En la inauguración del Gran encuentro de sectores marginados por el modelo neoliberal, pero mayoritarios en la construcción de la paz, se estrecharon vínculos de solidaridad, unidad y se dio inicio a la construcción de un democracia real.

 


Bogotá

 

 “Aquí hay lugar para todas las opiniones y propuestas”, dijo Marta Yanet Sandoval, durante la inauguración de la Cumbre Social y Política 2009, que se inició en la mañana de hoy en Bogotá. Marta como vocera de las mujeres y representante de la Corporación Viva la Ciudadanía, invitó a construir durante estos tres días un acuerdo programático donde todas las voces confluyan.

El evento de inauguración se llevó a cabo en la Universidad La Salle y fue considerado como una verdadera fiesta de la Democracia participativa, real e incluyente, según sostuvieron varios miembros de la Mesa directiva.

En primera instancia el Académico de La Salle, Luis Fernando Ramírez, sostuvo que es un gran esfuerzo de los movimientos sindicales, sociales, defensores de derechos Humanos, indígenas y campesinos para orientar a la comunidad y a la opinión pública sobre la realidad colombiana.

Ramírez aseguró que la Cumbre es el espacio propicio para reflexionar sobre las cuatro tragedias, que según él, derrumban a Colombia: la tragedia económica que se refleja en el alto índice de desempleo e informalidad en el sector comercial por un lado y, los altos niveles de concentración de riquezas en escasos sectores por otro. La segunda es la tragedia social que no sólo se siente en el campo de la salud, sino en las paupérrimas condiciones laborales y pensiónales.

El representante de La Salle sostuvo que las dos tragedias más preocupantes son la humanitaria y la política. La primera implica todo el desplazamiento, impacto del conflicto, violación de los Derechos Humanos y des-territorialización. Y, la segunda es un verdadero caos en la institucionalidad colombiana y degradación de gran parte del legislativo por prácticas como la corrupción y los nexos con grupos paramilitares y narcotraficantes.

Por su parte Gerardo Iglesias, defensor de los derechos laborales del pueblo hondureño instó al movimiento social colombiano, a las organizaciones campesinas, sindicales, indígenas y estudiantiles a trabajar articulados y no aislados, pues esto es lo que legitima las acciones dictatoriales de los gobiernos neoliberales. “El aislamiento es la causa que no nos “hayamos dado cuenta que somos más” los que estamos reclamando justicia, dignidad y una democracia real.

Iglesias invitó a convertir esta Cumbre “en un camino que nos permita ir al encuentro del Otro, asimilando nuestras coincidencias y respetando nuestras diferencias”.

La Central Unitaria de Trabajadores, CUT, consideró la Cumbre como un encuentro histórico, encuentro de pueblos hermanos cansados de la guerra y en busca de la paz y de una democracia real y que beneficie a todos los sectores colombianos. Tarsicio Mora, su presidente invitó a hacer mantener la unidad durante la Cumbre, “este es el camino”, indicó

La Cumbre Social y Política fue convocada por más de un centenar de ONG, más de 20 universidades, las tres centrales sindicales nacionales: CUT, CGT y la Escuela Sindical, movimientos campesinos, indígenas y de pensionados. Esta Cumbre a diferencia de otros eventos contara con amplia participación de las mujeres y los sectores juveniles.

De esta forma comenzó lo que Feliciano Valencia, indígena nasa y vocero de la Minga, consideró como el inicio de una gran discusión nacional que convoque numerosos sectores del pueblo colombiano a construir una agenda de país y una propuesta política fundamentada en los valores comunitarios, las necesidades de las comunidades y sobre todo sin pretensiones armamentistas. La Cumbre rechazó de plano la presencia de bases norteamericanas en territorio nacional.

Las conclusiones que resulten del debate nacional, al igual que la Minga, caminaran por toda Colombia como el sustento del acuerdo programático propuesto por Marta Yanet Sandoval.

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