Nos tienen miedo los grandes caudillos de Colombia, los bancos, los hacendados ilegales, los grandes medios y las multinacionales que desangran nuestra nación moral y económicamente. Nos tienen miedo porque hemos demostrado que somos actores de paz desmantelando el vandalismo oscuro de las fuerzas militares, en especial la Policía Nacional en la ciudad de Cali contra los manifestantes, y el derecho constitucional a la protesta social. Pero estos hechos no se muestra en los grandes medios televisivos y de prensa colombianos. Al contrario, buscan cualquier pretexto para desvirtuar el ejercicio de movilización pacífica en la coyuntura del paro nacional.

Les duele también, como indígenas de diferentes territorios llegan a las ciudades y generan empatía con los colombianos y colombianas. Es una empatía que se gana de manera auténtica, con acciones de dignidad, sabiduría, defensa de la vida y el territorio.

Les duele también que indígenas organizados, a los que se les ha señalado de “ignorantes”, “violentos”, hayan generado diálogos y debates políticos desde la sabiduría indígena, en los que se ha mostrado otras formas de enfrentar las complejas realidades del país, desnudando las narrativas que se articulan desde el poder. El movimiento indígena se ha mostrado así como un espacio de gobierno colectivo, aliado a los movimientos sociales de base popular, que lucha contra las acciones de exterminio de los pueblos indígenas, las comunidades campesinas, las comunidades afrodescendientes y los movimientos sociales en las ciudades por parte del estado.

Por: Programa de comunicaciones CRIC

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