En el marco de la buena fe, comunidades indígenas del occidente del Cauca, se reunieron en la sede de la Universidad Autónoma Intercultural Indígena, UAIIN, con los delegados de Celsia, empresa de energía del Grupo Argos, que opera, hace algunos años, la represa de la Salvajina. El objetivo de la reunión fue acordar mecanismos que permitieran la reparación de las comunidades que se han visto afectadas cultural, ambiental, social y económicamente, por la construcción, inconsulta, de este magno embalse perteneciente a la empresa privada.

Las comunidades indígenas de los resguardos de Honduras y Cerro Tijeras, en los municipios de Morales y Suarez, en el occidente del Cauca, valiéndose de una sentencia de la corte constitucional están reclamando, justificadamente, establecer las medidas de compensación y de corrección más adecuadas debido a la afectación causada por le megaproyecto inconsulto realizado a finales de los años noventa en esta zona del Cauca.

Para la corte constitucional y para las comunidades filiales al Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC,  la empresa EPSA, la cual realizó en su momento la construcción de la represa, fue la causante de un significativo daño cultural, que hoy después de varias décadas, tienen en riego de desaparición cultural a los pueblos que milenariamente han pervivido en estos territorios.

Hoy, después de décadas de reclamos y conversaciones a medias, las medidas de reparación no han sido efectivas, razón por la cual se hizo necesario que las comunidades de esta zona se declararan en asamblea permanente en busca de un dialogo sincero, con la nueva empresa operadora de la represa de la Salvajina, con Celsia, conversación que se llevó a cabo con la presencia de organismos internacionales y del ministerio público.

En la reunión, se estableció una ruta para abrir el camino de conversación, el cual conlleve a unos acuerdos que permitan la compensación y reparación de los daños ocasionados durante décadas a las comunidades, de igual forma, en este espacio, se advirtió que las comunidades en el marco de la buena fe, trabajaran, pero advirtieron, que, si existe mala fe, se aplicará la ley de origen, la autonomía, medidas que seguramente pueden generar desarmonías entre las partes.

Con el fin de parar ese genocidio acelerado, después de seis años de malas prácticas y falta de consensos, hoy, la empresa Celsia y las comunidades afectadas por la represa de la salvajina, apenas empezaron con los diálogos, donde se acordó reencontrarse el próximo jueves 7 de octubre en la sede del Cabildo de Honduras, zona occidente del Cauca.