Ellos son los que compraron esta casa, ellos fueron los que crearon la organización y gracias a ellos es que ustedes tienen trabajo” con esta frase se resume el conocimiento que Guillermo Alfonso Pito Zamora tenía del Consejo Regional Indígena del Cauca, donde laboró por espacio de 39 años ejerciendo las funciones de portero o vigilante.

“Memito” como le conocíamos en la organización cumplió hace poco 65 años pues había nacido el 31 de Mayo de 1957 en la ciudad de Popayán. Vivía en el barrio modelo, frente a la primera oficina que tuvo el CRIC y por esa razón pasaba constantemente a jugar con sus hermanos menores en este espacio. En la medida que iba creciendo en años empezó a hacer mandados, prestar algunas ayudas a quienes permanecían en este espacio. Con él colaboraban “presidente”, “Chivo”, “Tomate” “Dorita”, “Pinta”, “Avispa”, entre otros, todos hermanos, pero fue el quien siguió pendiente de los “compañeros” de la oficina.

En el terremoto del 31 de marzo de 1983, la oficina que tenía el CRIC, en el barrio el Cadillal quedó completamente destruida al igual que la edificación de tres pisos donde “Memito” vivía con doña Judith, su señora madre y sus hermanos, pero él no dejaba de seguir el movimiento del que seguro no conocía bastante pero que le gustaba.

 

 

Por estas razones siguió tras las huellas del CRIC, hasta las nuevas instalaciones en la calle del banano hacia 1984 donde ya se vinculó como portero para garantizar la seguridad de este lugar. Poco conversador, pero se mantenía pendiente de todo lo que ocurría a su alrededor, distinguía a los directivos, sabía lo que pasaba al interior de la organización, pero nunca transmitía información alguna a menos que estuviese seguro que estaba en buenas manos.

Dicen algunos que era bravo, cascarrabias, que era muy exigente mientras otros aseguran que era un buen amigo y en mi caso comparto esta última apreciación. En lo que si coincidimos quienes lo conocimos es que sus prevenciones, sus regaños y hasta su malgenio siempre estuvieron en defensa de la organización y hasta por evitar dificultades a los mismos compañeros del proceso organizativo.

Memito se lleva consigo buena parte de la historia del Consejo Regional Indígena del Cauca, ya que fue testigo de excepción en el bloqueo a sus instalaciones en el barrio Modelo por parte del ejército nacional, se salvó milagrosamente del atentado con un artefacto explosivo en la puerta de la Casa grande en la calle del Banano porque a esa hora ejercía sus funciones de vigilancia, igualmente vio como cerraban los ingresos a la oficina cuando se convocaron a protestas o manifestaciones. Se lleva a su tumba la información de los atropellos que vivieron las comunidades indígenas a lo largo de los 50 años de existencia, conoció a muchos de los dirigentes asesinados y en general se lleva buena parte de la historia del movimiento indígena.

Cumplida la edad y también el tiempo laboral fue pensionado y disfrutaba de esa pensión recorriendo las calles de la ciudad en su pequeña bicicleta especialmente en el barrio Bolívar, sin dejar de pasar por la oficina a saludar a sus antiguos compañeros. El martes anterior, considero fue el último paso por esas dependencias, intercambiamos algunas palabras, pero seguro que como dicen en nuestros pueblos originarios esa visita fue para recoger los pasos porque la despedida no fue la de siempre nos vemos Memito” sino que lo hicimos dándonos la mano. No sabía que esa era la despedida definitiva del mundo terrenal.

Memito murió en medio de un accidente que es motivo de investigación por parte de las autoridades. Perdió la vida en su ley, dándose una pasada por el Barrio Bolívar. El esfuerzo de los facultativos no fue suficiente para salvarle la vida y hoy se encuentra con su señor padre, don Salomón y con Gloria Lucia, su hermana mayor que le habían tomado la delantera, así como con los dirigentes indígenas que fueron sus orientadores y en general con los más de dos mil comuneros que han entregado la vida al servicio del movimiento indígena colombiano.

 

Para doña Judit, su señora madre, para Jairo Evert, Ruben Darío, José Fernando, Carlos Andrés, María Cecilia, Dora Alicia, Jorge Enrique y sus restantes familiares, desde el Consejo Regional Indígena del Cauca les enviamos nuestra más sentida voz de condolencia por la partida temprana de Memito y para él nuestro deseo que se encuentre ya en el sitio que los espíritus mayores le designan a quienes cumplieron un importante papel sobre la tierra. Memitoooo que tenga buen viaje con destino a la otra casa…

Por: Programa de Comunicaciones-CRIC

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