Si el anterior artículo sobre los peruanos del futuro no les ha conmovido quizá necesitemos sacudirnos del ropaje de indiferencia que llevamos puesto. Probablemente en el primer plano de nuestras mentes hayan otras preocupaciones y preferencias creadas por los medios de prensa. La alienación mediática concentra nuestra atención en el programa televisivo “Esto es guerra” y no, nos deja pensar sobre lo que sucede en la real guerra económica mundial y nacional. La injusticia, pobreza, corrupción, opresión, impunidad, se han vuelto tan comunes que ya nada nos conmueve.
Muchos caminan como zombis y ni siquiera se dan cuenta de su opresión. Creen que esto tiene que ver solo con los trabajadores fabriles sin percatarse que todos en el sistema ceden parte de su esfuerzo no compensado para que los dueños del capital tengan mayor rentabilidad. Sin embargo, la riqueza que acumulan los ricos es a costa de todos los trabajadores de la cadena económica aunque unos sean obreros y otros ejecutivos de cuello y corbata.
“Yo no me siento oprimido” dirán muchos en el colmo de su alienación pero todos estamos en el barco que se llama Perú que es un país oprimido. Si este se hunde todos pagaremos las consecuencias de la opresión. Dirán que no tienen nada que ver con la delincuencia pero la gran ola delictiva lo está ahogando y no los deja pasear ni dormir tranquilos. Entonces pide auxilio pero ya es tarde. Su indiferencia frente a los problemas sociales le pasará la factura de todas maneras porque la delincuencia es una monstruosidad que se ha gestado por culpa de nuestra apatía política.
Desde hace 35 años y cada vez que hay elecciones políticas los grupos de izquierda invocan la unidad electoral como lo vienen haciendo ahora. Pero realmente nunca hubo interés en acabar con el divisionismo. En todo este tiempo, ¿qué es lo que hemos conseguido? Para el 2050 habrá transcurrido igual periodo de tiempo ¿Se seguirá con la misma cantaleta? Con el próximo gobierno llegaremos al bicentenario 2021 sin visos de cambio y los cinco gobiernos siguientes quizá seguirán en las mismas si no rompemos nuestra apatía frente a la opresión.
La regla fundamental del capitalismo “Dejar hacer, dejar pasar” ha calado tanto en nosotros que criticamos pero no actuamos frente a la tendencia nacional de creciente posicionamiento del narcotráfico en los poderes del Estado. Ellos no se llenan la boca diciendo “El poder nace del fusil” pero lo están tomando con el mismo principio de nuestros opresores “El poder nace del dinero”.
Nos dirigimos hacia un estado policiaco sin precedentes pero tanto la izquierda como la derecha, piden más policías y hasta patrullaje militar como el nazismo. En los últimos años la Policía Nacional del Perú ha incrementado significativamente el número de intervenciones en materia ambiental, debido a los conflictos sociales en defensa de la ecología y la biodiversidad. Las intervenciones en agua y suelo han tenido una mayor ponderación respecto del total, efectuándose en el año 2013 con 272 intervenciones (Fuente: Mininter) incrementándose en el 2015 con efectivos de preparación acelerada, intervención militar y estados de emergencia.
Pero desde otro ángulo, debemos decir a los indiferentes que para el año 2950 quizá ya no tengamos ningún nevado en nuestra cordillera y el paisaje será muy distinto al que conocemos porque sin agua que discurre de los nevados la vida se extinguirá en muchas áreas. La Amazonía no será como la conocemos actualmente. No solo irán desapareciendo muchos bosques y lagunas sino también muchas cuencas que quedarán como los valles secos que vemos en la costa. Las peleas por el agua de riego serán sangrientas.
El calentamiento global habrá cambiado nuestro planeta. Se estima que en el 2050 en el Océano Ártico desaparecerá el hielo, al menos durante los meses de verano. Será un inmenso territorio abierto a la navegación y a la explotación de recursos naturales del subsuelo. Las familias tendrán cada vez menos miembros y la pobreza lo invadirá todo. En Lima queda muy poco espacio para viviendas pero siguen llegando migrantes. Es de imaginarse lo que será en el 2050, con el transporte público y privado, los conflictos por el agua, la delincuencia organizada, etc. Por ahora, medio millón de jóvenes fugan anualmente del campo a la ciudad pero el torrente se multiplicará en 35 años.
