Territorio del Gran Pueblo
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca - ACIN

No son 100, sino 526 años de soledad

A 12 de octubre de 2018, 526 años después del encuentro entre dos mundos y de lucha frente al colonizador europeo; encontramos que su modelo de sociedad presenta indicadores cada vez más escandalosos en cuanto a la concentración de la riqueza, la tierra y el poder: según el último informe de Oxfam, solo 8 personas poseen una riqueza igual a los ingresos de 3 mil 600 millones de personas de todo el planeta.

Frente a esto, como lo ha declarado el presidente de Bolivia en la ONU, ingresamos a una nueva era nuclear donde los imperios se lanzan avocados a una carrera militar, ahora con el desarrollo de armas más livianas, de fácil transporte, con mayor velocidad y alcance, algunas de ellas construidas a partir de nuevas técnicas, como misiles hipersónicos -de los que se ufana Vladimir Putin-. El mundo entra en una época de pre-guerra, nítida consecuencia de la caída lenta pero persistente del último imperio hasta ahora conocido.

El resurgimiento por distintas coordenadas del globo del racismo, la xenofobia, los desplazamientos,  las desapariciones forzadas, feminicidios y sexismo, así como el crecimiento de opciones de ultraderecha en numerosos gobiernos, entre ellos el colombiano, son ejemplos más fuertes de la concreción estatal de una transformación negativa que vive la sociedad global. El neoliberalismo, a pesar de sus resultados para el conjunto social y del cuestionamiento que afronta, logra que los valores y referentes culturales asociados a su modelo social estén cada vez más enraizados: la bancarizació n, y financiarización de la vida; el individualismo, el consumismo y la competencia entre hermanos, la degradación del medio ambiente, los problemas de depresión, estrés, ansiedad y suicidios en las grandes ciudades. Sumándole a esto, la crisis del progresismo por toda América Latina, donde se apaga la luz de esperanza que en algún momento pudo proyectar.

Como dicen las consignas otro mundo no solamente es posible, sino urgente, pues es un hecho la crisis profunda por la que atraviesa la civilización actual, y con muestras mucho más claras de su fracaso como modelo de vida y de sociedad, desde la crisis financiera del 2008. Para el caso de Colombia, si bien en los últimos años hemos tenido avances inocultables, siguen siendo las mismas élites que desde la colonia, las familias tradicionales y las familias segundonas a su servicio, tienen el control del legislativo, del ejecutivo y del judicial, quienes nos pondrán durante otros 4 años, en la aprobación de leyes y políticas que mantiene su modelo de acumulación y desigualdad imperantes.

Pese a todo, para quienes desde el presente miran el futuro, les decimos que aquí estamos, los pueblos indígenas, caminando la palabra de nuestras lenguas ancestrales y recorriendo la espiral del tiempo, cumpliendo 526 años de resistencia, con retrocesos pero también con avances. Como en los tiempos de la cacica Gaitana, Juan Tama, Quintín Lame, de nuestros mayores fundadores del CRIC y de la ACIN, hoy tenemos ante nosotros una nueva generación de comunidades, dinamizadores, activistas y líderes políticos que aun despiertan expectativas, generando cambios reales tanto en la dinámica gubernamental como en el fluir de la vida colectiva.

En Çxhab Wala Kiwe (Territorio del gran pueblo), que hoy llaman Cauca, Colombia, existe una nueva generación de activistas y líderes que tienen ante sí, y como reto sustancial, seguir resistiendo los duros embates del modelo para construir en Colombia y el Mundo, una alternativa. Estamos prestos a colaborar con los más amplios sectores, estudiantes, campesinos, afros, líderes sindicales y barriales, en cumplimiento del mandato de la minga social y comunitaria que hemos caminado desde hace ya algunos años. Les invitamos a caminar con nosotros, es decir a construir la voluntad colectiva, la unidad social, plural y dinámica, soportada en las particularidades y fortalezas regionales que caracterizan a los territorios que integran este país, y a que emprendamos desde allí, a partir de tal sintonía, el reto de encarar el sentido de la recuperación del bien común para la sociedad global.

Por tanto, semejante reto demanda cambios sustanciales en nuestras matrices políticas e ideológicas, liberar el corazón y liberar el pensamiento, pues con las armaduras que hemos venido trajinando, ninguno ha conseguido liderar un proceso de transformación, únicamente con sus propias fuerzas. Por eso estamos proponiendo la urgente y necesaria tarea de salir a todos los rincones del territorio, a escuchar sus razones y sus sueños, sus posibilidades y sus disposiciones, para con ello y entre todos, tejer lo que necesitamos y queremos para hacer realidad en las próximas décadas; con un método y una ruta propia, que camine con autonomía de la agenda institucional. Dejemos atrás no cien, sino 526 años de soledad, propiciados así por quienes servidos de la violencia oficial, han llevado a millones a la infelicidad.

Las distintas movilizaciones desarrolladas durante los últimos años por todo el país, apenas si lograron concretar acuerdos parciales con el gobierno; una lógica de movilización, acuerdos e incumplimientos se impuso al movimiento social y a la misma guerrilla de las FARC. Ante esto, es urgente y necesario que la lógica de la política de los movimientos o grupos que lograron poner un representante en los muros del congreso, trascienda los escenarios institucionales y vaya más allá de estos, propiciando espacios y discusiones frente a la participación de la sociedad y las decisiones de la vida en su conjunto – educación, vivienda, salud, justicia, economía, medio ambiente etc.- pues son decisiones que no pueden quedar talladas solamente por el voto de cada tantos años, sino que debe ser producto de una participación cotidiana y constante.

Es frente al fuego y en decisiones amplias que hemos tejido el poder de nuestras comunidades, es debido al fuego y a la escucha de los espíritus ancestrales que hablan a través de nuestros mayores, que hemos resistido a los embates que desde la colonización y la conquista del mundo europeo. Hoy pasamos a la ofensiva, por la vía de la autonomía y por la vía de la gente, son esos espíritus unidos a los corazones de todos, los que han mandado liberar nuestro pensamiento y liberar la madre tierra, seguiremos haciéndolo en los territorios que nos piden a gritos un trato más equitativo, así les duela a aquellos que se creen dueños del mundo. En este 12 de octubre invitamos a todos quienes nos escuchen, con lo más hondo de nuestros dolores y nuestras alegrías, a que la liberemos juntos, que liberemos la madre tierra para liberarlo todo, desalambremos esas cercas que trazo el conquistador, y juntos superemos la soledad

Fuente: nasaacin

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