La Organización Indígena de Antioquia, su Consejo de Gobierno Mayor y los cinco pueblos indígenas del departamento Embera Chamí, Embera Eyábida, Embera Dóbida, Guna Dule y Senú, asociados a la OIA, rechazamos y lamentamos profundamente los hechos registrados en el resguardo indígena Tacueyó, del departamento del Cauca, donde masacraron 5 indígenas y 6 más resultaron heridos, un hecho que confirma que en Colombia hay un plan de exterminio físico y cultural en contra de los pueblos indígenas. Como organización que defiende los derechos humanos, le exigimos a los actores armados legales e ilegales, que pare el genocidio indígena como estrategia de eliminación sistemática de las autoridades indígenas no sólo del Cauca, sino también del país.

En Colombia no existen garantías para hacer un ejercicio político organizativo y de control autónomo territorial de los resguardos, por lo que no se trata de buscar estrategias armadas que garanticen la seguridad, sino la necesidad y la exigencia de que hayan verdaderas garantías no sólo para los líderes, lideresas y guardias indígenas, sino también para las comunidades que representan y custodian. La masacre de Tacueyó no es un hecho aislado, sino una expresión violenta que no cesa, una expresión de intimidación y violencia que busca reprimir el ejercicio de Gobierno Autónomo de los pueblos indígenas.

Las personas asesinadas el día de ayer 29 de octubre del presente año son: la autoridad Ne´h Weax (autoridad indígena), Cristina Taquinas Bautista, y los guardias indígenas Asdrúbal Cayapu, Eliodoro Finscue, Jose Gerardo Soto, James Wilfredo Soto y heridas, a José Norman Montano, Matías Montano, Crescencio Peteche, Dora Rut Mesa y Rogelio Taquinas, compañeros y compañeras de lucha, que con sus acciones buscan la defensa de sus derechos y la construcción hacia una paz estable y duradera.

Los pueblos indígenas de Antioquia y Colombia exigimos y reiteramos necesidad urgente de garantizar la protección de la vida, la cultura y los territorios indígenas, hechos como el registrado en las últimas horas en el departamento Cauca, son una alerta más, que nos convoca a la unidad de los pueblos y la resistencia indígena como derecho y único camino para buscar la garantía, cumplimiento y defensa de los derechos fundamentales y de la vida.

Recordemos que acciones como éstas se han venido recrudeciendo desde firma del Acuerdo Final de Paz, de hecho sólo en 2018 en el norte del Cauca, fueron asesinados, por grupos armados al margen de la ley, siete personas indígenas y en lo que llevamos de la administración del Presidente Iván Duque, se registrado 123 homicidios, muertes que no sólo afectan a sus familias y sus comunidades, sino a todo el país.

Abrazamos solidariamente a todos nuestros hermanos y hermanas indígenas del Cauca y Norte del Cauca, así como a sus dirigentes, amigos y familiares de las víctimas, reiterando todo nuestro nuestro compromiso de seguir acompañando a los pueblos indígenas del país en ese esfuerzo por defender la paz y sus derechos humanos.

Finalmente hacemos un llamado a la comunidad internacional, a los órganos defensores de derechos humanos, al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, a los órganos de control, a la Defensoría del Pueblo, al Ministerio Público, al Congreso de la República y en general a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, a ayudar, acompañar y detener el derramamiento de sangre que hoy enluta el espíritu indígena nacional, también hacemos un llamado a nuestros hermanos y hermanas indígenas ha no desfallecer en la lucha y a continuar con ese mandato ancestral de nuestros mayores en el que se ratifique el caminar de los planes de vida en defensa de la vida, los derechos humanos y los territorios.

 

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