Los pueblos indígenas somos guardianes milenarios de la Uma Kiwe (madre tierra), autoridades ambientales, territoriales, económicas en función de la protección de los espacios de vida, cuidamos cada ser que vive dentro de nuestra Pachamama, para nosotros el río es un Mayor Espiritual sobre el cual surge la vida.

El río Cauca nace en nuestro territorio, para algunos conocidos como el macizo colombiano. Se alimenta de todas nuestras vertientes sagradas entre la cordillera central y occidental. Allí cuidamos sus nacimientos y ofrendamos en agradecimiento por su valor inconmensurable para la vida. Es considerado como el segundo río más importante de Colombia, siendo un espacio sagrado fundamental para el buen vivir de todos los pueblos.

Nuestra ley de origen nos da la legitimidad necesaria para defender el agua por que la hemos protegido colectivamente por milenios. Nuestros territorios se han cuidado gracias a nuestra forma de vida y nuestra visión del mundo. El agua no nos pertenece, nosotros pertenecemos al agua. Somos hijos del agua y por eso no aceptamos que se usurpe, se agreda y se mercantilice por unos pocos.

Por esta razón nosotros como pueblos indígenas que defendemos la vida, el buen vivir de los pueblos, la armonía territorial, rechazamos de manera contundente las políticas de desarrollo, de extractivismo, de proyectos minero-energéticos que ocasionan miseria, despojo, pobreza, y daño ambiental en nuestro territorio local y nacional.

El Agua es para nosotros un ser vivo y es un derecho fundamental para los pueblos, sin embargo, la política global frente a la mercantilización del agua ha ocasionado que entidades gubernamentales y ambientales la hayan convertido en una mercancía bajo el pretexto del servicio público y bajo la idea manipuladora y demagógica del progreso que solo oculta el privilegio de unos pocos y la desigualdad para la mayoría de la población y, sobre todo, la agresión despiadada a la madre naturaleza.

El desastre ambiental de Hidroituango, proyecto que se nos presentó como la panacea de la transparencia y la eficiencia gubernamental y que ha demostrado ser un total fracaso como obra de ingeniería, como impacto ambiental y como cómplice de la impunidad en la corrupción y los crímenes de Estado.

Exigimos como pueblos indígenas defender la vida, no transgredir los espacios de vida en la madre naturaleza.

Exigimos la reparación de todas y cada una de las familias y territorios que han sido afectadas. Levantamos nuestra voz de protesta y nuestros bastones de autoridad para defender nuestros ríos, que son fuente de vida.

Desde el Movimiento Indígena del Cauca llamamos a los pueblos y a la comunidad regional y nacional, a movilizarse para proteger el Río Cauca y todas nuestras fuentes de vida.

Exigimos a las autoridades ambientales competentes, acciones inmediatas para detener esta tragedia que desarmoniza el territorio y que dejará a las generaciones actuales y venideras solo destrucción y muerte.

CONSEJO REGIONAL INDÍGENA DEL CAUCA 

Febrero 7 de 2019