El día inició con un fuerte aguacero y el camino que esperaba a los comunicadores indígenas de los diferentes colectivos del Cauca, se llenó de lodo y agua, para esto, la mayoría de comunicadores venían preparados con sus botas pantaneras, sin embargo, algunos otros se habían confiado del clima caliente que les habían prometido. Dicho camino conducía al Resguardo Mandiyaco del Pueblo Inga, y allí sus habitantes estaban a la espera de que llegaran sus invitados para realizar una muestra de su plato típico llamado “Maitu Kusaska” o “Pandado” que significa pescado asado.

Del Resguardo de Santa Martha los comunicadores se dirigieron en bus hasta el lugar llamado Villa Mosquera, estando allí todos se bajaron para emprender el camino, no sin antes repartir el pescado que llevaban para preparar el plato, pues este es el elemento principal del “Pandado”, en esta ocasión al ser muchos los invitados, el pescado fue comprado, pero, tradicionalmente los Ingas lo pescan en su rio Mandiyaco, cabe resaltar que Mandi, significa fuerte y Yaco agua, esto según las enseñanzas de los mayores. Paso tras paso el camino se iba volviendo cada vez más inestable, sin embargo, a pesar del lodo, el miedo a las caídas, y hasta un puente colgante, sobre el río, hecho de tabla y hierro, que se tambaleaba cada que alguien caminaba, el paisaje, los sonidos de la naturaleza, la alegría de los compañeros y la emoción de conocer nuevos lugares, valían cada paso.

Al llegar todos, las autoridades del lugar, dieron la bienvenida junto con el orden del trabajo a desarrollar durante el día. En primer lugar se realizó la armonización, la cual se llevó a cabo en el salón espiritual del resguardo, donde dos Médicos Tradicionales, cubiertos de plumas, collares coloridos y camisas adornadas con dibujos de animales, al son de la música empezaron el ritual de armonización, cantando y utilizando su medicina para sacar todas las energías negativas que pudieran estar presentes. Una vez finalizada la armonización colectiva, los médicos indicaron que quienes quisieran limpiarse por medio de una planta representativa del territorio podían hacerlo, así fue como primero los hombres y luego las mujeres se acomodaron en círculo mientras los mayores fueron limpiándolos uno a uno, a algunas personas la ortiga les produjo irritación en su piel, pero la gran mayoría después del ritual se sintieron muy bien.

En un segundo momento, después de escuchar al grupo de música de Mandiyaco, los dinamizadores del programa de comunicaciones dieron las pautas necesarias para continuar con el trabajo de formación, fue así como los comunicadores se repartieron en los grupos en los que días previos venían trabajando, para realizar un producto entorno a la experiencia de conocer de primera mano el famoso plato típico “Pandado”. Los de radio salieron a realizar entrevistas, los de audiovisual empezaron a identificar personajes y los de escritura empezaron a observar cada paso de la preparación.

Es así como todos pudieron observar que alrededor del fogón, dos mujeres Ingas, se movían ágilmente, entre el mesón y las brasas. El pescado había sido cortado a la mitad, se le había puesto: cebolla, cebollín, ajo, cimarrón y sal, y estaba siendo envuelto dentro de una hoja de bijao, la cual había sido previamente sellada por un poco de fuego en el fogón. El pescado después de ser en vuelto en las hojas era puesto en el fogón durante una hora, una de las mayoras era la encargada de atizar el fuego y mover los pescados envueltos para que se cocinaran bien, esto lo hacía con tal agilidad que pareciera que el fuego no la quemara.

AL ser muchos los invitados, el almuerzo se demoró un poco, no obstante, este espacio de tiempo sirvió para que los comunicadores conocieran el lugar y sus habitantes. Luego con un poco de hambre y ansioso por conocer el sabor del “Pandado” todos sacaron de sus mochilas su plato, vaso y cuchara y se dirigieron a hacer la fila para recibir el almuerzo. Al probar los primeros bocados de este, los rostros fueron cambiando y el ambiente se tornó diferente, pues no es lo mismo que un plato llegue a la mesa sin conocer todo el proceso que hubo detrás de él, pero tener la oportunidad de ver el esfuerzo de las mayoras cocineras mientras preparaban casi 60 pescados en el transcurso de unas horas son experiencias inolvidables, cada bocado se valora mucho más, e incluso la mayoría quedaron con ganas de comer otro poquito.

Al final de la jornada, los comunicadores prestaron atención al contexto que dio el Consejero de la Asociación del Cabildo, quien contó cómo se habían organizado poco a poco y se habían incorporado al Consejo Regional Indígena del Cauca, llevando un proceso propio para lograr una mejor calidad de vida para sus habitantes. Finalmente después de muchos agradecimientos para el Resguardo Mandiyaco por su hospitalidad y recibimiento, los comunicadores de los diferentes colectivos de los Pueblos Indígenas del departamento del Cauca, emprendieron nuevamente una hora de camino para regresar al resguardo de Santa Martha y continuar con su formación, esta vez con una gran historia que contar.

Por: Programa de Comunicaciones CRIC 

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