La revolución de los Derechos Humanos ha permitido que las personas sean el centro de la evolución social y moral, contraponiéndose a las prácticas de muerte promovidas por cualquier actor que defienda el uso de las armas, en especial, los grupos revolucionarios que, defendiendo al “pueblo” imponen su voluntad, pisoteando y humillando la integridad de las personas. Por eso, toda ideología que no valore la moral de los Derechos Humanos y ponga en práctica el sentido de la compasión por el otro, sin duda alguna generará destrucción y desolación en la población civil.

Los Derechos Humanos se fundamentan en el derecho a la vida, sin este no existe ningún derecho que pueda ejercerse, o sea, la dignidad de la persona y su capacidad de agencia queda atrapada en el abismo de una guerra absurda y hedionda que grupos armados como el Estado Mayor Central justifican como actos revolucionarios.

Todo revolucionario que ataque a la población civil deja de serlo y se convierte en un asesino.

Nosotros como pueblo Eperara Siapidara, criticamos los acontecimientos trágicos en el municipio de Toribio, el reclutamiento de menores y el asesinato de la Mayora Carmelina Yule Paví. La transformación del territorio se da en paz y de la mano de las comunidades, no por las armas de violadores de Derechos Humanos.

Nuestro apoyo a los familiares de las víctimas, nuestro apoyo a los comuneros del territorio, nuestro apoyo a la madre tierra que está siendo bañada con el sudor, la sangre y las lágrimas de sus hijos.

La revolución no se hace asesinando al pueblo.

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