Ante las reiteradas y falsas acusaciones públicas por parte de la Fiscalía General de la Nación contra las y los participantes en la Minga por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz expresamos nuestro rechazo a estos continuos y malintencionados señalamientos relacionados con la presencia de familias, mujeres, hombres, niños y ancianos en ésta gran movilización social, justa y legítima de pueblos indígenas, campesinos y sectores sociales.

Somos todos un pueblo en minga, salimos a visibilizar un trabajo en comunidad y en familia para reivindicar los derechos humanos, sociales, culturales, económicos y ambientales del pueblo colombiano de acuerdo con nuestra cosmovisión como pueblos milenarios, incluyendo siempre la construcción y afirmación de comunidad y el fortalecimiento de nuestros procesos organizativos.

Nuestros niños y jóvenes son semilla de vida, en minga aprenden nuestros valores como culturas milenarias, conocen nuestros procesos de lucha y persistencia, y serán ellos quienes seguirán llevando la justa lucha de todo un pueblo por la defensa de la vida, los territorios, la democracia, la justicia y la paz ante un gobierno indolente y una economía de muerte, empobrecimiento, desplazamiento y saqueo de los territorios, siguiendo los pasos de nuestros mayores.

Desmentimos las desmedidas y cínicas declaraciones dadas por el gobernador del departamento del Cauca Oscar Campo, gremios del departamento y divulgadas por medios de comunicación, que sin medir las consecuencias aportan a formar un imaginario público en el sentido que las organizaciones indígenas, campesinas, sindicales y sociales estrían secuestrando a los habitantes de la ciudad de Popayán.

Cuando el pueblo se moviliza y reclama por sus derechos y el incumplimiento de los acuerdos ya firmados con el gobierno de Colombia y las organizaciones sociales, sale la recalcitrante burguesía caucana a airear estás versiones absurdas, en vez de utilizar los espacios que les confieren los medios y sus funciones sociales para exhortarle al gobierno para que atienda al pueblo colombiano y le cumple con los acuerdos pactados.

Estamos para construir paz, ante unos actores políticos que ponen sus intereses políticos y económicos por encima del bienestar del país, y en una actitud de fomentar la segregación y la división social decidieron optar el reverzazo a la política de paz y la estigmatización sin fundamento a las organizaciones sociales que hoy claman por la paz y por un país incluyente para toda la población colombiana.

Rechazamos las mentirosas proclamaciones del comandante de la Policía del Cauca, coronel Fabio Rojas, ante el medio de comunicación Blu Radio, que de manera fantasiosa inventó y lanzó al público un supuesto ataque con ácido a un patrullero de la policía. Rectificamos que se presentó un incidente en un retén, donde se da la orden por parte de la Policía al conductor de una chiva de destapar un recipiente que contenía un activo químico, hecho que condujo a un accidente en el cual resultaron heridos el conductor del vehículo y el patrullero.

En relación con el hostigamiento contra la fuerza pública reportado sobre la vía alterna Santander de Quilichao-Popayán en el municipio de Suárez, Cauca, nos consta sostener que las organizaciones que hacen parte de la presente minga por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz rechazamos contundentemente cualquier accionar armado por grupos al margen de la ley, que causan desarmonización en nuestros territorios y tanto daño le han hecho a nuestras comunidades.

Denunciamos que la forma en que se presenta esta noticia en los medios de comunicación, relacionándola con los mingueros y mingueras movilizadas en una protesta legítima y pacífica de carácter civil, pretende justificar el ataque inminente a la minga por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz.

Advertimos que se está ambientando la justificación para el uso desproporcionado de la fuerza por parte del ESMAD y las fuerzas armadas en contra de los puntos de concentración y el tratamiento de guerra a la protesta social, justificando el asesinato sistemático de líderes y lideresas sociales y poniendo en peligro los derechos humanos de la población civil movilizada en MINGA, así como el derecho fundamental a la vida de los mingueros y migueras.

Pueblos indígenas, organizaciones sociales y procesos populares del suroccidente colombiano