Pocos días han pasado de la conmemoración de los tres años del proceso de Liberación de la Madre Tierra en Corinto Cauca, proceso que ha logrado recuperar por lo menos 1700 hectáreas del agronegocio del monocultivo de la caña, algunas plazas han podido ser sembradas nuevamente con alimentos variados: maíz, frijol, zapallo, habichuela, tomate, cebolla, plátano, entre otros… y seguramente serían más si las arremetidas de la Fuerza Pública no hubiesen devastado los cultivos de las familias que sobre la muerte de los “desiertos verdes” proponen la vida, la semilla y el fogón; y es así, por el papel que ha asumido la Fuerza Pública (Policía, ESMAD, Ejército) desde el inicio del proceso, como un aparato central de ofensiva del estado y el capital contra el Pueblo Nasa,  papel que desempeña hasta el día de hoy, donde nuevamente la acción conjunta entre las Fuerzas Militares y grupos privados de seguridad, con su accionar paramilitar quisieron amedrentar al Pueblo Nasa:

HECHOS:

En la hacienda cañera Alto Miraflores donde se estableció el “punto dos” de Liberación, desde el año 2014, siendo aproximadamente las diez de la mañana, cuatro Liberadores de la Madre Tierra que se encontraban en sus oficios habituales de ganadería y cultivo se ven violentados por un grupo de personas armadas,   (algunos de la SEGURIDAD PRIVADA, otros corteros que han sido dotados para la agresión) que además de la intimidación con armas de corto y largo alcance, buscaron estropear los cultivos de pan-coger, destruyeron los alambrados y ocasionaron desarmonía en el territorio Nasa.

En el momento en el cual se busca la expulsión de estos agentes armados, el Ejército Nacional llega para hacer acompañamiento a los agresores, y con múltiples ráfagas de fusil realizadas a centímetros de distancia de la comunidad, revela, nuevamente, su complicidad con el accionar paramilitar que opera en función de los grandes terratenientes y del capital privado. Tras su operación estos grupos se desplazan en conjunto, mientras más Liberadores y Liberadoras llegan en un ejercicio de solidaridad y control territorial, ni los armados se van, ni los y las Liberadoras se dejan amedrentar: se aprovecha para cortar y quemar la caña que será remplazada en la siembra de semillas propia, pero este ejercicio significó una agresión a los trabajadores armados de INCAUCA, quienes se acercan nuevamente a la comunidad, cuidándose de sus naturales excesos por la presencia de algunas cámaras de video.

En esta ocasión los miembros de la seguridad privada (algunos encapuchados) se ubican en retaguardia para disparar mientras el Ejército, convirtiendo en blanco a los civiles, alterna las bombas de lacrimógeno con rocas que bien podrían afectar en gravedad a las mujeres, jóvenes, mayores, e incluso niños que se mantienen enraizados en su Territorio; a pesar de la violencia desmedida de los trabajadores de Ardila Lulle (no sería redundante incluir a la Fuerza Pública), son los armados quienes deben replegarse ante el digno avance de la comunidad.

Tras ello, las y los comuneros pueden restablecer sus actividades rutinarias, con un estado de ALERTA PERMANENTE.

Denunciamos públicamente la presencia y acción de grupos armados, tanto privados como del estado, tanto “legales” como ilegales, en territorios del Pueblo Nasa.

Responsabilizamos directamente al estado nacional por la respuesta militar que da a la demanda de tierra de las comunidades, a la exigencia por sus derechos como Pueblos Originarios y a su legitima lucha por la realización de sus wêt wêt fi`zenxi; respuesta que demuestra su verdadero “interés por la reconciliación y la paz”

Alertamos a las organizaciones defensoras de Derechos Humanos sobre posibles agresiones a la comunidad Nasa en proceso de Liberación, u una vez más, “HASTA QUE EL SOL SE APAGUE”

A continuación algunas fotografías que dan evidencia de lo sucedido.

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