Un informe escrito con sangre y lágrimas

En la mañana del martes 13 de julio en la tulpa de la Universidad autónoma Indígena intercultural, dirigentes del Consejo Regional Indígena del Cauca hicieron entrega a la Comisión para el Esclarecimiento de la verdad, la Convivencia y la no Repetición, el informe de afectaciones del conflicto armado a las comunidades indígenas del cauca adscritas a esta organización durante sus 50 años de existencia.

El evento contó con la presencia del presidente de la Comisiòn el sacerdote Jesuita Francisco de Roux Rengifo y los comisionados Alejandra Miller, Patricia Tobón Yagarí y Saul Franco, consejeros mayores del CRIC, autoridades indígenas zonales, mayores y el grupo encargado de elaborar dicho informe.

El acto se adelantó previa armonización a los participantes por parte de los sabedores espirituales con el fin de dar la fuerza necesaria para que el aporte hecho desde las comunidades indígenas permitan esclarecer lo que ha ocurrido en sus territorios por cuenta del conflicto armado que se mantiene pese a los acuerdos suscritos por el gobierno nacional con la guerrilla de las FARC ahora por cuenta de las denominadas disidencias.

Este documento está escrito con sangre, la sangre derramada por miles de comuneros a manos de terratenientes, pájaros (grupos armados al servicio de terratenientes), guerrilleros de diferentes agrupaciones, paramilitares así como del ejército y la policía nacional como lo detallan las estadísticas. Tiene también la sangre de miles de indígenas heridos en ataques por esos grupos armados ilegales en los hostigamientos en áreas de población a la fuerza pública y el sector rural que no solo afectan al ejército regular sino a la población civil que involucran en una guerra que no les pertenece.

Este informe de centenares de páginas está bañado de miles de litros de lágrimas derramadas por esposas, esposos, hijos e hijas huérfanos y de las comunidades que cuando pierden a uno de sus integrantes les afecta en colectivo porque causa desarmonización en su proceso organizativo. También aún están frescas las lágrimas de muchos de los entrevistados que no pudieron ocultar su tristeza en la entrega de testimonios cuando contaban sus propias historias, la de sus familiares o de sus hermanos de pueblo a quienes vieron caer en medio de esta absurda guerra que sabemos cuándo empezó pero de la cual no adivinamos cuando va a parar. Pero, también son las lágrimas de quienes tuvieron a cargo el proceso investigativo que escucharon más de 200 horas de relatos de hombres, mujeres, guardias indígenas, testigos de esta historia que conmovieron a los más duros corazones.

En este trabajo de muchos kilos de peso como dice José Domingo Caldón, coordinador de este informe contiene en siete capítulos los hechos que han afectado la tranquilidad de los pueblos originarios del Cauca en espacios delimitados por los hechos más destacados en estos 50 años. Se reseñan asesinatos de dirigentes como Gustavo Mejía, Benjamin Dindicué, Avelino Ul, Cristóbal Sécue, Dimas Onel Majin, Ricardo Abad Jimenez, Aldemar Pinzón, solo por mencionar algunos de los miles de crímenes. Se relatan los hechos relacionados con la Masacre de Munchique Los Tigres donde siete comuneros fueron asesinados por las FARC, cinco nativos muertos a manos de la policía nacional en López Adentro, la Masacre del Nilo que cobró la vida de 20 indígenas que luchaban por un pedazo de tierra para poder vivir, la masacre del Naya que no solo causó la muerte de varias decenas de indígenas sino que los obligó a salir de su territorio, masacres en las que resultaron responsables grupos paramilitares, terratenientes, policía y ejército nacional. Están también los registros de las personas muertas y heridas en desarrollo de las movilizaciones adelantadas por las comunidades indígenas en diferentes lugares del Cauca a manos del Escuadrón Móvil antidisturbios de la Policía Nacional, hechos éstos que se siguen repitiendo aún después en la llamada etapa del posconflicto.

No podría faltar en los extensos relatos el asesinato de comunicadores indígenas como el caso de Rodolfo Maya, Abelardo Liz y Beatriz Cano en el norte del Cauca, Arley Campo en el resguardo de Pioyá, municipio de Caldono así como Efigenia Vásquez quien recibió un impacto con arma de fuego cuando hacía registro de la liberación de la madre tierra en el predio Agua Tibia del resguardo de Kokonuko en la zona centro o las heridas que han recibido muchos de ellos como César Galarza o la pequeña hija de Beatriz. Fueron comunicadores que entregaron su vida a manos de grupos armados ilegales pero aún más grave es que varios de esos crímenes sucedieron a manos de las personas encargadas de defender la vida, honra y bienes de los ciudadanos como lo son los integrantes de la policía nacional.

Adelantar este proceso investigativo implicó volver por los territorios como Tierradentro, Sath Thama Kiwe, Çxhab Wala Kiwe, el macizo colombiano, la baja bota caucana, el territorio Kokonuko o en otros casos facilitar el desplazamiento de los comuneros hasta la ciudad de Popayan para la entrega de sus testimonios por la imposibilidad de llegar hasta sus comunidades, precisamente por las dificultades que origina el conflicto armado. Fueron muchos conversatorios con entrevistas individuales y colectivas que permitieron confrontar la información documental con el relato de los afectados que permiten aclarar también la historia del movimiento indígena caucano.

Sería extenso recordar en esta nota periodística todo lo que dice este informe que contiene muchos insumos para que se conozca la realidad de lo que ha ocurrido en los territorios indígenas en 50 años de lucha del Consejo Regional Indígena del Cauca, pero, si se puede decir que se realizó en tan solo cinco meses por un grupo multidisciplinario de diez personas que entregaron todos sus saberes para que este documento sea una realidad.

Video resumen del día de hoy 13 de abril 2021

Transmisión en vivo

Por: Equipo Comision Esclarecimiento de la Verdad – Comunicador Indígena del Pueblo Yanacona (A. Palechor)

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