La gente grita gol y festeja con el Presidente Santos el triunfo de la Selección Colombia contra EEUU, mientras las transnacionales, el capital, el pentágono, el gobierno de Colombia agachado ante EEUU, ordenan la masacre de quienes se levantan en lucha por defender la vida y el territorio que acá reportan el Congreso de los Pueblos y la ONIC. Se ven en las aguas de Buenaventura quienes defienden esas tierras ancestrales del despojo. La Minga sigue. Entra a su segunda semana.

Hoy se unen los camioneros. Mientras otros creen que Colombia es ponerse la camiseta de la burla, del abuso y del desprecio y gritar con el gobernante de turno para el hambre y la muerte. La camiseta que hay que ponerse es la de la lucha. No hay nada que celebrar. Llorar con las madres de los asesinados. Que no sigan robando para mandar. Que no puedan mandar para robarnos la lucha y la vida, ni esos de siempre ni los que ahora quieren sacar su tajada y su cargo con nuestra lucha y en nuestro nombre. Celebraremos. Nos pondremos esa camiseta. Gritaremos gol! Cuando estas tierras sean libres y de los pueblos. Hoy la camiseta es de ellos, tanto como el circo, la celebración, el abuso, el engaño y la masacre.

Tras seis días de Minga y habiéndose instalado la mesa de negociación entre el gobierno y delegados de la Cumbre Agraria, campesina, étnica y popular, se continúan registrando acciones violentas que atentan contra el derecho que tienen los pueblos a la protesta social.

El Estado sigue aplicando contra las comunidades, la política de enemigo interno, que ha hecho desde tiempos inmemoriales parte de la doctrina militar, la cual se ha extendido a las comunidades que se movilizan en reclamación de sus derechos y que hoy se concreta en el tratamiento dado a la Minga Nacional.

Se parte en primer lugar, de considerar que la acción de resistencia civil que se fortalece en el país, constituye un problema de seguridad para el Estado, en tanto genera inestabilidad política y económica. Ello, en lugar de asumir la protesta social y los movimientos populares como fuerza de transformación que por tanto conlleva a la democratización de la sociedad. Así pues desde la oficialidad, se asume como enemigo toda manifestación de oposición a las políticas y modelo económico imperante.

El fuerte componente militar que ha inspirado la doctrina de seguridad nacional, se ve reflejada hoy en la respuesta armada y represiva que ha recibido la Minga, a través del desproporcionado despliegue del pie de fuerza, compuesto no solamente por la policía sino también por el ejército y sus organismos de inteligencia. Sumado a ello, la acción judicial que en Colombia ha sido convertida en otra arma de guerra.

Se adiciona a esta respuesta, la acción paramilitar, que fue y sigue siendo funcional a los intereses enquistados en el Estado y que en Colombia ha hecho parte de la doctrina militar, que ha de ser erradicada como condición ineludible, de un país con garantías para los sectores sociales históricamente excluidos.

Las 162 víctimas de detenciones arbitrarias, al menos 179 personas heridas, las 6 amenazas proferidas en el contexto de la Minga y los 3 indígenas asesinados; más que cifras alarmantes que arrojan 6 días de protesta masiva, son un campanazo de alerta para la sociedad colombiana, pues hablan de la continuidad de políticas guerreristas para contrarrestar el ejercicio de la resistencia y acallar las voces inconformes, hablan de la intransigencia del Estado para garantizar la existencia y la vida digna de las grandes mayorías de este país.

En materia de derechos humanos, los últimos dos días de la Minga arrojan el siguiente balance: EL PARO CRECE.” Así Sí. Pueblos en Camino

MINGA NACIONAL AGRARIA, CAMPESINA, ÉTNICA Y POPULAR

PUEBLOS EN CAMINO

ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS DEL NORTE DEL CAUCA

TEJIDO DE COMUNICACIÓN

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