El 29 de enero de 2024 quedará marcado como un hecho histórico para las comunidades indígenas del Norte del Cauca, al concretarse un acuerdo trascendental en la adquisición de tierras. Después de más de dos décadas de incansable ejercicio en la Liberación de la Madre Tierra, el Gobierno del cambio liderado por el presidente Gustavo Petro, a través de la Agencia Nacional de Tierras – ANT, hizo la entrega formal de la finca La Emperatriz. Esta finca, a lo largo del tiempo, se había convertido en un poderoso símbolo de la lucha por el Derecho a la Tierra de los pueblos indígenas en esta zona.

La tenencia de la tierra ha sido una cuestión conflictiva, generando desarmonías incluso con las comunidades afrodescendientes y campesinas. Sin embargo, el pasado 29 de enero representa un cambio significativo en esta dinámica. El Movimiento Indígena, en particular los Liberadores de la Madre Tierra del Norte del Cauca, ha demostrado una vez más su capacidad política y de diálogo al lograr este importante acuerdo.

Durante más de dos décadas, las comunidades indígenas han trabajado incansablemente en la Liberación de la Madre Tierra, una lucha que va más allá de lo físico, siendo también un símbolo de resistencia cultural y espiritual. La finca La Emperatriz, además de ser un espacio geográfico, representaba la materialización de la persistencia y la resistencia frente a las luchas por el territorio ancestral.

El papel crucial de la Agencia Nacional de Tierras – ANT en este proceso subraya la importancia de la colaboración entre el Gobierno y nuestras comunidades indígenas. La entrega formal de la finca La Emperatriz no solo simboliza un acto de justicia histórica, sino que también fortalece el camino para la construcción de puentes de entendimiento entre diferentes sectores de la sociedad.

Este logro destaca la habilidad del movimiento indígena para tejer relaciones políticas y llevar a cabo negociaciones efectivas. El diálogo ha sido una herramienta fundamental para resolver conflictos y construir un camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo.

En conclusión, la adquisición de la finca La Emperatriz representa más que la obtención de un pedazo de tierra; es un paso hacia la reconciliación y la justicia social. Este acuerdo histórico en el Departamento del Cauca no solo beneficia a las comunidades indígenas directamente involucradas, sino que también establece un precedente positivo para la resolución pacífica de conflictos territoriales en todo el país. La tierra, en este caso, se convierte en un lazo de unión y entendimiento entre diferentes culturas y comunidades, fortaleciendo el camino hacia un futuro en el que la diversidad sea celebrada y respetada.

Por: Tejido de comunicación ACIN

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