Desde nuestras raíces ancestrales, los pueblos indígenas hacemos un llamado contundente a los Gobiernos del mundo a retomar el sendero del respeto por la vida, replanteando las políticas y prácticas que nos conducen a la destrucción de nuestro planeta. En medio de la crisis ambiental global, la espiritualidad indígena emerge como el cimiento fundamental de nuestros sistemas de conocimiento para el cuidado de la vida y la biodiversidad.
En las mesas técnicas que hemos impulsado de cara a la COP-16, hemos identificado puntos esenciales que representan la voz colectiva de los pueblos indígenas. Estos puntos no solo son llamados a la acción, sino también a la reflexión sobre los errores que nos han llevado a esta encrucijada climática y espiritual:
- Protección de nuestros conocimientos y saberes ancestrales: Los conocimientos propios de los pueblos indígenas, transmitidos a través de generaciones, son pilares para la conservación y el equilibrio con la naturaleza. Garantizar estos sistemas de conocimiento es esencial para que las futuras generaciones puedan vivir en armonía con la Madre Tierra.
- Garantía de los derechos territoriales: La protección de los territorios ancestrales no es solo una cuestión de justicia, sino también una necesidad urgente para la preservación de la biodiversidad. El reconocimiento y respeto de nuestros derechos territoriales es fundamental para frenar la destrucción de los ecosistemas que habitamos.
- Consulta previa, libre e informada: Exigimos la implementación plena y efectiva de la consulta a nuestras comunidades, como un derecho inalienable que garantiza nuestra participación en la toma de decisiones que afectan directamente nuestros territorios y formas de vida.
Estos puntos son solo algunos de los acuerdos clave que surgen de nuestras deliberaciones. Permiten reafirmar el respeto por los derechos indígenas en la protección de la biodiversidad, y buscan garantizar una participación activa y efectiva en los foros internacionales que abordan la crisis climática.
No se trata solo de proteger territorios o culturas, sino de reconocer que la supervivencia de la humanidad depende del equilibrio entre los gobiernos, la naturaleza y las formas de vida que han sabido cuidarla por milenios. Como pueblos indígenas, hacemos un llamado urgente a los gobiernos del mundo para que reconsideren el modelo económico extractivista que ha devastado nuestros territorios y pone en grave peligro la continuidad de la vida en la Tierra.
La crisis climática no puede enfrentarse sin una transformación radical. Necesitamos volver al origen, respetar y aprender de los conocimientos ancestrales que por siglos han sabido mantener la armonía con la naturaleza. Instamos a los líderes globales a reconocer y respetar las formas de vida que han sabido custodiar a la Madre Tierra, porque solo así será posible construir un futuro en el que la vida florezca para todas las generaciones.
«Sin la tierra no hay vida, y sin vida no hay futuro.»
Pueblos Indígenas, rumbo a la COP-16