El Pawkar Raymi, es una fiesta tradicional de los pueblos andinos suramericanos, es denominada como la fiesta multicolor o del florecimiento, ella en sí, es un homenaje a Pachacamac o creador de la tierra, evento que para este año 2021 se realizó en El Rosal, Pitalito, departamento del Huila.

La fiesta se hace con el fin de agradecer el florecimiento y la cosecha de los cultivos de corta germinación, como es el caso de las hortalizas. Dentro de estas fiestas es muy importante la exhibición de la gama de colores que aporta la naturaleza, por tanto, las diversidades de flores están presentes durante todo el ceremonial.

Igualmente, la música, la danza, una exposición de productos alimenticios, así como el compartir de medicina tradicional y espacios de palabra, hicieron parte de la programación durante toda esta jornada comunitaria.

Por su parte el Programa de Jóvenes del Pueblo Yanacona se reunieron en el marco de esta conmemoración en la finca La Colina, sede de la Universidad Indígena Intercultural UAIIN, de la ciudad de Popayán, entre el 19 al 21 de marzo, con el fin de abordar temáticas de vital importancia para la organización juvenil y de igual forma elegir a sus nuevos coordinadores duales.

Felipe Castillo del resguardo de Papallaqta y Magaly Quinayas (Urku Apu) del Resguardo de Caquiona fueron los jóvenes elegidos para representar el programa zonal de jóvenes Yanaconas y direccionar el andar de los jóvenes durante un periodo de dos años, este compromiso comunitario es una escuela de formación que permite a los jóvenes fortalecer los procesos políticos y culturales y promover nuevos líderes Yanaconas para el relevo generacional.

Otra de las comunidades Yanaconas que conmemoró el Pawkar Raymi fue el Resguardo de Rioblanco, en donde la comunidad se concentró en la plaza central para hacer el ritual de agradecimiento y a partir de la música tradicional de chirimía tener un espacio de encuentro comunitario.

Para el Pueblo Yanacona esta es una de las fiestas mayores, donde se vivencia la espiritualidad y se recogen las buenas energías para seguir trabajando en comunidad, con sus cosechas, frutos que permitirán fortalecer los espacios de palabra, de construcción colectiva para mantener las costumbres y tradiciones culturales propias, como un legado que está en la memoria viva de su pueblo.