Desde muchas partes del sur del país se vienen tejiendo saberes y resistencia en la minga social y comunitaria por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz, en donde el CRIC (consejo regional indígena del cauca) CRIDEC (consejo regional indígena de caldas) CRIHU (consejo regional indígena del Huila) sectores campesinos, comunidades afros y sectores sociales junto con las comunidades que representan, buscan tener un debate político claro y hablar de diversas situaciones que desarmonizan la vida en los territorios, como la militarización, presencia de multinacionales, incremento de violencia en los territorios y despojo, esto ligado a un modelo de muerte que pretende dejar en el olvido a los pueblos.

La palabra minga tiene un significado profundo y busca aprender y construir trabajando en conjunto, hacer las cosas unidos en comunidad. Por eso, esta minga se desarrolla desde la base de escucharnos desde abajo, desde el pueblo, que es la base del entender que vivimos en lugares diferentes, pero, que las realidades no son tan distintas, los opresores siempre buscan privilegios, ellos no quieren que caminemos la palabra y nos escuchemos, que aprendamos de lo caminado, nos quiere dividir con sus tentáculos utilizando la desinformación de los medios de comunicación que están a su servicio y mediante la estigmatización, creando paradojas y dudas ante la prensa nacional e internacional, el pueblo en general que desde lejos sin estar atento y participando no logra entender la grandeza de las acciones en la minga y lo que busca que no es beneficio para unos pocos si no para el pueblo colombiano en general.

La minga iniciada desde el 10 de octubre en Monterilla, Zona Sat Tama Kiwe Cauca, y que de allí partió a la ciudad de Cali y ha hecho el recorrido pasando por las ciudades de Armenia, Ibagué, Fusagasugá y Soacha para llegar finalmente a la ciudad de Bogotá. En este caminar la palabra digna se ha encontrado con la gente del común, esa que se la rebusca en el día a día y vive en diferentes contextos, muchos que al ver llegar a los mingueros sintieron mucha emoción y una esperanza que crecía con el paso de los símbolos de la lucha que llevamos desde el sur del país, pero que son la semilla de  resistencia que llevamos para que las cosas cambien y se contorne un mundo posible a todos, pero, eso no va a venir de arriba eso es desde los oprimidos y  pueblos que luchan y esta MINGA hace parte de todas las acciones que se van de a pocos construyendo, aunque si se hace necesario que el estado y los gobernantes de turno nos escuchen y respeten nuestro proceso.

Después de más de ocho días recorriendo la geografía colombiana, esa que es golpeada a cada rato por el mal accionar de unos pocos que tienen como objetivo mantener el poder a toda costa, llegamos a la capital donde están los que se creen que mandan en el país y pasan por encima de los derechos de los pueblos y la dignidad de toda la humanidad, buscando que den la cara, porque queremos respuestas sobre lo que está sucediendo en el país, y no dinero o migajas de lo saquean al país a la madre tierra. En la MINGA no somos pocos, somos un pueblo que creció como un rio, con el dolor y la sangre de los más desfavorecidos, somos un pueblo que tiene el respaldo de la naturaleza, de la misma historia que narra en sus recuerdos todo lo que lo caracteriza por luchar por la vida y sus territorios es hora de volver a la lucha que da desde la invasión y saqueo cultural y de riquezas, hasta ahora. Hoy sabemos que es hora de cambiar estos malos sistemas de gobierno y de sostenimiento del mundo entero, es por eso que la conversa es desde el pueblo y para el pueblo.

Por: Nasaacin.org 

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