CRIC Junta directiva 45 años
Consejo Regional Indígena del Cauca hacia los 50 años de lucha y resistencia

Consejo Regional Indígena del Cauca, 45 años de resistencia

Allá, en las estribaciones de la cordillera central donde solo se escuchaba el cantar de pajarillos y el ruido de los árboles con el soplido del viento, el arrullo de las aguas que descienden raudas hacia el río Palo, en el Resguardo de Toribío, hace 45 años un puñado de comuneros cansados de violencia, de engaños y de estigmatizaciones se reunieron para conformar el Consejo Regional Indígena del Cauca. 

Eran otros tiempos, solo había una trocha para llegar hasta el poblado, teléfono solo existía en una pequeña cabina cerca al parque principal, el servicio de energía se prestaba con una pequeña planta generadora sobre el río Isabelillas, no había presencia policial, los pocos guerrilleros de las FARC armados de escopetas de vez en cuando pasaban por estos territorios anunciando la toma del poder.

Con miedo, con algunas preocupaciones pero con mucha decisión elaboraron el primer programa de lucha en el que se indicaba entre otras cosas la derogación de la ley 89 de 1890, acabar con el Incora y otras reivindicaciones en materia de tierra, cultura, educación y salud. Solo habían pasado 6 meses pero el primer Comité Ejecutivo no pudo avanzar por cuanto debieron replegarse a sus parcelas todo porque conocida esa noticia por los terratenientes y las autoridades se inició la persecución contra el naciente movimiento. Fue necesario, entonces, la convocatoria de una segunda asamblea esta vez en el sector de la Susana, municipio de Toribío donde se sumaron otras comunidades y con más fuerza generada por esa persecución definieron un programa que se encuentra vigente en todos los territorios indígenas.

El primer punto era el de recuperar las tierras que les habían sido arrebatadas por diferentes mecanismos y ha sido el eje que ha orientado todo el movimiento a lo que se le agregó el fortalecimiento de los cabildos, la ampliación de las tierras, el no pago de terrajes, hacer conocer las leyes y exigir su justa aplicación, defender la tierra, la lengua y la cultura así como la formación de profesores bilingües que enseñen en sus propios e idiomas y culturas. Con el correr de los tiempos se sumaron el fortalecimiento de las empresas económicas comunitarias, la defensa de los recursos naturales y los sitios sagrados y finalmente el fortalecimiento de la familia.

Esta organización nace con el lema de Unidad y Tierra a la que se le sumó Cultura y Autonomía y desde entonces se ha convertido en la cabeza visible de las comunidades indígenas no solo del Cauca sino de todo el país y aún de Latinoamérica. Fue con este proceso organizativo que empezaron a nacer organizaciones como el Consejo Regional Indígena del Tolima, el Consejo Regional Indígena del Vaupés, la Organización Regional Embera Waunana, la Organización Nacional Indígena de Antioquia y muchas más que posteriormente conformarían la Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC-

Dicen que en Toribío solo empezaron cinco cabildos, hoy el CRIC agrupa a 122 autoridades tradicionales agrupadas en 9 organizaciones zonales y 10 pueblos. Iniciaron en Popayán hacia 1973 en una pequeña pieza del Hotel Sucre para ahora contar con oficinas propias, la Central Cooperativa Indígena del Cauca, la Asociación Indígena del Cauca que administra los recursos del Régimen Subsidiado de Salud para sus comunidades y centeneras de experiencias económicas comunitarias que ha permitido la pervivencia de los pueblos.

Pero el camino ha estado surcado de piedras, de espinas y de dolores como la ruta hacia el Calvario, hoy hasta las cuentas se han perdido pero la cifra de muertos supera los mil 500 comuneros a manos de terratenientes, “pájaros”, paramilitares, grupos guerrilleros, Policía y Ejército Nacional todo en defensa de los derechos que han ido recuperando en el transcurso de estos 45 años. Se recuerda en este historial de asesinatos, la muerte de siete indígenas de Munchique y Tigres a manos de las FARC, el asesinato de 20 indígenas en la Hacienda el Nilo, resguardo de Huellas-Caloto, en un complot de terratenientes, paramilitares y la fuerza publica, la masacre de más de un centenar de personas en el territorio de El Naya, por cuenta del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia en asocio con empresarios del Valle y el Ejército Nacional. También llega a la memoria los centenares de nativos heridos, lisiados, discapacitados permanentes en desarrollo de la recuperación de tierras, los bloqueos a la vía panamericana, las mingas de resistencia territorial y en general por sacar adelante ese programa de lucha.
Pero todo no pueden ser lágrimas también en estos 45 años el CRIC ha sido reconocido como autoridad tradicional, las comunidades indígenas tienen reconocimiento en la Constitución Nacional con sus Idiomas, su salud, su forma de gobierno y de aplicación de Justicia. En sus primeros años la dirigente tenía que andar escondida, era perseguida y hoy pueden mostrar con mucho orgullo sus bastones de mando, sus emblemas e interlocutor válido ante el gobierno nacional, departamental y municipal.

Dentro de esos triunfos debe destacarse la aprobación de los decretos autonómicos para la defensa de sus territorios, el manejo de los recursos del Sistema General de Participaciones así como la implementación de los sistemas indígenas en salud, educación y recursos naturales. El camino ha sido largo y difícil, los triunfos también han sido destacados pero seguro que quedan muchos sueños por hacer realidad en este caminar hacia el medio siglo de Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía

Texto: Antonio Palechor Arévalo.

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