Durante la audiencia temática solicitada por la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en el periodo 147 de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ambas organizaciones reiteraron su preocupación por la situación de vulnerabilidad de los pueblos indígenas en riesgo de extinción física y cultural.

La ONIC, en informe presentado a la CIDH señala el riesgo de exterminio físico y cultural en que se encuentran sesenta y cinco (65) pueblos indígenas, es decir, el 62.7% de los 102 existentes. Sin embargo, lo que se había identificado como un riesgo se ha transformado en una realidad que requiere de acciones urgentes encaminadas a mejorar y contener esta cruenta situación. Muestra de lo anterior se evidencia en que la Corte Constitucional colombiana ha otorgado medidas de especial protección a varios de estos 65 pueblos indígenas. Por otra parte ha documentado y reconocido que a la fecha existen 35 pueblos indígenas que se encuentran en situación y riesgo de extinción físico y cultural por factores asociados a intereses económico y conflicto armado, lo que no deja de ser escalofriante y desalentador.

El informe presenta la existencia de serios indicios en que las graves violaciones de los derechos humanos a la población indígena, catalogadas por el Estado Colombiano y los mismos grupos armados como “daños colaterales” de todo enfrentamiento armado; bien pueden enmarcarse como un objetivo más, y no una consecuencia inevitable de la guerra lo que agrava la ya delicada situación de desarraigo cultural. Numerosos hechos aislados atados con un mismo hilo conductor, podrían estar vinculados entre sí a un contexto más amplio donde se perfila el desarraigo comunitario como un objetivo político común de las partes combatientes.

En su intervención ONIC afirma que hay un desconocimiento del Estado Colombiano, de la existencia, dinámicas y condiciones de estos pueblos indígenas, (concentrados principalmente en las regiones de la Orinoquia y la Amazonía Colombiana) y que enmarca las causas de la invisibilidad de una realidad latente: cada uno de estos pueblos cuenta con una población menor a las 500 personas, 18 tienen una población inferior a 200 personas, y 10 están conformados con menos de 100 individuos. Esta fragilidad demográfica, unida a otros procesos complejos; como el conflicto armado interno que vive este país, la pobreza, la discriminación y el abandono institucional, los sitúa en una situación de extinción física y cultural.

COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS

CAOI

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