como lo venimos haciendo muchos Kiwe Thegnas que hoy todavía estamos y que lo logramos conocer”

Albeiro, asume la coordinación local en el territorio de Las Delicias en el 2001, año en el que la guardia deja de llamarse guardia cívica, para llamarse Guardia Indígena, él fue uno de los que motivo esa idea, llegó al territorio para decir que hay que organizarse como jóvenes, como mayores y como niños. “Él tenía el don del convencimiento” afirma Fabián.

Fabian, no deja de mencionar que organizar la gente, en especial el tema de jóvenes en el cuidado y defensa del territorio, posicionando fuertemente la lucha por la vida ante los actores armados, fue la sentencia de muerte de Albeiro. Una muerte realmente cruel.

“La posición política que él tenía lo llevó a tener varias dificultades dentro y fuera de la organización, tenía señalamientos y amenazas por parte de los grupos armados al igual que por algunas personas en la comunidad, que, desde sus liderazgos, no estaban de acuerdo con lo que se venía haciendo como Kiwe Thegnas, pese a esto, él nunca renunció al proceso y lo acompaño hasta el día en que terminaron con la vida de él” nos dice su hermano.El 2021 y 2022 fueron años realmente duros para la familia Camayo Guetio, quienes tuvieron que enfrentar el fallecimiento del mayor Miguel Ángel Camayo, padre de Albeiro, en el mes de agosto, tres meses después, el asesinato de Marcos Camayo (hermano mayor de Albeiro), un domingo 21 de noviembre en el que él se encontraba trabajando la parcela. Marcos fue asesinado con nueve (9) tiros en diferentes partes del cuerpo. “La forma de los asesinatos era un mensaje a la familia, a la organización, como ellos decían: dejen la joda o vamos por ustedes también” dice Fabián.

A principios del mes de enero del 2022, la autoridad recibe información de que un grupo armado se ubicó en la vereda Mirasoles, sector el Salvado, en donde estaban haciendo retenes y requisando a la gente, preguntando por guardias y autoridades, situación que alarma a la comunidad, autoridad y kiwe Thegnas.

Fabián, en ese entonces era autoridad en el territorio de Las Delicias, a las 8 de la mañana del 14 de enero del 2022, recibe la llamada de un comunero reportando a su hijo desaparecido desde hace dos días, Fabián, reporta el caso a las demás autoridades y procede al ejercicio de control territorial, alrededor de las 9 de la mañana recibe la noticia de que el coordinador Édison Zeti, lo estaban persiguiendo. Pasada media hora corroboran de que está bien.

Después del mediodía, Albeiro y un grupo de Kiwe Thegnas, ya en la vereda Mirasoles, sector El Salvado, se encuentran con 18 guerrilleros de la Jaime Martinez, Albeiro, quien encabezaba, el grupo de Kiwe Thegnas, pide explicaciones frente el asesinato de Marcos Camayo, su hermano, el grupo armado manifiesta no poder hablar e inmediatamente hacen una llamada en la que expresan: “ellos son, ya verificamos y ellos son”

La guardia indígena en compañía de la comunidad, piden la retirada del grupo armado, ellos se van mientras hacen tiros al aire; verificando la retirada, la comunidad y guardia llegan hasta la vereda San Ignacio, en donde se encuentran con alrededor de 60 integrantes de la Jaime Martinez, quienes dicen “hasta aquí llegaron” lanzando una granada, que aturde a quienes ahí se encontraban.

Fabián, en compañía de cuatro Kiwe Thegnas, se dirige a los actores armados, cuestionando claramente el actuar de ellos. Guillermo Chicame, junto con otros kiwe Thegnas, llegan a respaldar a Fabián; un integrante de la Jaime Marinez, hace unos tiros. Fabián forcejea con él, momento en el que es impactado en el abdomen. Guillermo intenta sacar a Fabián, y es impactado por arma de fuego en la espalda, perdiendo así la vida.

