El Consejo Regional Indígena del Cauca, conmemora 52 años de lucha y vida organizativa, en el resguardo indígena de Toéz Caloto, zona norte del departamento Cauca y cuenta con la participación de las 10 zonas y los 11 pueblos que hacen parte de la organización, al igual que el acompañamiento de otros pueblos y organizaciones a nivel nacional.
El territorio de Toéz se viste de muchos colores, representando procesos y luchas que hacen parte del CRIC, como la Guardia Indígena, el movimiento juvenil, liberación de la Madre Tierra, mujeres, entre otros que son parte esencial de nuestra lucha y que día a día, fortalecen desde las bases a nuestra organización.
En estos 52 años vemos avances importantes en temas políticos y administrativos que impulsan los procesos y dinámicas organizativas de cada pueblo y asociaciones indígenas filiales al CRIC.
Uno de ellos y que además es un logro bastante importante de hablar en estos 52 años, es el ejercicio y participación política de la mujer en los diferentes espacios, ya que, desde los inicios de nuestra lucha, la mujer se ha organizado y paso a paso ha ido posicionándose en los escenarios de participación e incidencia política, asumiendo cargos de autoridad, de guardia indígena, coordinaciones a nivel local, zonal, regional y nacional.
La cocina y la familia fueron los primeros espacios de organización política de las mujeres. Mientras nuestros compañeros se reunían para empezar lo que hoy se conoce como el Consejo Regional Indígena del Cauca, ellas desde sus espacios, además de preparar los alimentos, iban escuchando y desde la cocina se organizaban política y operativamente para la lucha, lo que permitió que, al ser retenidos o asesinados los compañeros en los ejercicios de Recuperación de Tierras, ellas tomaran las banderas de lucha y resistencia desde la dignidad y pese a sus dolores y rabias.
Poco a poco las mujeres se fueron posesionando, dejando los miedos y tomando la palabra en nombre de las que aún no lo hacen, creando espacios de confianza que les permiten conocer y reconocer las violencias y que también son escuelas de formación política para ellas.
Rosa Yonda, es una mujer nasa del territorio de Las Delicias, que ha estado en los distintos procesos de nuestra organización, como las escuelas de comunicación que se dieron en la zona norte y que ella manifiesta ser un espacio que le permitió soltar los miedos y empezar a hablar, también hizo parte del Tejido mujer y hoy es autoridad de su territorio.
En una conversación con ella, frente al tema de participación e incidencia política, ella nos manifiesta lo siguiente: “Nosotras como mujeres hemos jugado un papel esencial en la organización desde que empezamos a pensar un territorio indígena, en la estructura de cabildo, en las recuperaciones de tierra, en donde, por la reclamación de los derechos, los compañeros estuvieron en las cárceles y fueron las mujeres que se organizaron con sus hijos para trabajar el terreno que se estaba recuperando y es gracias a ese proceso de nuestras mayores y mayores que hoy hemos tenido avances significativos en organización.
El punto 10 de la plataforma de lucha del CRIC, que es la familia, ha sido un punto clave para que las mujeres empecemos a pensar, pero no como se piensa en espacios machistas, en donde dicen que las mujeres solo servimos para la cocina y criar los niños, sino pensar en estar en espacios de formación, ser profesionales. El ejercicio puntual es orientar a la familia y direccionar los espacios políticos organizativos.
Como mujeres somos una pieza clave en la familia y esa pieza clave en la familia, también debe ser una pieza clave en la organización, por ello la proyección es que todas las mujeres que están en los ejercicios de cuidar la familia, la huerta, que son necesarios, también estén en espacios de formación para que sean más mujeres las que lideren los procesos”.
Es necesario mencionar que no es solo tener representación femenina en la organización, sino que esa representación tenga incidencia, voz y voto dentro y fuera de la estructura indígena, tal como nos menciona la compañera Rosa: “Las mujeres tenemos nuestros derechos, por ello tenemos que participar, proponer y orientar, tenemos que tener un liderazgo para ser escuchadas, ese ejercicio político se debe hacer, para que de aquí a unos 10 o 15 años, sean en su mayoría las mujeres que estén liderando el proceso.
Hoy vemos la capacidad de que, si podemos estar en los espacios y demostrar no solo con palabras, sino con hechos (así nos toque un poco duro) triplicar el ejercicio de la mujer, porque primero tenemos que hacer el desayuno, el almuerzo para despachar al compañero, a listar a los niños para la escuela y luego si ir al ejercicio de autoridad. Nos toca triplicarnos, pero es importante hacer conocer a esas personas que son machistas que nosotras si podemos”.
La mujer ha sido un pilar fundamental de la organización, participan en los diferentes escenarios, se toman la palabra y van adelante en la lucha, aunque sabemos que aún hay mucho camino por recorrer, que aún hay miedos, poco a poco desde otras mujeres se va incidiendo para que las voces de las mujeres indígenas retumben con dignidad y fuerza en nuestros territorios.
Estos 52 años de vida organizativa nos permite hablar y mirar hacia adentro cómo están nuestros procesos, porque como se mencionaba la lucha se construye desde la autonomía y en ella no cabe el machismo y el patriarcado.
Por: Programa de comunicaciones-CRIC.