En el 2050 el Perú se acercará a los 50 millones de habitantes pero a mayor población mayores necesidades de alimentos y por tanto nuestras importaciones de maíz y otros alimentos serán gigantescas. Por ahora importamos más de dos millones de toneladas de maíz porque la gente se ha habituado al pollo industrial, pero en el 2050 se requiere importar 12 millones de toneladas anuales y los países que nos venden ya no podrán hacerlo porque ya no tendrán excedentes teniendo que atender primero a su propia población.
Hoy tenemos a China como mayor inversionista minero en nuestro país y ya estamos viendo el trato que da a los “proletarios” peruanos. Pero también es nuestro principal comprador de harina de pescado, minerales y de productos agropecuarios. También todos tenemos metida su mercadería en casa, desde aparatos electrónicos hasta ropa. Todo es chino en varios rubros y nuestra dependencia de la economía china hace estragos en nuestro presupuesto.
Para el 2050 según previsiones macroeconómicas de largo plazo, China desplazaría a Estados Unidos como la mayor economía al ser el país con el mayor producto bruto interno (PBI) nominal del mundo, pasando de 10,335 billones de dólares (reportados el 2014) a 105,916 billones en 35 años. Todo el mapa geopolítico cambiará para entonces. Quizá tengamos un amo mundial diferente pero tan cruel como el actual si nuestra indiferencia lo permite.
Aunque en esta perspectiva Estados Unidos ocupa el segundo lugar con 70,913 billones de dólares y la India aparece tercero con 63,842 billones de dólares en la lista de proyecciones de las diez mayores economías del mundo al 2050, llama la atención la presencia de Indonesia y México, plazas que ni siquiera forman parte de la lista actual. ¿Y cuál será entonces la situación del Perú?
Por lo pronto, el nuevo “Informe de la riqueza global” de Boston Consulting Group señala que en 2014, EE.UU. ocupó el primer puesto entre los países con más millonarios: 6,9 millones de personas (un 4,70% más que en 2013). Al país norteamericano le sigue China (3,6 millones) y Japón (1,1 millones). Entre los primeros diez también figuran Reino Unido, Suiza, Canadá, Alemania, Taiwán, Italia y Rusia. China es el país donde la cantidad de millonarios creció más durante un año (49%).
El gigante Brasil y su corrupta empresa Odebrecht nos dijeron que las carreteras interoceánicas convenían al país cuando en realidad era construir con dinero peruano las vías de salida de productos brasileños hacia el inmenso mercado del Pacífico. Hoy, los chinos nos vienen a decir que nos conviene la construcción del ferrocarril interoceánico cuando en realidad están buscando su propia conveniencia para introducir su mercadería a Brasil ahorrando costos. Pero lo indignante es que ellos ya tienen el proyecto y los ofrecen al gobierno actual como una cooperación financiera pero que los peruanos tenemos que pagar los costos.
¿Por qué, brasileños y chinos tienen que venir a decirnos lo que necesitamos y se ofrecen como cooperantes? Pues porque nosotros lo permitimos y colaboramos para caer en la trampa. ¿Acaso no es la misma figura que tuvo la naciente república del Perú cuando Inglaterra y EE UU se acercaron ofreciendo ayudarnos financieramente para salir hacia el “progreso”? ¿En qué se convirtieron los “Tratados de Amistad, Navegación y Comercio? Entonces díganme ustedes: ¿Nuestra apatía frente a lo que otros países hacen con nuestra patria no nos hace también culpables de las nefastas consecuencias?
Pensar en el futuro del mundo, del Perú y de nosotros mismos quizá nos haga reflexionar sobre lo que nos espera y lo que sucederá con nuestra descendencia. Quizá el futuro no sea tan triste como lo he presentado pero es mejor prevenir que lamentar. El futuro es obra de nosotros mismos y la izquierda del futuro depende de lo que hagamos ahora. De ello también depende el destino de la humanidad y de nuestra patria. Si no hacemos algo al respecto, moriremos como cualquier animal sin una razón para vivir. Lamento llegar a ustedes con un tema distinto a lo que circula en las redes sociales. Disculpen la impertinencia.
Julio 2015
Milciades Ruiz
Ver https://republicaequitativa.wordpress.com/