Mientras ocurría esta situación, ya se había hecho un llamado para respaldar a la guardia, comunidad y autoridades. Breiner Cucuñame, guardia indígena de 14 años, quien se encontraba en compañía de su padre, trabajando en la construcción de una casa, deciden acudir al sitio, iban en una moto cuando desde una loma les disparan. Breiner es asesinado por la espalda, por otro niño, quizá dos años mayor que él, a un kilómetro de donde estaba herido el compañero Fabián.

Días antes del 24 de enero del 2022, la las señas y los sueños estaban inquietos, “pa cargar vela decían unos”.

Ese día en el territorio de Las Delicias se había cuadrado una reunión entre la guardia y autoridades, según nos cuenta Fabián, con el fin de aclarar los señalamientos directos contra Albeiro y los Kiwe Thegnas. Terminada la reunión y ya cuando Albeiro, se dirige a su lugar de residencia, reciben el llamado de que un grupo de la Jaime Martinez, esta sacando a la fuerza a la gente de sus casas a una reunión en el sector La Primavera del resguardo de Las Delicias.

Allá llega Albeiro y exige que se retiren del sitio, los disidentes le dicen “de estos días no pasa” y se retiran, Albeiro regresa a la sede de la autoridad, estando allí, recibe una llamada donde le informan que el hijo, quien también hacia parte del guardia indígena, no aparece. Albeiro con un grupo de Kiwe Thegnas, decide regresar al sector de La Primavera, donde encuentran al grupo armado, exigiendo nuevamente que se retiren del territorio.

Ya habiendo verificado que su hijo estaba bien, se dispone a regresar. De camino se encuentra con unas camionetas de los grupos armados, que sin mediar palabras lo encañonan y le piden que se arrodille. “Yo prefiero morir en la raya que morir arrodillado” una frase que siempre decía Albeiro y que con fuerza recuerda su hermano.

Los primeros tiros se los dan en las piernas, buscando así que se arrodille. Dice su hermano que le dan de 7 a 12 tiros de fusil, en donde destrozaron su rostro, quienes estuvieron presente, manifiestan que se turnaron para dispararle, para patearlo, para degollarlo; le quitaron las insignias que hasta el último día cargo con orgullo, pese a todo en lo que ese momento (valga la redundancia) le estaba pesando. Las alzaron como si fuesen un trofeo.

Ese día se escureció, empezó a llover como si fuera el fin, se demoraron mucho en traer el cuerpo de Albeiro, mientras tanto el trueno regañaba, hacía sentir miedo, tenía rabia y estaba despidiendo a su hijo Albeiro.

Carmen, una de sus hermanas lloraba recostada y desconsolada sobre una moto, no dice palabra alguna, llegaban a abrazarla. Nadie podía sentir el dolor de ella y su familia. “lo dejaron solo” finalmente pronuncia; mientras que en medio de la lluvia, una camioneta blanca acompañada de unos guardias trae el cuerpo de Albeiro, envuelto en un plástico negro. El dolor y la rabia se refleja en los ojos y en el silencio de quienes ahí venían.

“Tío, a mi papá lo mataron” fueron las palabras que recibió Fabián durante una llamada, alrededor de las 4 de la tarde, él le pide a su sobrino que verifiqué, a lo que responde “estoy junto con él, esta tirado junto a mis pies”, Fabián pierde la cordura, según nos cuenta, los médicos lo sedan y ya reacciona al otro día.

30 minutos fue el tiempo que le dieron a Fabián para despedir a su hermano, y que él manifiesta ser un tiempo que se fue como agua entre las manos.

Albeiro fue recibido en la ACIN Cxhab Wala Kiwe, o Yat Wala, como también se conoce, la calle de honor más triste que ha habido en la historia del movimiento indígena. Según nos contaron unos compañeros “sonó el himno a la guardia indígena y no pudo ser entonado” el dolor y la rabia impidió que así fuera, el coordinador histórico de la guardia Indígena había sido asesinado.

