En la noche del sábado 27 de noviembre, centenares de niños, niñas y jóvenes así como guardias de los once pueblos indígenas que hacen parte del Consejo Regional Indígena del Cauca preparaban su kit minguero porque en el territorio de Toez, municipio de Caloto en el norte del Cauca es esperaban para el Séptimo encuentro  regional de semillas de identidad, autoridad y defensa territorial convocado por el Programa de Educación Bilingüe Intercultural.

Con la ayuda de sus padres y dinamizadores  prepararon el kit minguero con su camping, cobijas, taza y cuchara, ropa para clima caliente pero lo más importante, llevaban consigo toda la riqueza cultural, sus conocimientos del territorio, la cosmovisión sin dejar de lado sus juegos tradicionales, pinturas, tejidos y el corazón latiendo intensamente por descubrir nuevas tierras.

Para unos fueron pocos minutos de desplazamiento, para otros varias horas como la delegación de la baja bota caucana que debió viajar con quince horas de anticipación pasando por el caluroso valle de laboyana, el helado páramo de Paletará para llegar al ardiente valle del río Cauca. Entre tanto los Nasas de Tierradentro ataviados con el capisayo y el sombrero de ramo salían de sus parcelas en medio de la oscura madrugada para recorrer por Inzá, Totoró, Silvia, Santander de Quilichao hasta llegar a Caloto mientras que los Sías de la costa pacífica en medio del calor del trópico humedo subían a las canoas, luego a un bote que los llevara a Buenaventura, pasar por el calor seco de Cali hasta llegar a su sitio de destino. Así lo hicieron desde distintos pueblos con el solo ánimo de integrarse, de mostrar que se mantienen vivos en medio de las dificultades y que desde diferentes instancias se preparan para la defensa del territorio.

El domingo 28 en horas de la tarde llegó el momento anhelado, tomaron sus asientos para el inicio de la programación y al poco tiempo al escuchar el sonido del himno de la guardia, todos, niños, autoridades y guardias  se pararon de sus puestos y con el bastón en alto acompañaron el grito de resistencia milenaria para decirle al mundo entero que los pueblos indígenas pervivirán por siempre partiendo desde las semillas de identidad.

Al día siguiente en medio de la alegría de conocer otros niños con distintos idiomas, vestidos, costumbres y forma de ver el mundo se dividieron en varios grupos para mostrar sus habilidades en escribir historias, en contar la cosmovisión de sus pueblos, elaborar títeres con materiales propios de sus regiones, pintar, tejer mochilas o sombreros, elaborar canastos, interpretar sus músicas y danzar para representar las vivencias de sus sitios de origen. Eran incansables y solo la sed los obligaba a detenerse en su actividad. Incluso son mas exigentes en el horario comentaron sus dinamizadores para expresar la energía acumulada en este encuentro.

En el tercer día no podía faltar el juego como elemento fundamental en la crianza y desarrollo de los niños y por eso disfrutaron de los juegos tradicionales de cada pueblo para demostrar que si bien es cierto que los avances tecnológicos son importantes también lo es el recuperar y mantener esas formas como se crecieron los mayores que gestaron la más importante organización indígena de Colombia y el mundo.

El objetivo de este encuentro se cumplió según Wilman Tumbo, coordinador político del Programa de Educación Bilingüe del CRIC y lo ratificó Emili Astaiza, una niña de seis años que contó la cosmovisión de su pueblo Kokonuko, la historia de sus antepasados, el significado de los colores que lleva su pequeño bastón mientras que otros hablaban con mucha propiedad del cuidado del territorio, de la orientación a la comunidad y de sus obligaciones como comuneros.

Alli quedaron reflejados en cientos de hojas de papel, en muchísimas fotografías, abundantes horas de video y en la memoria de más de mil guerreritos milenarios que se llevan sus conocimientos para darlos a conocer a quienes por diferentes razones no pudieron llegar hasta este encuentro.

Los delegados retornaron a sus parcelas de origen, vuelven a tomar sus elementos de labranza, sus cuadernos, sus artesanías y su bastón de guardias acompañados de sus autoridades, docentes, dinamizadores y padres de familia con la satisfacción de haber escalado un nuevo peldaño en sus conocimientos con muchas historias que contarán en cada una de sus comunidades. Mañana será otro día, se evaluará lo realizado en Toez-Caloto para proyectar el octavo encuentro tomando los aciertos y descartando las cosas que no debieron hacerse en desarrollo de esta actividad.

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