Esta mañana, hacia las 6 A.M., una avioneta del ingenio del Cauca, Incauca, fumigó los cultivos de maíz que tiene la comunidad liberadora de la Madre Tierra de Corinto en la finca Miraflores.

Al mismo tiempo, la zona ha sido militarizada con presencia de policía en la zona de la finca y ejército en la parte montañosa.

Ya en noviembre del año pasado, una avioneta del ingenio Riopaila había fumigado los cultivos de maíz que la aldea de liberación de Vista Hermosa había sembrado y estaban espigados.

En los dos casos, las fumigaciones se han hecho con glifosato cerca de nacimientos de agua o por donde corren riachuelos o quebradas.

Es así como el negocio Monsanto-Bayer entra el baile. El glifosato es producido por Monsanto, empresa que también juega con la genética y fabrica semillas en laboratorio, las semillas “terminator” y que en Colombia ha promovido la resolución 970 del ICA que prohibe las semillas nativas. Este año la empresa Monsanto es comprada por Bayer, la multinacional farmacéutica y de producción de venenos que tanto daño ha causado a la salud humana y de la Madre Tierra.

Desde hace tiempo muchas organizaciones ambientales y de salud, entre ellas Greenpeace y la Organización Mundial de la Salud, OMS, han mostrado estudios que indican que el glifosato es un químico dañino para el ambiente y la salud humana, que genera cáncer, malformaciones, entre otros efectos.

En muchos países el glifosato ha sido prohibido y el año pasado el mismo ministro de salud de Colombia, Alejandro Gaviria, con cálculos políticos más que por preocupaciones ambientales o humanitarias, promovió la suspensión de fumigaciones con este químico.

En su afán por frenar la liberación de la Madre Tierra Incauca escupe para arriba. El daño directo es a los cultivos y a la gente que vive en la región y en las aldeas de la liberación. Sin embargo, el químico termina en los cauces de los riachuelos y quebradas, que terminan en los ríos que surten el río Cauca y con ellos todos los acueductos del norte del Cauca y sur del Valle.

No es para dañarle el desayuno, pero cuando el mayordomo de Incauca en Cali se siente a la mesa, sorberá un vaso de agua que con toda seguridad baja de las montañas del Cauca y pasa por los valles fumigados con glifosato para cultivar la caña o para intentar quebrarle el caminado al proceso de liberación de la Madre Tierra.

Se equivoca Incauca. Como ya decía el jefe Seatle: “Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que haga al tejido, lo hará a sí mismo”.

Las comunidades liberadoras repiten todo el tiempo, como en este caso, que “no vamos a salir de las fincas” y “no tenemos afán” en el camino por liberar Uma Kiwe (Madre Tierra). “Nuestro trabajo es tumbar caña y sembrar comida, así nos ataquen, así nos fumiguen”.

Minga de comunicación

Proceso de liberación de la Madre Tierra

Pueblo nasa – norte del Cauca – Colombia.