El sentimiento de esperanza que siempre ha estado presente en las comunidades indígenas del departamento del Cauca permitió que el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC sea hoy una realidad. Nuestra estructura organizativa con bases sólidas desde la esperanza colectiva, implicó asumir responsabilidad y seriedad frente al redireccionamiento de nuestro proyecto político comunitario. Por ello, los días 23 y 24 de febrero, en el marco de su conmemoración, la comunidad expresó las tareas y retos que deben asumirse a nivel regional.
En este espacio de diálogo y reflexión, se reconoció que el CRIC ha logrado trascender más allá del ámbito nacional, alcanzando instancias internacionales y llevando la experiencia de nuestras comunidades a otros procesos de resistencia en diversos países. Sin embargo, el desafío radica en seguir contribuyendo a las causas sociales sin perder la orientación comunitaria, evitando priorizar los espacios institucionales por encima de los espacios propios de la comunidad.
Asimismo, se hizo un llamado a los jóvenes a apropiarse de sus territorios y continuar el legado tejido por nuestros mayores, quienes, desde la esperanza, han guiado bajo los principios de unidad, tierra, cultura y autonomía. También se resaltó la importancia de fortalecer la plataforma de lucha de la organización a corto, mediano y largo plazo. En este sentido, la estructura organizativa tiene la tarea de revisar y mejorar los procesos de formación para que lleguen de manera efectiva a la juventud, permitiéndoles asumir con mayor responsabilidad el sueño comunitario. Al mismo tiempo, la organización debe guiar a las nuevas generaciones sin reproches, enseñando desde el ejemplo y el hacer, como lo hicieron nuestros mayores con nosotros.
Este proceso no solo implica una responsabilidad para la juventud, sino también para la organización, que debe tener mayor claridad sobre cómo se ha tejido nuestra política. El movimiento indígena no debe imponer una política, sino construirla desde los sueños de la comunidad, las proyecciones de cada pueblo originario y las dinámicas de gobierno propio de cada territorio. Sin embargo, construir desde las comunidades no significa que solo los liderazgos políticos sean responsables de fortalecer los procesos, ya que cada persona que participa en esta conmemoración u otros espacios comunitarios tiene el propósito de reflexionar, replicar lo dialogado en sus comunidades y preguntarse: ¿Cuál es el futuro de nuestra familia, nuestra comunidad y nuestra organización?, ya que estas preguntas puede llevarnos a cuestionarnos y entender que no solo enfrentamos factores internos que nos afectan, sino también elementos externos, y es necesario asumir estos retos que nos desarmonizan.
En este sentido, se plantea que la unidad ha sido un pilar fundamental para resistir ante las adversidades. Por ello, en este espacio se da a conocer la necesidad de buscar estrategias que permitan superar las tensiones territoriales entre nosotros y las comunidades afrodescendientes y campesinas, con el objetivo de establecer alianzas que fortalezcan la lucha contra las desarmonías, como la violencia.
Como organización, el reto es fortalecer el ejercicio de gobierno y gobernabilidad, haciendo práctica la autonomía y el gobierno propio. Los actores armados buscan imponer sus políticas de muerte a través de la violencia, pero nuestras comunidades están llamadas a ser parte del proceso de paz, con la certeza de que, aunque el conflicto armado esté en nuestros territorios, no somos parte de la guerra ni nos representa ningún grupo armado. Nuestras políticas están enmarcadas en la vida y en el cuidado del territorio.
Por lo anterior, todos y todas somos cuidadores del territorio, no solo tenemos el derecho de mantener la armonía y el equilibrio en nuestras tierras, sino también la responsabilidad de garantizarlos y se conscientes cuando la naturaleza nos envía señales de advertencia, como por ejemplo el cambio climático, una realidad que se intensifica cada día generando impactos negativos, así que no solo es de ser consciente frente a lo que nos comunica la Madre Tierra, el reto es proteger y preservar nuestra riqueza natural para garantizar todas las formas de vida.
Por lo tanto, como gran territorio CRIC nos proyectamos y reafirmamos los siguiente:
- La importancia de fortalecer la presencia de la estructura organizativa en las comunidades
- A lo largo de los años, la unidad ha sido el camino, y el respeto mutuo es fundamental
- Las autoridades deben regresar a las bases, contar con el respaldo comunitario y continuar formando y capacitando desde el sentir de nuestros pueblos originarios.
- El reto es fortalecer el trabajo de base y preguntarnos: ¿Qué nos enamora de nuestra organización?
- Al hacer una revisión interna, reconocemos que no partimos de cero; nuestros mayores ya abrieron el camino en los años 70 y 90, priorizando la tierra, la cultura, la gobernabilidad, y fortaleciendo nuestra identidad. Hoy, la pregunta es: ¿Qué sociedad queremos construir y que debemos priorizar?
- Finalmente, se propusieron acciones concretas como la realización de actos conmemorativos de resistencia y recuperación de tierras con la participación de la comunidad campesina, así como la organización de un encuentro regional o nacional
- Además, se destacó la importancia de una revisión interna de la organización, reconociendo que, en estos 54 años, se han superado numerosos desafíos. Cada paso dado representa una experiencia que nos permite mejorar, pero es fundamental continuar con el ejercicio de reconocimiento y autorreconocimiento, para evitar que los egos interfieran con el sueño comunitario…
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-Comunicaciones CRIC