Desde el punto de resistencia de la Minga, se viene tejiendo la palabra con diferentes procesos en lucha, que nos permiten conocer y soñarnos un mundo diferente, el mundo de los pueblos sin dueños.

Gilberto López, acompañante de la lucha zapatista desde México nos habla de esa digna lucha, del camino de autonomía que se ha ido construyendo desde la rebelión armada en 1994. Dejando en claro que ellos no se dedicaron a la guerra, ellos se dedicaron a construir escuelas para enseñar lo que el pueblo necesita saber, para recordar la memoria de su lucha

¿Qué podemos aprender del proceso zapatista?

Los procesos de autonomía que cambiaron radicalmente la realidad de todas las zonas en donde el EZLN tiene su hegemonía, es un tipo de auto gobierno que han construido los zapatistas a lo largo de estos años que se sintetiza en el mandar obedeciendo.

“El pueblo manda y el gobierno obedece” es la palabra y la acción con la que los pueblos zapatistas vienen caminando su lucha y autonomía, en donde ha construido juntas de gobierno extendiendo su influencia a otros territorios.

¿Cómo se hace realidad eso?

Rompiendo todo tipo de relación con el gobierno. Al romper toda relación con el gobierno, al no recibir un centavo del gobierno y que en la zona no impera más que el mandar obedeciendo, se ha venido construyendo un proceso de concientización de generaciones a través de sus propias escuelas, clínicas, de sus formas especificas de reparto de la tierra que se gano durante la insurrección, durante el proceso del 94 en donde se ha venido aplicando una singular reforma agraria porque lo que producen es para los pueblos. Hay una economía solidaria al interior de estos autogobiernos.

Se pierde autonomía si uno se sienta con el mal gobierno, que miente, engaña, el que firma acuerdos y no los cumple.

Muchos de estos cambios radicales, iniciaron desde la clandestinidad, una de esas grandes trasformaciones y cambios es la ley revolucionaria de las mujeres, la cual, de forma radical, cambio los patrones jerarquizados, patriarcales, sexistas del movimiento zapatista; con esta ley se empieza a dar un proceso de concientización no solamente de las mujeres si no también de los hombres frente al tema de género.

Con esta ley, las mujeres hicieron caer en cuenta que el machismo y el patriarcado hacían imposible y traicionan cualquier posibilidad de autonomía, que el gobierno y el estado son instituciones patriarcales.

Otra de las grandes enseñanzas que nos dejan los zapatistas, es que no pierden la oportunidad de sorprendernos con iniciativas de articulación a nivel nacional e internacional la cual dejan claro en la sexta declaración de la Selva Lacandona, en donde manifiestan que “no solo con los pueblos indígenas y a partir de los pueblos indígenas, nosotros vamos a trabajar, a dialogar, a hacer alianza con los explotados y oprimidos de México y el mundo”

A su vez, la compañera Aurelia Canelas, antropóloga y acompañante de la lucha de mujeres en Bolivia nos dio a conocer la resistencia por la autonomía de y desde los pueblos.

Manifestando que, a diferencia del pueblo Zapatista, en Bolivia los procesos de autonomía son cooptados e institucionalizados.

Que la lucha de los pueblos indígenas, viene desde la colonia, que nunca se han quedado quietos y que cada logro que se ha conseguido es fruto de esa larga lucha, es fruto de la memoria digna de los abuelos y abuelas que fueron y son los protagonistas y desde donde se hereda todo este camino y todo lo que ha significado la historia de abandono y falta de acceso a la justicia.

En el caso de las mujeres esto es mucho mas evidente, porque algo que también se ha heredado con la colonia es que somos sociedades colonizadas y que ha costado mucho romper esa visión de la mujer como compañía de la autoridad.

 Hay un principio de dualidad (hombre- mujer) que, sin embargo, desde las reflexiones de las mujeres, dan cuenta que en la práctica no permite que la mujer tenga un ejercicio y un protagonismo real dentro de las estructuras orgánicas tradicionales y, mucho menos dentro de las estructuras orgánicas más funcionales como lo son los gobiernos municipales.

Se ha cooptado la posibilidad de una gestión integral del territorio en las autonomías indígenas debido a que en Bolivia a pesar de ser un estado plurinacional (uno de los logros en los años 90) restringen los derechos dentro de las autonomías indígenas, aunque las comunidades tienen derecho a la tierra, no tienen derecho al uso del agua de una manera libre ya que el agua es considerada un recurso estratégico, por tal razón su uso lo decide el estado, las gobernaciones o municipios.

Al no poder hacer uso de los recursos estratégicos, las autonomías indígenas dependen en gran medida de los recursos económicos que les puedan dar las gobernaciones o municipios a los que pertenecen. No hay libertad de acción, ni decisión sobre las formas y planes de vida que quieran gestionar.

La conversa de hoy nos tiene que llevar a la reflexión frente a los retos y desafíos que vamos a caminar como pueblos indígenas, queda claro que la autonomía no se logra solo con las buenas ganas, ni mucho menos dependiendo de un mal gobierno.

También que la palabra de la mujer tiene que seguir retumbando, tiene que hacer eco en que las mujeres liberan el territorio y defienden la vida de todo un pueblo.

Es necesario que nos juntemos todas las luchas, las de aquí y las de allá, este es el tiempo de la lucha de los pueblos sin dueños, de los pueblos que estamos en las mismas, pero que hoy nos levantamos para soñarnos un mundo diferente en donde viva la vida.

Y ya para terminar, les dejamos esta frase, fruto de la conversa digna de los pueblos que luchan “No se triunfa si no se piensa la autonomía por fuera del estado y si hay autonomía con patriarcado”.

Por: Tejido de comunicación ACIN

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