Vamos a trabajar como los chinos y en poco tiempo contar con las obras que se requieren para la conmemoración de los 50 años de existencia del Consejo Regional indígena del Cauca dijo a comienzos del año el consejero Mayor Ermes Pete Vivas y a renglón seguido afirmó que seguramente no se terminarían pero que se contaría con instalaciones suficientes para la programación.

Tenía razón en sus palabras y si bien es cierto que las obras no se concluyeron en el tiempo previsto, también lo es que trabajaron como hormigas en diferentes mingas para contar con un escenario apropiado para este gran encuentro de 50 años de resistencia y aun cuando ya se comenzaba la programación desde los consejeros, cabildantes, hombres, mujeres y niños trabajaban afanosamente para mejorar las condiciones de algunos sitios que no estaban debidamente adecuados.

De verdad que hicieron un ejercicio de unidad para explanar el terreno, levantar las construcciones en guadua, acondicionar los pisos, colocar las cubiertas improvisadas en plástico y en otros casos en hoja de caña e instalar un centro de armonización cuyas tulpas llegaron de diferentes territorios como lo habían definido las autoridades espirituales.

Entre tanto cientos de comuneros excavaron muchos metros de tierra para instalar el servicio de agua y de alcantarillado, para colocar los sanitarios y garantizar así unas buenas condiciones de salubridad a los miles de participantes en esta minga de conmemoración.

Así, después de tan solo mes y medio de ardua labor en el territorio de Kwet Kina, municipio de Caldono, estuvo listo el lugar de concentración y poco a poco desde el pasado 19 de febrero llegaron las delegaciones de los diez pueblos indígenas que hacen parte del CRIC, de organizaciones indígenas del orden nacional, regional y nacional.

Llegaron “armados” de grandes ollas, de toneladas de víveres, de muchísima música, de diferentes danzas en las que muestran sus vivencias diarias pero sobre todo de muchísimo entusiasmo para permanecer durante cinco días, reencontrarse, abrazarse, intercambiar saberes, sabores y conocimientos por que pocas organizaciones sociales cumplen 50 años de resistencia.

Por: Comunicador propio intercultural red AMCIC

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