El año 2019 trajo una tendencia en redes sociales, Se trata del #10yearschallenge, el cual consiste en publicar una foto de hace 10 años y una actual; en este caso del año 2009, junto a otra del 2019. La idea es sorprender con el cambio que han tenido las personas en este tiempo. Para este artículo utilizaremos el #10yearschallenge para hacer memoria territorial en el Norte del Cauca de lo ocurrido en el año 2009 y lo que sucede en lo que corre del  2019, tiempos del llamado “post conflicto”.

Para el año 2009 Álvaro Uribe Vélez era el presidente de la República de Colombia, este señor se caracterizaba por la famosa Política de Seguridad Democrática; que consistía en instalar estratégicamente bases del Ejercito Nacional, que permitía la militarización de los territorios para el control; situación que nos obligó al desplazamiento debido al conflicto armado que llegaba a extenderse desde los casos urbanos hasta el rincón más pequeño del territorio.

Según un Informe de Riesgo de la Defensoría del Pueblo, en el año 2009 los municipios de Corinto, Toribío y Jambaló,  estaban invadidos de presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo FARC EP, quienes «copaban espacios territoriales con pequeños grupos de combatientes que realizaban acciones contra la fuerza pública, mediante atentados y hostigamientos». Además, dice el informe, que las FARC – EP habían sembrado los caminos y senderos de nuestros territorios con minas antipersonales que ponían en riesgo a la población civil, además de varios “errores militares” que dejaron a comuneros heridos, incluso a niños.

Los cultivos de coca para uso ilícito, llamaban la atención de diferentes grupos armados como las FARC – EP, grupos paramilitares, bandas criminales, además de la presencia del aparato militar del Estado; todos en disputa por el territorio. En el 2009 se presentaban múltiples amenazas contra miembros de comunidades indígenas; estos grupos declaran “objetivo militar” a las autoridades de los cabildos por no acatar sus directrices, además de los secuestros y reclutamiento de jóvenes indígenas para la guerra.

Estos actos estaban en contra de la posición de las comunidades, quienes manifestaron públicamente que sus hijos no debían ser soldados ni del ejército, ni de la guerrilla, ni de los paramilitares; pues su posición frente a este conflicto armado era que la solución política debía ser mediante el diálogo.

Este escenario parecía no tener camino de esperanza para la paz; al vernos sumergidos en una guerra ajena, las comunidades indígenas bajo el lema “Guardia Somos Todos” decidimos caminar sin miedo el territorio, dialogamos con los distintos actores armados para exigir el respeto a la vida,  y en otra instancia volvimos  la minga como es costumbre para exigir Respeto, esta vez llegamos hasta la ciudad de Cali https://www.cric-colombia.org/portal/cali-recibio-la-minga/ sin tener ninguna Respuesta pero decididos a continuar fortaleciendo nuestro único mecanismo de defensa, La Guardia Indígena.

Volvamos al 2019 para hacer un resumen de lo que ha sucedido durante estos últimos tiempos. Bajo el mandato presidencial a manos del Uribismo nuevamente, representado por Iván Duque, podemos evidenciar la misma cruel realidad;  los cultivos de Marihuana con fines de uso ilícito, la siembra de monocultivos que afectan la madre tierra y pone en riesgo nuestra pervivencia como pueblos.

Actualmente los riesgos y amenazas siguen vigentes, nada ha cambiado, bajo la dinámica de la “reorganización de grupos armados al margen de la ley” que se encuentran en disputa por el control territorial de lugares que antes eran controlados por la hoy desmovilizada FARC; este es uno de los escenarios más complejos puesto que la situación en contexto de conflicto armado no ha sido fácil después de la firma de los acuerdo de paz entre FARC y el Gobierno Nacional.

En la Zona Norte del Cauca, la armonía sigue siendo afectada con la reaparición de nuevos grupos armados que se identificaron a través de grafittis, panfletos amenazantes y presencia física en los territorios, como:  el Ejercito de Liberación Nacional ELN, Ejército Popular de Liberación EPL, las Guerrillas Unidas del Pacifico y alrededor de tres grupos que retoman el nombre de FARC o de sus antiguos frentes; también se ve el aumento y presencia de fuerza militar en zona rural y policial en zonas urbanas.

La oficina  de monitoreo de DDHH Y DIH del Tejido de Defensa de la Vida de la Cxhab Wala Kiwe (Territorio del gran pueblo), da cuenta del aumento de amenazas tipo panfleto  a las comunidades y voceros, a raíz de las constantes acciones de control y protección territorial; muchas de estas amenazas son materializadas como asesinatos de tipo selectivo.

Además se registran amenazas de manera directa por medio de llamadas telefónicas, mensajes de texto y razones enviadas por terceras personas a líderes indígenas durante el 2018, el Tejido en seguimiento a “variables de riesgo” e “impacto directo” contra comuneros y lideres, da cuenta que entre los años 2014 – 2018, 312 líderes tiene algún tipo de riesgo (Docentes, Guardias Indígenas, Sat´wesx (estructura de gobierno propio), Jurídicos, Coordinadores de programas, Kiwe The (Médicos tradicionales), presidentes de Juntas de Acción Comunal JAC, entre otros), de los cuales varios han sido asesinados. Para el año 2018 se presentaron 45 asesinatos en territorios indígenas, lo que constituye para la armonía una grave afectación en términos culturales y espirituales.

El mecanismo de monitoreo de Derechos Humanos DDHH y Derecho Internacional Humanitario DIH, del Tejido Defensa de la vida ACIN,  registra 8 seguimientos en el último Mes del 2018 y comienzos de 2019; un incremento directo de estas acciones, las cuales han sido neutralizados mediante la protección colectiva de autoridades locales indígenas a través de la guardia Indígena y la Comunidad.

En conclusión, hablar de actualidad y cambios al recorrer los caminos del Norte del Cauca, deja ver que nada ha cambiado para las comunidades que habitan estos territorios ancestrales.

Hay que mencionar también que podrían ser más las víctimas, no sol en estos 10 años, sino todo el tiempo que han durado los conflictos en nuestros territorios, si no existiera un mecanismo comunitario de protección colectiva e individual, lo que reafirma nuestra lucha bajo la unidad, para defender la vida y el territorio y por eso este 2019, los indígenas volvemos a la Minga, la que nos caracteriza, la que nos une en una sola voz, para continuar perviviendo en todos los tiempos a “defender nuestros derechos así nos toque morir”.

Por: Mabel Quinto

Comunicadora del pueblo Nasa

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