Desde sus camionetas finas, con gafas, sombrero y camisetas blancas un grupo selecto de la sociedad caleña, la que por haber tenido todo, por haber ido a reconocidas universidades, comprar su ropa en tiendas exclusivas y comer en los mejores restaurantes creen que el país es suyo, que todo les pertenece, que aquí se hace lo que su dinero compre, esos están inconformes por no poder seguir con su vida como si nada, como si el país no se estuviera desangrando hoy como siempre.

Ellos atacaron la minga, a un grupo de indígenas que desde el Cauca se viene movilizando en el gran Paro Nacional proponiendo construir una sociedad más justa, equitativa e incluyente; que garantice una vida digna en la que haya tierra, agua, aire, energía, escuelas, centros de salud, pensiones y carreteras de calidad para todos y todas. Una sociedad en la que el dinero en el bolsillo no defina a qué tenemos derecho y a qué no.

Contra esos mingueros, contra esos ciudadanos del común, la clase privilegiada del sur de Cali tira la piedra y el Gobierno les esconde la mano. Como siempre ha pasado en la historia de nuestro país. Así lo menciona el consejero mayor del CRIC, Ermes Pete:

“Vemos ahí claramente los videos, vemos muy claramente en donde personas de civil disparan contra los manifestantes, contra la minga. Y la policía los resguarda, los protege.

Una situación que rechazamos, una situación que condenamos porque ese no es el actuar, la policía debe garantizar los derechos a la vida, los derechos humanos, tal como lo hace la Guardia Indígena.»

Producto de este ataque, el 9 de mayo, 9 mingueros sufrieron heridas de bala. Pero producto del ataque histórico de las élites colombianas millones de personas han sido violentadas, desplazadas, torturadas, masacradas y desaparecidas, como si a nadie le importara.

Esa es la historia que no queremos repetir. Ese es el país que tenemos que cambiar para evitar que los criollos estrato 6 sigan creyendo que su bienestar está por encima del de todo un país.

Por: Programa de Comunicaciones CRIC.

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