Desmovilizados_Quintin_LamePor primera vez, exguerrilleros de diferentes grupos que dejaron las armas hace 25 años se reunieron para compartir sus experiencias, analizar su reinserción a la vida civil y, sobre todo, proyectar cómo pueden ayudar en las actuales negociaciones de paz.

La sociedad civil cumple un rol vital para que la paz se construya en las regiones una vez los grupos guerrilleros depongan las armas. A esa conclusión se llegó durante el Primer Encuentro Regional de Desmovilizados del Quintín Lame y del Movimiento 19 de Abril (M-19), realizado en La María – Piendamó, la emblemática finca de Cauca que los indígenas de la región convirtieron en “territorio de convivencia, diálogo y negociación”.

Al encuentro asistieron por los menos 130 personas, muchas de ellas reinsertados de esos grupos alzados en armas, y también algunos del Epl, quienes tras dos días de deliberaciones suscribieron una declaración política en la que hacen un llamado al “pueblo colombiano a lograr la garantía constitucional de la paz como un derecho y por tanto como política de Estado” y asimismo, a la “sociedad colombiana y a los medios de comunicación para trabajar una pedagogía de paz que permita que los procesos de reinserción se conviertan en un aspecto positivo para el desarrollo social y no en mecanismos de exclusión que generen nuevas violencias”. (Descargue en PDF la declaración política de los excombatientes)

A nombre del Quintín Lame, un grupo creado por los indígenas de Cauca a principios de los 80 para defenderse de la violencia que generó su proceso de recuperación de tierras, habló Henry Caballero Fula, vocero de ese grupo durante el proceso de paz con el expresidente César Gaviria. Este exguerrillero puso como ejemplo el caso del movimiento Caucanos por la Paz, una iniciativa liderada por el entonces arzobispo de Popayán, Alberto Giraldo Jaramillo, y que agrupó a dirigentes políticos, sociales y empresariales del departamento.

Según contó Caballero, inicialmente el movimiento buscó el diálogo con las comandancias guerrilleras y se internó en las montañas con el ánimo de preguntar sobre su compromiso de cese al fuego y de generar un ambiente positivo hacia estos procesos en la sociedad. Y acompañó todo el proceso del Quintín Lame.

“El aporte fundamental de Caucanos por la Paz fue el de la generación del escenario de reconocimiento como actores políticos a quienes estábamos en armas y de presentar el proceso de paz como una necesidad y una oportunidad para la región, pensada en términos de las ganancias generadas por la no existencia del conflicto armado. Ese escenario posibilitó que en Cauca pudiesen tener una presencia importante movimientos constituidos desde la dinámica de los procesos de paz como la ADM19 y la Alianza Social Indígena, que fueron acogidos por sectores políticos y sociales completamente distanciados de vías armadas”, sostuvo Caballero.

En el encuentro también se hizo un llamado para que las comunidades se vinculen desde ahora a pensar cómo será el posconflicto y a hacer aportes por si se da una eventual desmovilización de las Farc. “¿Vamos a buscar cambios fundamentales para una paz integral o simplemente va a ser la desmovilización de un grupo y no vamos a incidir mucho en eso? No se trata de esperar a que esté la firma del acuerdo para saber de qué paz estamos hablando: lo que se haga ahora, antes de que se firme el acuerdo, va a incidir mucho en la Colombia que tendremos después. En este momento estamos definiendo el posconflicto”, reflexionó el exvocero del Quintín Lame.

Al respecto, Aida Quilcué, exconsejera del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), señaló que no se debe hablar de posconflicto sino de posacuerdo, puesto que una vez se acabe la lucha armada, vendrán otros conflictos en la región. “La guerrilla deja su lucha pero nos toca la seguir la defensa territorial, porque estamos hablando de paz y mientras tanto nos están violentando el territorio por otro lado”, dijo la líder indígena, quien aseveró que además de las Farc y el Eln, en Cauca persisten los problemas por tenencia de tierra, las bandas criminales amenazan y asesinan indígenas, la minería ilegal acaba con sus territorios, y la política económica del gobierno “extractivista y sus TLC van en contravía” de sus principios de vida.

Una de las mayores preocupaciones es saber qué pasará con los indígenas que se encuentran actualmente en las filas de las guerrillas, porque además de la falta de información de este punto por parte de los negociadores de paz en Cuba, en algunas comunidades se ha hecho latente el temor y el rechazo de recibir a quienes hicieron la guerra. El exconstituyente Alfonso Peña Chepe, quien militó en el Quintín Lame y representó a los pueblos indígenas en la creación de la Constitución Política de 1991 junto con Francisco Rojas Birry y Lorenzo Muelas, hizo una llamado para que las comunidades los reciban nuevamente.

En ese sentido también se expresó Henry Caballero: “Hay comunidades que dicen que quien se fue para las Farc, deja de ser integrante de la comunidad. Pero estamos hablando de tres mil o cinco mil personas, ¿y las comunidades les van a decir que no vuelvan o van a pensar qué va a pasar con ellos? ¿Cuándo vuelvan se les aplicará la justicia propia o la justicia transicional? Todo eso hay que mirarlo y nosotros podríamos aportarle mucho a la reflexión que las comunidades hagan sobre este punto”. (Ver: El regreso a casa de los indígenas Nasa que pasaron por la guerra)

Por último, los desmovilizados resaltaron que han cumplido su compromiso de no retomar las armas pese a los incumplimientos del Estado de “desmontar los factores de violencia” y de que fuera eliminado “el carácter progresista de la Constitución Política del 91, producto de los acuerdos de los grupos y de la movilización social”. Además, reiteraron que quieren posicionarse como actores del posconflicto aportando su “experiencia para el avance hacia una paz integral y permanente”.

 

http://www.verdadabierta.com/desmovilizados/5661-la-sociedad-es-clave-para-la-construccion-de-paz-dicen-desmovilizados-del-quintin-lame

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