Los bosques tropicales cuidados por las comunidades absorben el doble de carbono que otras tierras, muestra un análisis.

Los objetivos del acuerdo climático de París fracasarán a no ser que se honren los derechos de los pueblos indígenas que protegen los bosques tropicales, según indica un nuevo informe.

Las tierras forestales administradas por pueblos y comunidades indígenas en países como Brasil, Colombia, México y Perú secuestran aproximadamente el doble de carbono que otras tierras, según indica el análisis.

Cumplir las contribuciones determinadas a nivel nacional–conocidas como NDC– sin proteger estas tierras requeriría cambios brutales y abruptos en el estilo de vida de los países boscosos.

Perú tendría que retirar todos los vehículos de las calles para compensar la pérdida de solo la mitad de los sumideros de carbono protegidos por los bosques en posesión de los pueblos y comunidades indígenas, indica el estudio del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y Climate Focus. Brasil y Colombia tendrían que retirar el 80% de sus vehículos para compensar el aumento de las emisiones netas.

Juan-Carlos Altamirano, economista senior del WRI, que es coautor del informe, comentó: “Sería imposible para estos países lograr los objetivos de las NDC si no se protegen los derechos de los pueblos indígenas y estas tierras son deforestadas o destinadas para otros usos. Pero en otras partes del mundo, probablemente se trataría del mismo caso”.

Si no se protegieran los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades forestales, la “hipótesis más probable” sería que no se alcanzaría el objetivo climático de París de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5°C, indicó.

Los pueblos indígenas son, con diferencia, los mejores guardianes de los bosques tropicales, ya que las tasas de deforestación en sus tierras son hasta un 50% más bajas que en otros lugares, según reveló un estudio de la ONU el año pasado.

Aunque se calcula que un 10% del sureste del Amazonas parece haberse convertido ya en una fuente neta de carbono debido a la degradación del bosque, el WRI señala que al menos el 92% de las tierras boscosas en posesión de los pueblos y comunidades indígenas de los países amazónicos todavía son sumideros de carbono. En promedio, estas tierras secuestran el equivalente a más de 30 toneladas de dióxido de carbono por hectárea, más del doble que otras tierras.

En Brasil, sin embargo, el gobierno de Jair Bolsonaro ha socavado los organismos de protección de los pueblos indígenas y aceleró la legislación para permitir la apertura de sus tierras para la minería, la exploración de petróleo y gas, las presas hidroeléctricas y las plantaciones de soya. La tasa de deforestación de Brasil se disparó un 57% el año pasado, alcanzando el nivel más alto en una década.

Izabella Teixeira, una exministra brasileña de Medio Ambiente galardonada por la ONU por ayudar a revertir la deforestación del Amazonas, comentó que Bolsonaro solo ofrecía “una falsa perspectiva ecológica y de corto plazo“, con el objetivo de engañar a la comunidad internacional.

“Estén seguros: el interés del gobierno brasileño actualmente no es abordar el cambio climático o el daño ambiental”, dijo. “Los pueblos indígenas tienen derechos (constitucionales) y el Estado debe proteger a los pueblos indígenas, y lo que ha ocurrido en la actualidad no es eso”, señaló. “Los pueblos indígenas y los distritos ambientales son considerados como parte del problema“.

Para maximizar el alcance de la protección de las tierras indígenas, el estudio del WRI pide derechos de propiedad de tierras equivalentes, el reconocimiento legal de los territorios indígenas y los derechos de las comunidades al consentimiento libre, previo e informado respecto a los proyectos forestales.

El estudio fue realizado mediante el uso de datos por satélite para identificar el contenido de carbono, las emisiones y el secuestro de carbono en las tierras habitadas por los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Posteriormente, se compararon estos datos con las NDC (contribuciones determinadas a nivel nacional) de los cuatro países de América Latina para el acuerdo climático de París, con el fin de comprobar si estaban incluidos en la planeación de políticas.

En la mayoría de los casos no lo estaban“, dijo Altamirano.

por, La-Lista.

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