Gobierno inició cacería de brujas en Nankints

Como ya estaba anunciado, el gobierno nacional inició una cacería de brujas en Nankints para silenciar a la nacionalidad shuar y evitar más acciones de protesta contra la implementación del proyecto minero que lleva adelante la compañía china Explocobre S.A. (EXSA).
En efecto, desde el día de ayer, 30 de noviembre, se han llamado a 41 shuar a presentar sus versiones sobre la toma del campamento de la empresa minera, acaecido el pasado 21 de noviembre; esta diligencia se realizará en la Fiscalía de Gualaquiza hasta el próximo 10 de diciembre, tal como lo informó el abogado Tarquino Cajamarca, del equipo legal de INREDH que ha asumido la asistencia jurídica en este caso.
El proceso Indagación Previa No. 140801816110006, se inició con un parte Policial y denuncia escrita presentada por el Ministro del Interior, Diego Torres; están llamadas a declarar 41 personas de las comunidades de Panantza, San Carlos, Tsuintsuim, San Pedro, San Juan Bosco y Nankints. Llama la atención que en la nómina se encuentran todos los miembros de la Junta Parroquial de San Carlos, el presidente y vicepresidente de la Junta Parroquial de Panantza, los principales dirigentes de la Federación Shuar de Morona Santiago y líderes de los principales centros shuar de la zona, además del coordinador del Movimiento Pachakutik de San Juan Bosco.
Para obtener la nómina de las 41 personas, detuvieron a dos shuar trabajadores de la empresa, y les conminaron a que declaren en contra de Luis Tiwiram y José Esach, dirigentes de la FISC, quienes, según la versión de los trabajadores detenidos, habrían estado armados con carabinas, y escopetas y habrían permitido el uso de dinamita durante la ocupación del campamento minero. Como complemento, la acusación hace referencia a una rueda de prensa que dio Tiwiram, quien, supuestamente se ha declarado autor de los hechos y habría advertido que lucharán hasta las últimas consecuencias.
Como se recordará, la comunidad shuar de Nankints fue desalojada de sus territorios en agosto pasado, para dar paso a los trabajos de la minera EXSA. Aun cuando EXSA aduce ser dueña de estas tierras, al analizar la historia de los territorios afectados nos topamos con varias irregularidades, todas ellas encaminadas a despojar a la nacionalidad shuar de sus territorios ancestrales. Primero un proceso de colonización apoyado por el Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC), que asignó tierras a colonos sin considerar la existencia de comunidades shuar consolidadas y otros grupos shuar dispersos en este territorio. La conformación de la actual parroquia de Panantza también se da en función de legitimar la presencia colonizadora, sin reunir los requisitos necesarios y sin considerar los derechos de las comunidades shuar. Las tierras en manos de colonos se convirtieron en una mercancía y así pasaron de mano en mano hasta que alguien, con información privilegiada o actuando de testaferro de la empresa minera Explorcobres S.A. (EXSA), de nacionalidad canadiense en principio, empezó a comprar las tierras y acapararlas. En muchos casos las compras fueron engañosas, en especial con indígenas shuar, a quienes se les compró a precios irrisorios u obteniéndolas con titulaciones y posesiones irregulares. El territorio indígena corresponde al uso y posesión ancestral que el pueblo le haya dado y las formalidades creadas con el fin de legitimar el despojo de sus tierras carece de cualquier valor legal. La posesión y uso equivalen a título, por lo que las tierras en las cuales se desarrolla el proyecto de EXSA nunca han dejado de pertenecer a la nacionalidad Shuar, más allá de títulos fraudulentos o normas jurídicas que desconocían el territorio ancestral.
Tomado de conaie.org
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