Somos comunidades indígenas del Departamento del Cauca, hijos e hijas del volcán, del arcoíris, de la caña flecha, de la luna, el sol, del agua y las estrellas; somos de la Madre Tierra. Hemos dicho que la Tierra es nuestra Madre, que no podemos ni queremos venderla por eso la venimos defendiendo con la vida misma.

Más que un deber es un sentir natural que nace desde el corazón, de los espíritus mayores que habitan en los espacios de vida donde hasta la misma piedra es sagrada y le debemos respeto.

Hoy la codicia de poder atenta contra nuestra Madre y con ella a quienes la defendemos, atentan contra la vida, irrespetan la existencia de cada ser vivo generando desequilibrio entre los diversos seres y la naturaleza.

Se han ensañado tanto con nuestra Madre, que no le permiten la más mínima hierba y antes de que brote ya tiene precio, nuestros ríos los han enfermado al punto de desaparecerlos y con él a sus criaturas, nuestros bosques hogar de muchas especies, guardianes de grandes secretos y sabiduría son cortados y reducidos a madera sin darle la oportunidad de defenderse.

Les han cambiado la forma natural de vida, les han quitado la libertad de vivir y con ellos la nuestra, donde brotaba maíz, frijol, yuca, plátano, bichos y bichitos…, solo encontramos caña, pino, eucalipto…, los ríos libres en su andar fueron secuestrados en pequeñas y grandes represas quitándole la costumbre de visitar a sus hermanos y hermanas.

El olor a hierba y los colores del arcoíris en la tierra, fueron convertidos en desiertos, a nuestros pueblos los amontonaron en pequeños rincones de tierra, sembrando ideas sin raíces sobre el desarrollo y un falso sueño sobre el buen vivir, pensando que desde ahí no se iban a levantar, que al cortar el árbol también habían cortado las raíces.

Hoy nuevamente nosotros y nosotras, los hijos e hijas de la Madre Tierra, los pueblos milenarios, con raíces firmes, caminamos la sabiduría legado de nuestros abuelos y abuelas, quienes han sembrado huellas de dignidad y respeto por la Uma Kiwe, a la que nos corresponde cuidarla para vivir y pervivir con ella.

Desde este sentir, los pueblos indígenas del Cauca nos encontramos el día 30 de octubre del 2017, en la comunidad de Monterilla – Caldono. Nos damos cita aquí para defender la vida, para cuidar nuestra Uma Kiwe. Desde la zona Tierra Dentro, cuna del pueblo Nasa, llegamos hasta la tierra del cacique Sa’th Tama Kiwe, hemos venido los Yanaconas, desde el corazón del macizo Colombiano, desde la zona Centro del Cauca los Kokonukos descendiente del volcán Puracé y Sotara, los Nasas del Nororiente y la Cxhab Wala Kiwe, Norte del Cauca estamos firmes y presentes, los pueblos Totoroez y los hermanos Eperara Siapidara, caminan desde sus territorios para sumarse a la minga en defensa de la vida.

Nos reunimos en minga porque la vida de los pueblos, del planeta y de todos los seres está en riesgo, aquí estaremos hasta que las respuestas del gobierno nacional frente a nuestras legítimas exigencias sean efectivas y garanticen el goce pleno de nuestros derechos y accionaremos en derecho legítimo si se hace necesario.

Continuaremos caminando, cantando y danzando al movimiento del viento, el agua, el fuego, al ritmo de flauta y tambor, en defensa y tributo a nuestra Madre Tierra.

El consejero del CRIC, comparte sobre el trabajo a realizar con las comunidades en la movilización, y también escuchemos la voz de las comunidades participantes.

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Por: Estudiantes de Comunicación Propia e Intercultural UAIIN PEBI CRIC

#MingaCRIC

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