La Luna, se asoma curiosa y tímida entre las nubes, mientras que el sol espera sin ningún afán la tan anhelada cita, sin embargo, a ambos ya se les escucha susurrar ‘Saakhelu, Saakhelus weywe’, en medio de las melodías de flauta y tambor que, desde ya, empiezan a convocar a los tres espacios.

A la tímida Luna, le brindan Cxawaswua (chicha de maíz), para ir abriendo camino, le dicen que estamos contentos, que se deje ver y que armonice el territorio y su gente. Las y los mayores Kiwe The, riegan fresco y están pendientes de las ofrendas que serán entregadas al Saakhelu.

Como todos los años, en este tiempo de Luna Mayora, los y las Nasa, de distintos rincones, van llegando a su ritmo, graneaditos, se van juntando en alegría para ser testigos del enamoramiento, del coqueteo y de la eternidad con la que Luna y el Sol se miran. Llegan con sus tejidos y con sus instrumentos musicales para hacer el llamado al espíritu del Colibri, que, con su destreza, durante este ritual armonizara el territorio.

También se le convoca al espíritu de la culebra verde, para que cuide los ojos de agua y todos los seres que allí habitan, al igual que al gallinazo, para que levante el sucio, llevándose las malas energías que pueda haber en el territorio, dejando que sea el colibrí, con su agilidad, el que finalice el trabajo.

Se le danza al caracol, para pisar la pereza, se le danza al viento, el cual, por medio de la flauta, hace el llamado a todos los seres espirituales durante estos días.

Una gran variedad de semillas espera impaciente cada paso de este encuentro que despierta la vida para dar vida. En la cocina, todo se mueve en minga. Los corazones están contentos. El guarapo y el chirrincho también espera ser brindado a los espíritus. Los músicos, van llamando con fuerza, sus melodías van conectando los tres espacios.

La Luna, va dejando de lado su timidez y se empieza a mostrar con fuerza. Ya casi es hora. El guarapo con el que se le hará la invitación al Sol, se brinda de a poquito, para que su energía se cruce en el momento preciso, con la Luna.

El Saakhelu ya está cerca, las señas, los sueños ya lo anuncian con fuerza. La alegría, ya se siente, porque nos están convocando para despertar las semillas, para encontrarnos como pueblo, para vivenciar una vez más la esencia de la vida que florece en este tiempo de Sol con Viento y Luna Llena.

Por: programa de comunicaciones CRIC

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