Economías propias, estrategias productivas en el marco del 17 Congreso CRIC
A los pies del imponente Volcán Puracé, se dieron cita los 11 pueblos indígenas pertenecientes al Consejo Regional Indígena del Cauca, para 17 Congreso CRIC. Un espacio donde se piensa, se fortalece, y se crece. Un Congreso para vivir la palabra, para caminar de lado con el otro, para materializar el pensamiento, para mirar al futuro y sobre todo para recordar lo vivido, porque recordar es volver a pasar por el corazón, por eso se recuerda en la mente, y se siente muy profundo en el pecho.
Se camina no solo la palabra, también se reúnen los saberes propios que movilizan al pueblo desde adentro, desde la familia, desde el hogar. Estos saberes se nutren de lo cotidiano y se arraigan al territorio. Son los conocimientos ancestrales la forma más genuina de conexión directa con los otros espacios, es el puente entre el sentir de la tierra y el ser humano. Estos saberes se manifiestan a través de las tejedoras, los músicos, las cocineras, los médicos tradicionales, mayoras y mayores que hacen de este Congreso un espacio importante de pensamiento y conexión espiritual.
De esta forma, la esencia de la economía propia y las iniciativas productivas congregadas en el territorio del pueblo Kokonuko se revelan como un tejido de vida basado en la espiritualidad, los conocimientos ancestrales, amor y respeto por la tierra. Son iniciativas que nacen en el hogar, en el fogón, en el tejido familiar, la unión intangible del territorio y el ideal del buen vivir, es la apuesta política por la autonomía, es entender que no hay economía propia sin tierra, no se puede producir sin agua, no podemos hablar de iniciativas propias si no hay semillas propias, la defensa del territorio es una condición esencial para el sostenimiento económico y espiritual.
Las economías propias entonces, se convierten en una apuesta colectiva y política que recogen los principios y valores de buen vivir, en donde se visibiliza la vida social, cultural, económica y espiritual de las comunidades priorizando siempre el bienestar, sostenibilidad y cuidado de la tierra como enseñanza y acción para trascender en medio de un sistema individualista y capitalista, en donde el concepto de progreso se aferra a la idea de despojo al otro. Es por eso que la tierra no se vende, el tiempo no es oro, y el trabajo no es un castigo si no parte de la vida en comunidad.
Así mismo en el marco del décimo séptimo congreso CRIC, en donde se busca valorar y proyectar el trabajo organizativo y político caminado por las comunidades, una de las cinco comisiones de trabajo ondeará en el tema de la Economía propia y sus impactos en la autonomía y soberanía alimentaria en los territorios, además de profundizar sobre las formas de producción y de preservación de los saberes tradicionales que se relacionan con las semillas nativas, los métodos de siembra y cosecha, o el uso e incorporación de agrotóxicos en los procesos de producción.
Las iniciativas económicas que acompañan los cinco días de Congreso se fundamentan en el trabajo comunitario y en la oportunidad de construir redes de producción que permitan dinamizar el sustento económico de las comunidades y buscar nuevas oportunidades de comercio.
Las economías propias son una de las muchas apuestas y estrategias políticas que nacen desde las comunidades y que le hacen frente a la estrategia de despojo que ha llegado a nuestros territorios, es una forma de resistencia y pervivencia de los pueblos que debemos seguir fortaleciendo dentro de nuestro proceso político organizativo.
Comunicaciones CRIC