Los días 25 y 26 de marzo del presente año marcaron un hito significativo en el territorio de Toribío, donde la comunidad se unió en medio del complejo contexto de violencia que ha afectado a nuestra armonía. Conscientes del impacto negativo del conflicto armado, especialmente en la juventud, los mayores y las autoridades locales, se ha gestado un movimiento hacia la acción concreta.

En un escenario donde los comunicados son frecuentes pero las acciones tangibles escasean, surge la legítima pregunta de ¿por qué tantas palabras si no se traducen en hechos? La comunidad anhela un compromiso palpable, más allá de simples declaraciones de rechazo a la violencia.

Es así como los equipos locales de jóvenes del territorio de Toribío deciden dar un paso al frente. Identificando los antiguos bastiones de grupos armados en el territorio, se propusieron una iniciativa valiente: realizar una minga de muralismo. Esta iniciativa no solo embellecería el entorno, sino que también sería un símbolo de resistencia y rechazo a la violencia, contando con la colaboración de la Guardia Indígena que vela por sobre guardar el territorio.

La planificación de esta actividad fue meticulosa. Se establecieron enlaces y articulaciones con diversos programas y procesos organizativos locales, buscando apoyo en materiales y recursos. A pesar de las restricciones de seguridad, se logró el aval de las autoridades locales para llevar a cabo esta iniciativa.

La convocatoria fue abierta y recibió un amplio respaldo. Jóvenes de otras regiones y compas de Bogotá con experiencia en muralismo se sumaron al proyecto. A pesar de los desafíos y las limitaciones, el compromiso y la solidaridad prevalecieron.

Las jornadas de trabajo se llevaron a cabo en las veredas de La Despensa y San Julián. A pesar de los contratiempos, se lograron plasmar mensajes de esperanza y resistencia en los murales, involucrando activamente a la comunidad en cada etapa del proceso.

Aunque no se pudieron completar todas las jornadas planificadas debido a restricciones de recursos, este contratiempo no detiene el compromiso de la juventud de Toribío. La resiliencia y determinación de estos jóvenes son un ejemplo de cómo, incluso en medio de la adversidad, es posible sembrar semillas de esperanza y transformación.

Es crucial destacar el apoyo recibido de la comunidad y de quienes han creído en esta causa. La unión y la determinación son la clave para enfrentar los desafíos que aún nos aguardan en el camino hacia la paz y la defensa de nuestro territorio.

Fotos por: Suministrada por el quipo de jóvenes del territorio de Toribio.

Por: Programa de Comunicaciones-CRIC.

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