Recordar a su hermano en ese momento a Fabián le roba las palabras, un suspiro da inicio a un gran silencio, su cabeza aún inclinada, cubriendo su rostro con el sombrero, solo deja ver caer las lágrimas. Aprieto el brazo de Fabián, sin saber que más hacer, miro en su bastón un botón con el Rostro de Albeiro y comprendo lo difícil que es hablar de quienes nunca morirán.

“Desde que Albeiro, comenzó en el tema de la Guardia yo siempre imaginaba que iba a llegar ese momento de tener que despedirlo, muchas veces dentro de la familia o a nivel personal yo me ganaba problemas porque quedaba pendiente de la hora en que él llegaba y cuando ya pasaba muchos días me iba a buscarlo” cuenta Fabián con la voz entrecortada y continua “a pesar de que yo ya tenía preparada la mentalidad de que un día lo iba a encontrar así, no pude enfrentarlo ese día. Ver a mi hermano dentro de esa caja, son cosas que a uno lo marcan de por vida”.

Albeiro integraba a la familia y a la comunidad con criterios que venían desde la base y es por eso que duele tanto su asesinato. Había acuerdos o criterios, como quieran llamarlos, pero que concluían en el acompañar a la familia de los y las Kiwe Thegnas.

Cuando un Kiwe era asesinado, Albeiro, junto con otros guardias se iban a acompañar durante varios días, para que la familia sienta que el Kiwe Thegna murió por algo que vale la pena. Y claro, si nos ponemos a ver ¿qué es lo que se lleva un guardia en su ataúd finalmente? Independientemente de sus circunstancias, solo el bastón, la pañoleta y el chaleco.

Albeiro a sus compas cercanos, a la hora de hablar de la muerte siempre les decía que sembraran un árbol al pie de su tumba, “háganme descansar debajo de un árbol” les decía. Jhonatan, un guardia indígena, sembró dos árboles, los cuales fueron arrancados por la disidencia de la Jaime Martinez, quienes, además, a la hora de intimidar a la comunidad, lo hacen desde la tumba de Albeiro. “Me toca llegar solo a la tumba de Camayo y yo realmente no sé si él está descansando” menciona el compañero en una de muchas conversas.

Para otros compañeros es el Viejo, un hombre forjado de valor, coraje, templanza, que se caracterizó por su bastón, su cubierta negra, su hata, un hombre que enseño siempre a luchar contra opositor y caminó sin miedos, tal cual lo caracteriza Cristian, un comunicador que caminó con él durante las movilizaciones; él continua diciendo que: Albeiro, ensenó a los Guardias el sentido de los colores que portan en su cuerpo, (el verde y rojo) y con sus pensamientos fuertes como la Madre Tierra inspiran alegrías al movimiento indígena, Albeiro, hizo que cantar el himno de la Guardia retumbara en el mismo cielo.

“la lucha viene siendo de las calles, de las ciudades, de los campos para seguir defendiendo la vida y el territorio, es por eso que día a día en cada una de las comunidades desde la resistencia y, como dijo el compañero Albeiro, se seguirá defendiendo el territorio que nos ve nacer, nos ve crecer y que nos vera morir” ese es el legado que dejó Camayo, afirma el compañero Fabián Mulcue.

“El mejor homenaje que se le puede hacer al Viejo, como muchos lo conocen y que dio la vida por este proceso, es seguir caminando el proceso organizativo, no dejarlo decaer” Finaliza Fabian Camayo.

El legado de Albeiro, es realmente grande y el camino a seguir aún más, hoy él es trueno protector de nuestro territorio y desde el otro espacio nos enseña a que no hay que aflojar ante las intimidaciones de los grupos armados, no hay que arrodillarse ante el plan de muerte, el cual viene cargado de terror y guerra. Hay que seguir en el proceso de la guardia, defenderlo con orgullo y no permitir que nuestros niños y jóvenes caigan en esa estrategia de muerte, sino que por el contrario empiecen un camino en busca de la justicia, resistiendo en este proceso con el bastón y la palabra.

Por: Programa de Comunicaciones del CRIC.

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