Un llamado de solidaridad y apoyo para los pueblos indígenas que resisten el conflicto armando en sus territorios ancestrales.

Ante los constantes atropellos a los pueblos originarios de Colombia y el mundo, a través de amenazas, desplazamientos, muerte de líderes indígenas y la militarización de sus territorios, el Cabildo Indígena Universitario de laUniversidad Tecnológica de Pereira CIU-UTP, lanza una voz de rechazo a estos actos perpetrados por los grupos armados, llámense “legales o ilegales”, que desarrollan acciones en contra de las comunidades a lo largo y ancho de nuestros territorios ancestrales, expresa la solidaridad fraternal con las justas causas de los pueblos en resistencia y manifiesta el apoyo y compromiso con las comunidades indígenas que defienden sus derechos ancestrales.

Como pueblos originarios hemos resistido más de 520 años a las barbaries perpetradas por el sistema colonialista (esclavista-feudal) y por el sistema imperialista (capitalista financiero). Este sistema es el responsable del genocidio y desaparición de pueblos enteros. Con estas agresiones continúan poniendo en peligro de extinción física y cultural a más de 34 pueblos indígenas en el país, están siendo militarizados sus territorios para garantizar la inversión de capitales en el saqueo de las riquezas naturales de sus resguardos. Los hechos más graves se presentan en los territorios donde se vive más constante y álgidamente el conflicto armado y que se ha visto reflejado en casos como los del pueblo Awá, donde según informes de la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC, desde Noviembre de 2010 a Mayo de 2012 se han presentado 9 asesinatos, 2 muertes por minas antipersonal, 3 violaciones sexuales y 7 desapariciones forzadas.

En las comunidades indígenas Embera de Risaralda se ha presentado la muertes de 3 personas, una mujer junto a su bebe de 8 meses en su vientre, acto ocasionado por la fuerza pública mientras la familia se dedicaba a pescar. También se ha encarcelado y amenazado a dirigentes indígenas acusándolos de ser cómplices de las fuerzas “ilegales” existentes en la zona, de igual manera se han intensificado las operaciones militares aumentando el pie de fuerza y obligando a sus comunidades a desplazarse a las cabeceras municipales, principalmente al municipio de Pueblo Rico, hecho que viola el principio de autonomía. Similar situación se presenta en la Zona Norte del departamento de Cauca con las comunidades indígenas ubicados en esos territorios, combates permanentes entre las fuerza pública y los grupos al margen de la ley, ocasionando desplazamiento a la población. Motivados por estos hechos, estos últimos son los que han tenido la valentía de atreverse a desmilitarizar sus territorios y exigir de manera autónoma la salida del ejército nacional y la guerrilla de las FARC.

Nuestras comunidades, tanto en el campo como en las ciudades, han sido marginadas por el Estado colombiano, que en vez de garantizar condiciones dignas para el buen vivir, las condena a recibir escasas inversiones en salud, educación y saneamiento básico. La presencia del estado se manifiesta a través de su política de seguridad democrática para alcanzar la paz, que no ha sido más que violación de derechos humanos, detenciones indiscriminadas e injustificadas, violación de mujeres indígenas. Y es entonces donde nos preguntamos, ¿seguridad para quién? ¿Cuál paz es la que buscan? ¿Por qué no han podido encontrarla hace más de una década, si se supone que todas las herramientas están dadas para hacerlo?

Hermanos y hermanas de los pueblos ancestrales, es el momento de movilizarnos para detener la arremetida guerrerista de las clases dominantes y parar la sistemática y continúa campaña de genocidio sobre los pueblos indígenas. Debemos fortalecer la guardia indígena como estrategia de resistencia, como símbolo de autoridad y de autonomía territorial. Aquellos hombres y mujeres que portando un bastón de mando han sido capaces de defender nuestros territorios, preservar los bienes naturales, salvaguardar los sitios sagrados, conservar la cultura y fortalecer nuestros sistemas productivos propios para asegurar la alimentación y no tener que mendigar ante el Estado.

Mantenemos viva la memoria de quienes dieron la vida por las comunidades indígenas, por los que han luchado junto al pueblo, los mayores, los comuneros, las autoridades inclaudicables en los principios de unidad. Ustedes son nuestra fortaleza, sabemos que su lucha no es en vano y que nuestro pueblo algún día será libre. Luchemos para que nuestros pueblos no desaparezcan y puedan pervivir en el tiempo. “Por cada indio muerto otros miles nacerán” y recogerán las banderas de los que prometieron luchar.

El CIU- UTP se une a las peticiones de nuestras autoridades ancestrales y organizaciones indígenas a nivel nacional como la ONIC, AICO, y las organizaciones regionales como el CRIC, el CRIR, UNIPA, OIA, de los Cabildos Mayores de nuestros territorios de origen, quienes día tras día hacen el llamado a que nos excluyan del conflicto político, social y armado, una guerra injusta que sufre el país. Conflicto que no ha dejado continuar con el proceso de reorganización y fortalecimiento organizativo y de identidad cultural que envuelven los temas económicos, jurídicos, territoriales y espirituales de los pueblos indígenas.

“Unidos seguiremos luchado hasta el día que se apague el sol”

CABILDO INDÍGENA UNIVERSITARIO-UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA Julio, 2012

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