Colombia… todos juntos

Las comunidades indígenas del Cauca pertenecientes al CRIC, como colombianos y como víctimas del conflicto armado interno, denunciamos y rechazamos la disposición del Gobierno Colombiano de inmiscuirse en una guerra imperial que el presidente Trump, en nombre de los EEUU de América, pretende comenzar a desplegar contra la República Bolivariana de Venezuela.

En otras ocasiones, recién nombrado a la cabeza de este ministerio, el ministro de defensa Holmes Trujillo se negó a dar conceptos sobre temas internacionales, recordando que no le correspondía a su cargo sino a la canciller de Colombia o al presidente de la Republica. Pero hoy suenan cables: el ministro no solo saluda la decisión del presidente Trump de ordenar un despliegue masivo de tropas navales norteamericanas en el mar Caribe contra el gobierno venezolano, sino que se atreve a declarar la participación de Colombia en una posible guerra contra Venezuela, a la cual vincula a los demás países del continente y de otros escenarios geográficos.

Varios congresistas colombianos, personalidades y organizaciones, en un comunicado que desde acá estamos adhiriendo, han reclamado al Presidente Duque que se pronuncie sobre estas declaraciones del ministro de defensa, las cuales van contra mandatos constitucionales en el sentido que para transito de tropas extranjeras por el territorio nacional (tierra, mar o aire), el presidente de la República debe oír previamente al Consejo de Estado y que ello debe ser aprobado por el Congreso de la República.

El ministro de defensa, tal vez para justificar esta expresión pública por fuera de su competencia, afirma que esto es parte de la lucha internacional contra el narcotráfico, como ya se viene haciendo desde la operación Orión. Triste cara la que se muestra ante el mundo: el país que produce el 90% de la cocaína del mundo coorganizando guerras contra países que no la producen y por donde no transita el gran porcentaje de lo que llega a los EEUU (según datos de la Organización de Naciones Unidas contra la droga y el crimen UNODOC). Un gobierno que no ha logrado atacar seriamente las redes de tránsito, financieras, de insumos, y que lo único que puede mostrar es erradicación de cultivos en algunas zonas del país (que luego son remplazadas por aumento en otras zonas), inventa un conflicto inexistente, solamente por razones ideológicas y de sumisión al gobierno que funge como el más poderoso del mundo.

No sabemos qué se observa desde el Gobierno en Bogotá, porque allí es el centro financiero, allí se mueven las cabezas del lavado de activos… nos parece imposible que no las vean; pero nosotros en nuestras regiones constatamos cómo la esperanza de la terminación del conflicto armado, generada a raíz de los acuerdos con las FARC, es cada vez menor dado el remplazo y llegada de actores armados que se mueven alrededor del narcotráfico y de la complicidad del Estado.  Cada día más muertes de lideres sociales, cada vez más muertes de reincorporados, cada vez amenazas, atropellos, señalamientos y estigmatización a nuestras organizaciones y territorios, cada vez incumplimientos de acuerdos con organizaciones sociales y del acuerdo para la terminación del conflicto armado, particularmente los puntos 1 y 4. La mayoría de estas regiones tienen fuerte interrelación entre actores armados ilegales y legales, narcotráfico y empobrecimiento múltiple; Sr. ministro de defensa, gobierno nacional y medios de comunicación: no busquen la paja en el ojo ajeno, no engañen al país.

En el marco de la pandemia por el COVID 19 y la emergencia social, económica y cultural declarada por el presidente de la República, nuestro país vive una situación muy crítica que se refleja en todos los sectores, pero que afrontamos con mucha más dificultad los sectores sociales sobre todos los más empobrecidos y marginalizados. Es muy difícil prever el escenario de salida de esta emergencia, pero sabemos que las situaciones presupuestales tanto desde ahora como en ese momento son y serán escasas para las grandes necesidades de la población; no entendemos cómo el gobierno está exacerbando un conflicto externo que aumentará aún más el gasto militar y multiplicará la emergencia económica, social y ecológica que vivimos, tanto desde la falta de inversión y de gasto social, cómo de las migraciones internas y externas.

Hacemos nuestra la consigna de las organizaciones de mujeres en Colombia: Las mujeres no parimos hijos para la guerra. También decimos: Gobierno colombiano no juegue con la vida de los colombianos.

“Todo para la vida y la paz nada para la guerra y la muerte”

CONSEJO REGIONAL INDIGENA DEL CAUCA. 6 ABRIL DE 2020